El evangelio de hoy, nos presenta a Jesús en la metáfora de la luz.
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: " Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lomete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. " Lc 8, 16-18
La luz se enciende para ver, pero para ver todo lo que se tiene que ver, no sólo lo que a nosotros nos interesa ver. Una luz encendida no debe ocultar nada. Una luz encendida, sirve para ser vista y poder llegar a ella. Una luz encendida sirve para ver los obstáculos sociales e institucionales, que nos impiden con la libertad que tenemos cuestionar todas nuestras opresiones, nuestros miedos, nuestros desalientos y nuestra cobardia.
Y es que la libertad de pensamiento sobre todo, hace posible que la luz del Evangelio ilumine en este mundo.
El Evangelio es una recopilación de " recuerdos ". O mejor dicho, el Evangelio es el " recuerdo peligroso de la libertad ". Porque este recuerdo se refiere a aquellas tradiciones en las que nació el anhelo de libertad ( J.B.Metz )
lunes, 20 de septiembre de 2010
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