Es doloroso para mi escuchar y comprobar como cada día abundan más los cristianos que, al no estar de acuerdo en muchas cosas con el papa, con la mayoría de los obispos y de muchos curas, es decir con la jerarquia eclesial, deciden abandonar la Iglesia y vivir como "cristianos por libre". Son, por lo general, personas que admiran a Jesús y ven en el Evangelio un proyecto que puede dar sentido a sus vidas. Pero ven, al mismo tiempo, que la Iglesia "oficial" anda lejos del Evangelio. Pues la gran mayoria de los clérigos hacen lo contrario de lo que predican, sobre todo en el dinero y en el poder.
Estas personas de buena voluntad se preguntan: ¿es que para ser cristiano hay que pertenecer a la Iglesia ? ¿es que para pertenecer a la Iglesia hay que hacer cosas (apetencias de cargos, dignidades, dinero, poder...) que prohibió Jesús?. Es curioso, que todo esto tiene una gran vigencia entre los cristianos cofrades. Pues la gran mayoria de estos cristianos, viven su fe ardientemente a sus titulares e imagenes, pero sin una conciencia de Iglesia, como Pueblo de Dios.
Esto desde mi punto de vista, es preocupante. En primer lugar, porque no entendemos que la fe en Jesús es un hecho comunitario, social, compartido. La fe en Cristo, no se puede vivir en solitario. Y la prueba esta, en que es en la Iglesia comunidad de creyentes, donde todos hemos realizado, nuestro encuentro con Jesús. Y es en la Iglesia donde hemos encontrado el mensaje de Jesús y es también a ella a la que tenemos que agradecer que haya sabido conservar a lo largo de los siglos, desde Jesús hasta este momento los EVANGELIOS. En segundo lugar me preocupa, porque no sé, hasta cuando tantos creyentes tendrán que vivir sus creencias en la soledad, la oscuridad y la duda.
Los responsables de formación de las hermandades tienen una gran labor, junto con el resto de la comunidad creyente.
martes, 7 de septiembre de 2010
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