sábado, 27 de septiembre de 2014

EVANGELIO DOMINGO 28 DE SEPTIEMBRE 2014. 26º SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (21,28-32):

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: « ¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?»
Contestaron: «El primero.»
Jesús les dijo: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»

COMENTARIO.-

Esta parábola es ilustrativa: el hijo que parecía desobediente resultó ser el obediente, el que parecía sumiso resultó ser rebelde. De esta forma “os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios”. ¡No puede ser!, está bien que los últimos puedan ser los primeros, como se decía el domingo pasado, pero qué no les ponga nombres.

El texto analiza dos formas diferenciadas de ser creyente o dos momentos que pueden darse en un creyente.

La parábola se entiende enseguida: la ética de Jesús no es la ética de los propósitos y de las palabras, sino la ética de los hechos. Para Jesús, lo que “se dice” no cuenta: lo que cuenta es lo que “se hace”. Sobre todo, cuando lo que se dice es exactamente lo contrario de lo que se hace. Que eso es lo que ocurrió con aquellos dos hermanos. Y lo que le pasa, tantas veces, a la elite religiosa: en sus predicaciones hablan contra el apego al dinero quienes se parecen a cualquier cosa menos a un pobre; hablan contra el orgullo quienes ocupan sede poder y dignidad; son severos censores del sexo quienes ocultan y protegen a delincuentes sexuales. (Castillo)

Jesús acentúa su denuncia al afirmar que los grupos más despreciados por la elite religiosa (publicanos y prostitutas) le llevan la delantera a esa elite en el camino hacia el Reino. A juicio de Jesús, los más rezagados en el camino hacia Dios son precisamente los que se piensan que van por delante de los demás y los que se ven a sí mismos como ejemplo a seguir. (M. Zerwick)


En este camino van por delante,  no quienes hacen solemnes profesiones de fe, sino los que se abren a Jesús dando pasos concretos de conversión al proyecto de Dios.

viernes, 26 de septiembre de 2014

ANTE EL ABORTO.

Llevamos años con la disputa del aborto, marcada por una tendencia a favor y otra en contra. Yo, lógicamente no me siento preparado para aportar nada más que mi escasa opinión: “Soy antiabortista. Pienso que el aborto es matar una vida humana. Pero pienso también, que la fe debe dialogar con la ciencia y la sociedad. Otra cosa es que el Parlamento no pueda ni discutir el problema del aborto, que es un tema enormemente debatido, sobre el que existen posturas muy contrarias. De ahí que el legislador, en una sociedad pluralista, tiene el derecho y el deber de analizar el problema y buscar la mejor solución”.

Ahora bien, lo que si me preocupa, es la indiferencia que la sociedad va adquiriendo ante el tema del aborto, al igual que todos los demás temas sociales, religiosos y políticos que estamos viviendo.  Me explico, la primera vez que vemos o escuchamos una cosa podemos sorprendernos o escandalizarnos, pero después de mil veces forma parte ya de nuestro mundo cotidiano, que ya no llama la atención. Deja de inquietarnos, y por lo tanto, desaparece cualquier aspecto problemático, consiguiéndose lo que interesa hoy una sociedad que no piense ni se plantee nada. Prueba de ello, es la crisis económica, llevamos ocho años escuchando que si la prima de riesgo, que si los brotes verdes, los bancos, la bolsa, el desempleo y los desahucios que hasta nos hemos convencido de que tenemos que vivir como vivíamos hace 15 años y nos conformamos. Pues lo mismo esta, pasando con las leyes que regulan el aborto, que si pongo, que si quito y que si dejo de poner.

Por eso, como la verdad no la posee nadie, sí creo que como creyentes católicos del siglo XXI, tenemos la obligación de formarnos para tener criterios propios según nuestra fe y poder ser testigos de la esperanza que hemos recibido y no de la desesperanza.

Os dejo aquí un artículo titulado “El aborto: por un consenso ético-científico” del teólogo y sacerdote clarentiano Benjamin Forcano, que nos puede ayudar a ir madurando en nuestros criterios católicos.

¿Cuál es, pues, la verdad real del aborto?

Muchos estamos convencidos de que, en este punto, puede haber un acuerdo racional, científico y ético político, porque la base de que disponemos para entrar en esa "realidad" es común a todos. Se trata de un problema humano, del que no se ocupa la Biblia y al que hoy podemos acercamos por la puerta de la ciencia, de la filosofía y de la ética.

Todos apostamos por la vida, ¿pero cuándo esa vida comienza a ser un individuo?

"Todo individuo tiene derecho a la vida", proclama la Declaración universal de los Derechos Humanos (Art. 3). Y todo individuo tiene el deber de respetar ese derecho. Y, sobre este derecho-deber, reposa la posibilidad, el hecho y el futuro de la convivencia humana.

Sin embargo, no goza al parecer de esta evidencia lo que constituye el proceso embrionario del prenacido: ¿se puede afirmar con seguridad que ese proceso es desde el inicio un individuo humano?

Nos movemos sobre una duda, que nadie puede atreverse a despejar a priori diciendo que el embrión es individuo o no lo es; el embrión anuncia la presencia de algo que desborda el contorno y naturaleza de la vida misma de la madre.

La cuestión se plantea simple y agudamente porque si no se paraliza el proceso, éste acabaría con un hijo que no se pensó o no se desea y puede representar ciertos inconvenientes o complicaciones. Es entonces cuando, frente a ese límite, surge la pregunta: ¿puede la mujer impedir el proceso del embrión por determinados motivos o dentro de un plazo determinado?

Es cierto que los motivos para impedirlo no van a convencer si se supone que el embrión es un individuo, y la solución de los plazos tampoco si se lo da como existente desde el principio.

Resulta, por tanto, crucial averiguar si el proceso del embrión, variante en su desarrollo, admite establecer dentro de él un antes en que no es individuo y un después en que lo es.

El estatuto epistemológico del embrión.

Se trata simplemente de saber cuándo, en el desarrollo evolutivo del embrión, hay una vida humana.

La puerta que nos lleva a descubrir ese cuándo está abierta para todos, también para los que se profesan creyentes. La fe, del tipo que sea, no sirve aquí para resolver el problema del aborto.

"No está en el ámbito del Magisterio de la Iglesia el resolver el problema del momento preciso después del cual nos encontramos frente a un ser humano en el pleno sentido de la palabra" (Bernhard Haring, autor de la famosa "La ley de Cristo", célebre y acaso el más reconocido moralista en la Iglesia católica).

Por supuesto, también los católicos pueden pronunciarse sobre el tema, pero con los métodos propios de las ciencias humanas. El Nuevo Testamento no aborda este tema y sobre él la Iglesia no tiene autoridad para resolverla como si de una verdad de fe se tratara.

La Iglesia católica ha defendido siempre -y es de loar - la vida del prenacido. Pero, antes de llegar a las valoraciones, hay que señalar el contorno preciso de esa realidad. El concilio Vaticano II tuvo, respecto a este tema, unas palabras acertadas:

"La vida desde su concepción ha de ser salvaguardada con el máximo cuidado" (GS, 51).

Texto fundamental para los católicos, pues fue puesto con toda deliberación para dejar bien claro que la Iglesia no tiene palabra o respuesta propia sobre el "cuándo" se da la concepción de una vida humana, por ser algo que pertenece a las ciencias humanas.

El concilio, al tratar el tema de la Cultura, reconoció la autonomía e inviolabilidad del saber humano, dejando superada la posición anterior de sostener que la Iglesia católica tiene autoridad para interpretar como nadie las verdades incluso de la ética natural.

La lección histórica debiera servir para distinguir entre lo que es la fe y lo que son los conceptos o representaciones que la misma Iglesia utiliza como vehículo para su conocimiento y explicación. Una cosa es la explicación cultural del momento y otra la verdad de la realidad, nunca formulada definitivamente.

Nadie hoy queda perturbado en su fe porque la tierra gire alrededor del sol (cosa que al científico Galileo no se le permitía afirmar en nombre de la fe), ni porque no acepte la visión de una cosmología antigua, o acepte la teoría de la evolución de las especies o niegue la interpretación literal de la Biblia hasta aceptar el método histórico-crítico o no haga profesión del juramento antimodernista tal como lo impuso en 1910 Pío X a todo profesor de seminario.

La verdad la vamos desvelando a través de los nuevos conocimientos que van surgiendo en la historia. El saber humano es evolutivo y no está en exclusiva en manos de la Iglesia católica.

Entonces, queda resuelta una primera dificultad: los católicos, al tratar del aborto, deben asumir como parte del anuncio evangélico las verdades científicamente avaladas, aun cuando luego puedan incrementar o reforzar la estima de la vida desde otras perspectivas o motivaciones.

La ciencia y la fe están "una y otra al servicio de la única verdad", "vuestros senderos son los nuestros" (Mensaje del concilio a los hombres del pensamiento y de la ciencia).

Cuando no hay convergencia en ese servicio es porque la ciencia es falsa o es falsa la fe. Los católicos han defendido -y siguen haciéndolo- con especial énfasis el derecho a la vida del prenacido, pero el énfasis se ha convertido en exceso al haberlo hecho "desde el primer instante de la fecundación", lo cual no deja de ser una teoría discutida y discutible, no un dogma.

De hecho, siempre existieron en la tradición cristiana teorías diferentes (teoría de la animación sucesiva defendida por Sto. Tomás y teoría de la animación simultánea, defendida por San Alberto Magno) sobre el momento de constitución de la vida humana. Aunque la teología postridentina, a la hora de resolver los problemas de la moral práctica, ha partido siempre de la animación inmediata.

¿Cuál es, pues, el estatuto epistemológico del aborto?.

Podríamos resumir las posiciones respecto a esta cuestión en dos:

· las teorías antiguas, las más clásicas, que afirman que el embrión es vida humana desde el principio, por la simple fusión de los gametos,
· y las teorías más modernas que afirman que el embrión no es propiamente individuo humano hasta después de algunas semanas.

1. Las primeras se apoyan en el hecho de que un embrión lo es por la clave genética de sus 46 cromosomas, específica y originaria del individuo humano, que contendría y caracterizaría toda su posterior evolución.
El desarrollo del embrión sería un proceso continuo, sin rupturas, pues estaría en él desde el comienzo toda la potencialidad de su desarrollo. El inicio, desarrollo y destino del embrión serían sus genes.

2. Las teorías modernas reconocen como factor determinante del embrión los genes, pero no bastarían ellos para constituir un individuo humano, es decir, una estructura clausurada, suficiente, que se convertiría en realidad sustantiva. Los genes por sí solos no son suficientes ni acaban constituyendo un individuo humano.
Se necesitan otros factores extragenéticos -las hormonas maternales, los externamente operativos- para que la realidad del embrión pueda activarse y completarse.
Sólo en torno a las ocho semanas esa realidad pasa a ser sujeto humano, con una sustantividad propia, capaz de regir y asegurar todo el desarrollo posterior.

Los genes no son una miniatura de persona. La biología molecular deja claro que, para el desarrollo y la ética del embrión, la información extragenética es tan importante como la información genética, que ella es también constitutiva de la sustantividad humana y que la constitución de esa sustantividad no se da antes de la organización (organogénesis) primaria e incluso secundaria del embrión, es decir, hasta la octava semana.
Quiere esto decir que, si la individualidad es nota irrenunciable de la sustantividad, el embrión antes de su constitución como sustantividad, pasa por una organización constituyente, pero no tiene sustantividad propia sino que es parte de la sustantividad de la madre y, por lo tanto, no es sujeto humano.

Queda claro de esta manera que quien siga esta teoría puede sostener razonablemente que la interrupción del embrión antes de la octava semana no puede ser considerada como atentado contra la vida humana, ni pueden considerarse abortivos aquellos métodos anticonceptivos que impiden el desarrollo embrionario antes de esa fecha. Esto es lo que, por lo menos, defienden no pocos científicos de primer orden (Grobstein, Alonso Bedate, J.M. Genis-Gálvez, etc).

Esta hipótesis, suficientemente demostrada permite, a quien se apoya en ella, defender como no atentatorias contra la vida y como respetuosas de la vida aquellas acciones que se producen en el proceso constituyente del embrión antes de constituirse en feto, es decir, en estructura clausurada.


La teoría expuesta modifica notablemente muchos puntos de vista y establece un punto de partida común para entendemos, para orientar la conciencia de los ciudadanos, para fijar el momento del derecho a la vida del prenacido y para legislar con un mínimo de inteligencia, consenso y obligatoriedad para todos.

sábado, 20 de septiembre de 2014

EVANGELIO DOMINGO 21 DE SEPTIEMBRE 2014. 25º DEL TIEMPO ORDINARIO

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo (20,1-16):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña." Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»

COMENTARIO.-

La parábola que nos presenta el Evangelio de este domingo, puede resultarnos a primera vista y si no reflexionamos sobre ella, de que el Reino de Dios es algo injusto. Pues Dios, es comparado como el propietario que va contratando a sus jornaleros con sus condiciones laborales. Condiciones laborales que aplico a todos por igual a los que empezaron por la mañana y a los que estuvieron unas horas. También hoy ninguno de nosotros toleraría que un compañero de trabajo que solamente trabajara dos horas por día cobrara lo mismo que quien trabaja ocho horas.

La interpretación que podemos hacer de esta parábola es la explicación del comportamiento de Dios con los seres humanos, con todos los seres humanos, creyentes o no creyentes. Porque, Dios no nos trata según nuestros criterios de productividad, sino por los criterios que brotan de nuestro corazón, de nuestra generosidad, de nuestra entrega, de nuestro servicio. De esos corazones, que buenos que privilegian a los últimos de este mundo, a los desgraciados de la vida, que la lógica de los hombres de este mundo no tienen en cuenta. En definitiva, si queremos construir el Reino de Dios en este mundo debe ser desde la generosidad y el amor.

Por eso, esta parábola nos remite también hoy a otra lectura, sobre la situación económica y social que estemos viviendo. La economía, tal como funciona hoy en día, podemos decir que es la ciencia que estudia la manera de privilegiar a los privilegiados y de hundir más a los que ya están hundidos. Prueba de ello, es la presente crisis económica que estamos viviendo  “La situación de paro, la precarización del empleo, la economía sumergida, los contratos basura y los bajos salarios, que siembran en los trabajadores y sus familias una permanente inseguridad, los horarios flexibles en función de la productividad, que produce un grave atentado contra el estado físico y psíquico del trabajador, la movilidad geográfica, que rompe relaciones familiares, culturales y sociales, la siniestralidad laboral, la pérdida de la cultura y conciencia obrera…” ( POTI “Pastoral Obrera de toda la Iglesia, Conferencia Episcopal Española).

Creo, que urge encontrar y ponerse a practicar otras formas de gestionar la economía, y especialmente por aquellas personas piadosas que gestionan más el mensaje de la economía que del Evangelio como criterio determinante.


DIFUNDID EL EVANGELIO. PÁSALO.

viernes, 19 de septiembre de 2014

PRIMERA REBELIÓN CONTRA EL PAPA FRANCISCO.

El estilo directo y claro del papa Francisco divide a los cardenales, entre ellos cinco purpurados conservadores, quienes se rebelaron públicamente por primera vez contra la idea del pontífice argentino de conceder la comunión a los divorciados que se vuelven a casar.

La inédita rebelión está encabezada por el poderoso prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal alemán Ludwig Muller, y es un síntoma del malestar que la idea suscita dentro de la jerarquía de la Iglesia católica.

Las posiciones Muller, nombrado por el emérito Benedicto XVI en 2012 para dirigir el temido ex Santo Oficio y conocido por sus ideas conservadoras, aparecen en el recién publicado ensayo 'Permanecer en la verdad de Cristo'.

El texto también lo firman el prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, Raymond Leo Burke, el presidente emérito del Comité Pontificio de Ciencias Históricas, Walter Brandmüller, el arzobispo de Bolonia y teólogo Carlo Caffarra y el presidente emérito de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede, Velasio De Paolis.

El hecho de que el libro sea lanzado pocas semanas antes de que empiece el sínodo extraordinario sobre la familia, convocado entre el 5 y el 18 de octubre, está considerado una operación mediática para frenar la idea del papa jesuita. Muchos católicos de base consideran una injusticia que los divorciados que se vuelven a casar no puedan recibir la comunión. Pero para una parte de la jerarquía católica es el precio que deben pagar al romper un sacramento que considera el matrimonio como indisoluble.

Ante este nuevo revuelo en esta cuestión, quiero hacer mi reflexión de hoy.

Lo primero que deberíamos preguntarnos, es de donde nace el problema.
Lógico es pensar, que el problema, está en dos pilares desde mi punto de vista. Uno de ello y principal, es el arrastre de unos pensamientos e ideas fijadas de otros tiempos. Y el otro, es la lectura de los evangelios desde un punto de vista literal, olvidándonos que los evangelios, fueron escritos en un contexto donde los estatus del hombre y la mujer, son muy distinto a lo de nuestros tiempos.

Recordando el comienzo del evangelio de Marcos, él cual empieza diciendo: " Comienzo del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios". Que nos quiere decir Marcos, que el comienzo, el punto de partida, para conocer a Jesús es el "Evangelio", que significa literalmente "Buena Noticia". Osea, que el evangelio nos debe de abrir a una nueva noticia, a una nueva esperanza, a una nueva fraternidad, a un nuevo encuentro con Cristo y nuestros hermanos, lógicamente en los tiempos en que vivimos. Es decir, que la lectura de los evangelios, nos deben de ayudar a encontrar nuestro camino de salvación en nuestros momentos y no en tiempos y circunstancias pasadas. El no hacerlo así, es posiblemente no encontrar nuestra felicidad y lógicamente no encontrar la felicidad de los demás. Y consecuencia de todo esto, es no encontrar a Dios, porque a Dios lo encontraremos en nuestra felicidad y en la felicidad de los demás.

Digo todo esto, porque posiblemente realicemos una lectura algo literal y fundamentalista de los pasajes evangélicos que tratan el tema del divorcio.

Siguiendo con el evangelio de Marcos, que es el primero que se escribe y el más cercano por tanto a la tradición de Jesús.

En aquel tiempo se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús para ponerlo a prueba: -¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?.
 Él les replicó:-¿Qué os ha mandado Moisés?.
Contestaron: -Moisés permitió divorciarse dándole a la mujer un acta de repudio.
Jesús les dijo: -Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación, Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo: -Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio. (Marcos 10, 2-16).

Es curioso, como Jesús empieza a explicar:" Por vuestra terquedad...". Si dejamos esa terquedad atrás posiblemente podremos encontrar la buena noticia del evangelio a nuestro tiempo.

Jesús comienza recordando, que al principio de la creación, Dios los creó hombre y mujer. Es decir, los creo de la misma carne, los creo iguales en todas las condiciones. Y esta igualdad debe permanecer por siempre y no debe de ser destruida, negada, despreciada por ningún hombre o mujer. Está igualdad que nace de Dios, el hombre no la puede separar. Recordemos, que en el tiempo en que Jesús pronuncia estas palabras, la mujer no tenía ningún derecho, ni libertades e igualdades con respecto al hombre. Por eso Jesús, les deja dicho, que la verdadera unión entre el hombre y la mujer debe de nacer desde la igualdad, desde los mismos derechos y libertades. Desde que esto no es así, la unión no es perfecta. Por eso los discípulos al llegar a casa volvieron a preguntarle: "Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio". Posiblemente volvieron a preguntar, porque su mentalidad de la época, no le permitía comprender que la mujer tenía que ser igual al hombre en todo. Es decir, que cuando la separación no se realiza desde la igualdad, comprensión, compasión, respeto y misericordia, sino que, por el contrario se lleva desde la humillación, desprecio, hundimiento del otro, se está actuando fuera de la ley de Dios.

No trato de poner en discusión la visión cristiana del matrimonio, lo que intento es pensar: ¿qué actitud debemos de adoptar ante tantos hombres y mujeres, muchas veces amigos y familiares nuestros, que han roto su unión matrimonial y viven en la actualidad otra unión, que no está bien considerada por la Iglesia?

Debemos de recordar que los divorciados que se han vuelto casar civilmente siguen siendo miembros de la Iglesia. No están excomulgados; no han sido expulsados de la Iglesia. Luego si esto es así, no tiene sentido participar en una comunidad eclesial, que no deja sentarte a la mesa compartida de Cristo. Mesa compartida, que es el pleno encuentro de la comunidad.



Por eso, les digo a todos los divorciados que, cuando nosotros no os comprendemos, Dios Padre seguro que os comprende y os habla en la voz de vuestra conciencia desde su infinita misericordia, amor, comprensión y compasión. Desde vuestra conciencia, estáis llamados a sentaros o no, en la mesa compartida del amor de Cristo

sábado, 13 de septiembre de 2014

EVANGELIO DOMINGO 14 DE SEPTIEMBRE 2014. LA EXALTACIÓN DE LA CRUZ

Lectura del Evangelio según san Juan (3,13-17):

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»

COMENTARIO.-

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año 320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. Esta fiesta está asociada a los favores que el emperador Constantino concedió al cristianismo, en los años en que más se acentuó su fervor cristiano, que coincidieron con el tiempo en qué gobernó como monarca absoluto ( 324-337 ) ( J. Fernández Ubiña ). Este emperador construyo varias basílicas, entre ellas la de la Vera Cruz, donde está el calvario y el sepulcro de Cristo.

Posiblemente, muchos aprovechemos la fiesta de hoy para recordar que la Cruz es el símbolo de los cristianos. Qué en la cruz murió Jesús por nuestros pecados, que en la cruz encontraremos nuestra salvación, a través del dolor y sufrimiento igual que Cristo.

Los cristianos llevamos mucho tiempo haciendo de la cruz, el mayor de los elogios triunfales del dolor, del tormento y del fracaso de la vida de Jesucristo en la Cruz. Dando así un verdadero culto al dolor y al sufrimiento de Jesús en su paso por este mundo, buscando con ello seguramente nuestro acercamiento más sincero a Dios Padre y a Jesús, de manera que se nos permita nuestra ansiada salvación. Sin duda alguna, ningún trozo evangélico ha sido tan distorsionado en su mensaje a lo largo de nuestras enseñanzas, que la llamada de Jesús a “tomar la cruz “.

Por eso hoy en la fiesta de la exaltación de la cruz debemos de reflexionar, si es la cruz solamente punto de encuentro de nuestra salvación y de la del mundo a través del sufrimiento y el dolor; o por el contrario, en la cruz empieza para nosotros una nueva vida donde podemos encontrar  nuestra salvación a través también de nuestra felicidad; es decir, es la cruz encuentro de felicidad para el cristiano o es solamente encuentro de tristeza, dolor y sufrimiento.

Pero esta fiesta debe también recordarnos a todos que la cruz tiene que ser para los creyentes y seguidores de Jesús lo que fue para él. La cruz para Jesús, fue el signo de enfrentamiento a los poderes de este mundo que representan el dominio de unos hombres sobre otros. La cruz, fue el símbolo que abrió el camino al amor,  la tolerancia, el respeto, la justicia, la solidaridad, la vida y la construcción del Reino de Dios en la tierra.

En la cruz, Jesús venció al mundo, venció al mal y abrió el camino a una nueva humanidad.

DIFUNDID EL EVANGELIO. PÁSALO.


viernes, 12 de septiembre de 2014

LA TOLERANCIA Y EL RESPETO SON LA BASE DE TODA RELACIÓN CORRECTA CON JESÚS.

Existen cosas en el ser humano, que son innatas en él y que a lo largo del tiempo y a pesar de sus distintas maneras de pensar y de ver la vida, siguen siendo misión de control por el ser humano. Me refiero a la apetencia que tenemos los seres humanos por ser importantes.

En los Evangelio, podemos observar la preocupación obsesiva, que tenían los discípulos, por saber quién es el más importante. Es decir, aquellos hombres de hace dos mil años, tenían las mismas apetencia que nosotros por ser importante en nuestro entorno social.

Pero por otra parte en los mismos textos evangélicos, podemos ver como Jesús se opuso siempre de forma tajante a esta apetencia a la importancia. Y es que Jesús vio en ello, un gran peligro para su comunidad de seguidores.

Y es que, el problema como es lógico está, en que uno quiera ser el más importante y el primero en la comunidad. Y otra es, que la comunidad te reconozca a ti, como parte importante de ella, por tus cualidades, sabiduría, experiencia y sobre todo, por tú seguimiento de Cristo.

Lógicamente; ¿dónde está el problema? En que uno quiera ser el más importante, estar por encima de los demás y no al servicio de los demás. Y para lograr eso, lo más seguro es que se tenga que enfrentar a otros, los tenga que humillar o los quiera dominar. Porque todo el que sube de esta manera, indiscutiblemente divide. Y por el contrario, todo el que baja y se humaniza suele unir.

Pero hay algo más grave. Lo peor que hace, el que quiere ser el más importante, es que pretende ponerse por encima de Cristo y hasta por encima de Dios. Es lo que afirma Jesús cuando presenta al niño y dice que en el niño está él y está Dios. Y por último y lo más importante, es que Jesús tampoco tolera la exclusión de nadie, sea del grupo que sea, ya sea de los discípulos de Jesús o vaya por libre.


En definitiva, para Jesús, los últimos son efectivamente los que tienen más categoría.

jueves, 11 de septiembre de 2014

SEPTIEMBRE ES EL MES DE NUEVOS PROYECTOS Y BÚSQUEDA DE NUEVOS HORIZONTES


Después de tres meses de ausencia por este blog, y con la llegada de septiembre volvemos a retomar nuevos proyectos y nuevos horizontes.

La llegada de septiembre supone para muchos, por no decir para la gran mayoría, el inicio de un nuevo año e incluso de un nuevo ciclo en nuestras vidas. Esos primeros días de septiembre suponen la oportunidad para plantearse nuevos objetivos, para desempolvar y dar forma a esos proyectos que imaginamos durante las vacaciones, la oportunidad de enderezar, replantearnos la marcha del año, de corregir el rumbo, de darle una nueva oportunidad a nuestros anhelos. En definitiva, que todo nuevo comienzo supone abrir la puerta a una nueva posibilidad.

Pero esto, no muchas veces es visto así por algunas personas que, piensan que la suerte de la vida no les acompaña. Para esas personas que, piensan de esa forma, les dejo aquí una historia que encontré un día en la red y que he publicado varias veces en el blog, pero que no me canso de leer y de reflexionar.

Había una vez un hombre que no tenía suerte. Tan cansado estaba de arrastrar su mala fortuna que un día decidió salir en busca del mismísimo Dios para preguntarle el motivo de su mala fortuna. Caminó y caminó durante varios días hasta que finalmente llegó hasta la orilla de un río. Allí, tumbado junto a sus aguas, vio a un lobo que se encontraba extremadamente delgado y sin fuerzas. Cuando el lobo vio acercarse al hombre le preguntó:

-Hombre, ¿a dónde vas?

-Voy en busca de Dios para preguntarle el motivo de mi mala suerte- contestó el hombre.

-Hombre- dijo el lobo- si encuentras a Dios, ¿puedes preguntarle por qué estoy tan débil y delgado y qué puedo hacer para remediarlo?

-Sí, si encuentro a Dios se lo preguntaré, no te preocupes- contestó el hombre y siguió caminando.

Caminó y caminó hasta llegar junto a un inmenso árbol que había perdido todas sus hojas. Cuando el hombre pasó junto al árbol este le dijo:

-Hombre, ¿a dónde vas?

-Bueno… voy a buscar a Dios para preguntarle el motivo de mi mala suerte.

-Ah por favor, si encontrarás a Dios, ¿podrías preguntarle por qué estoy tan enfermo y qué puedo hacer?- dijo el árbol con voz cansada.

-Pierde cuidado, si lo encuentro se lo preguntaré.

El hombre reemprendió su camino hasta que, ya anocheciendo llegó a una preciosa casa rodeada de un cuidado jardín. De la casa salió una bellísima mujer que se dirigió al caminante:

-Hombre- dijo suspirando- ¿a dónde vas?

El hombre volvió a repetir su respuesta: -Voy a buscar a Dios para preguntar por qué no tengo suerte.

-Vaya, si fueras tan amable, podrías preguntarle por qué estoy tan triste y sola y qué puedo hacer- pidió la mujer.

-Por supuesto- contestó el hombre- cuando lo encuentre se lo preguntaré.

El hombre siguió su camino durante varios días hasta que finalmente, al dar la vuelta a una esquina, tropezó de frente con el mismísimo Dios.

-¡Ay!- dijo el hombre- ¡Por fin os encuentro! Mirad señor, he venido a buscaros porque quiero saber por qué no tengo suerte.

-Te aseguro que tienes mucha suerte- le contestó Dios- y qué además tu suerte está ahí fuera, esperándote. Sólo tienes que estar atento, buscarla y la encontrarás.

- ¿De verdad?- preguntó incrédulo el hombre- ¿De verdad que voy a tener suerte?

-Te doy mi palabra de que lo que acabo de decirte es cierto- contestó Dios un tanto ofendido por las dudas.

El hombre se puso tan contento que salió sin despedirse a encontrarse con su nueva suerte cuando, de repente, recordó las preguntas del lobo, del árbol y de la bella mujer y volvió sobre sus pasos para preguntar a Dios. Dios le escuchó y le dio una respuesta para cada uno. El hombre tras agradecerle su atención, se despidió y salió corriendo en busca de su fortuna.

Según desandaba el camino el hombre se esforzó por estar atento para poder encontrar su suerte. Enseguida llegó hasta la preciosa casa del jardín donde la bella mujer le esperaba en la entrada. Iba vestida con un escotado vestido que realzaba, aún más, su enorme belleza.

-Hombre, ¿encontraste finalmente a Dios?, ¿pudiste hablar con él?

-¡Oh sí!- dijo el hombre con entusiasmo- encontré a Dios y me dijo que mi suerte está por aquí, que sólo tengo que estar atento y encontrarla.

- Hombre, ¿le preguntaste a Dios por qué estoy tan sola y triste y qué puedo hacer?

-¡Ah sí! Dios me dijo que estás sola y triste porque vives aquí sola, pero que si consigues un amante… ya nunca más estarás sola y triste.

La mujer dejó caer sutilmente el tirante de su vestido y susurró con pasión al oído del hombre:

-Hombre, quédate a vivir conmigo en esta preciosa casa. Disfruta de mi joven y hermoso cuerpo. ¡Sé tú mi amante!

El hombre quedó boquiabierto ante tal proposición, incluso le temblaban las rodillas, pero entonces le contestó:

-¡Me encantaría! En realidad eres la mujer más hermosa que he visto jamás, la amante que siempre soñé pero, no puedo detenerme ahora. ¿Estoy buscando mi suerte! Está aquí, cerca, en algún lugar, Dios me lo ha prometido. Lo siento, pero tengo que encontrarla.

Y el hombre continuó su viaje pensando que si encontraba pronto su suerte volvería para convertirse en el amante de aquella preciosa mujer. Al poco tiempo llegó junto al viejo árbol.

-Hombre, ¿encontraste a Dios?

-Sí, lo encontré y, ¿sabes una cosa? ¡Mi suerte está por aquí, sólo tengo que buscarla y encontrarla!

-¡Oh, cuánto me alegro! – contestó el árbol. ¿Le preguntaste a Dios por qué estoy tan enfermo?

-Sí, también se lo pregunté. Dios me dijo que estabas tan enfermo porque enterrado entre tus raíces hay un inmenso cofre con un tesoro y si encuentras a alguien que lo desentierre tus hojas volverán a brotar con fuerza.


-Hombre, por favor, coge tú el tesoro.

-¡Oh árbol cuánto me gustaría poder ayudarte! Pero no puedo detenerme, ¿entiendes? Estoy buscando mi suerte, sé que está por aquí cerca. Tengo que ir a buscarla.

El árbol, desesperado, insistió: - Mira, tienes una pala ahí al lado. Sólo te llevará unos pocos minutos. ¡Por favor, sácame el tesoro enterrado!

-Lo siento mucho árbol, tengo que seguir con mi búsqueda, pero no te preocupes, seguro que pronto pasará alguien que te quiera ayudar- y el hombre siguió su camino.

Llegó hasta el río donde encontró al lobo aún más débil y delgado que antes.

-Hombre, hombre… ¿encontraste a Dios?

- ¡Oh sí lo encontré! ¿Y sabes una cosa? Mi suerte está por aquí, sólo tengo que ir a buscarla y encontrarla.

-Hombre – susurro el hombre con sus pocas fuerzas- ¿le preguntaste a Dios por qué estoy tan débil y delgado y qué puedo hacer?

-¡Oh claro!- dijo el hombre servicial- Dios me dijo que si te comes al primer tonto que pase por aquí recuperarás tus fuerzas y ya nunca más estará débil y delgado.

El lobo lo miró, reunió las últimas fuerzas que le quedaban y, de un enorme salto se abalanzó sobre el hombre y lo devoró.

FELIZ REFLEXIÓN E INICIO DE TEMPORADA.


lunes, 8 de septiembre de 2014

HOY FESTIVIDAD DE LA NATIVIDAD DE MARIA

La festividad de la Natividad de María es una de las fiestas religiosas más populares y de más devoción que se realiza en la memoria de la Madre de Jesús. Hoy en muchos pueblos, comunidades autónomas se felicita a María como su patrona y protectora. En mi ciudad de Écija es Nuestra Señora del Valle.

Ahora bien, yo creo que la devoción a la Virgen debe ser central en la vida del cristiano. Pero esa devoción, debe ser rectamente orientada, y debe buscar no sólo la " protección " de María, sino antes que eso la " ejemplaridad " de María.

Ejemplaridad que comienza en María con su gran experiencia de Dios. El Dios de María es, ante todo, un Dios misericordioso, bondadoso, cercano. No es el Dios lejano, terrible, amenazante, que muchos israelitas tenían en sus sentimientos religiosos; y que muchos de nuestros contemporáneos continúan teniendo. Por eso, el evangelio de esta festividad, termina diciendo que María le pondría a su hijo el nombre de " Emmanuel ", que significa " Dios con Nosotros”. O sea, que en Jesús sabemos cómo es Dios y conocemos a Dios. Por lo que tenemos que aceptar que de Dios podemos conocer y conocemos, lo que de Él se nos reveló en la humanidad de Jesús. Por eso, decimos que Jesús es el Hijo de Dios. Y María, es la Madre de Dios.

"Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. "


Felicidades a todas las María del Valle, Guadalupe, Covadonga, Consolación y a todas las que celebren hoy su onomástica.

sábado, 6 de septiembre de 2014

EVANGELIO DOMINGO 7 DE SEPTIEMBRE 2014. 23º DEL TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio según San Mateo 18,15-20.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: " Si tu hermano, peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo. Os aseguro además que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para decir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".

COMENTARIO.-

El pasaje del Evangelio de Mateo correspondiente a este domingo, lo conocemos comúnmente como el de la corrección fraterna. El cual, ha sido utilizado para explicar el sacramento de la confesión. Pero si leemos detenidamente el texto evangélico, podemos comprobar que la pedagogía utilizada por Jesús, es muy distinta a la que nosotros hemos ido aplicando a lo largo del tiempo.

Según este texto Evangelio, la solución, que Jesús le da al problema del perdón de los pecados, es la más lógica y razonable. No tiene sentido que un hombre ofenda a otro, y luego vaya a pedirle perdón a un sacerdote. La idea de Jesús es que, quien busca sinceramente el perdón, tiene que pedirlo a la persona ofendida. Y así, en todo cuanto es pecado, es decir, en todo cuanto es hacer daño a alguien, ofender a alguien.

Digo esto, porque los confesores y sus confesionarios pueden convertirse en justificantes engañosos de perdones que nunca se conceden. Pero ocurre que, al pasar por el confesionario, ese ceremonial crea una falsa conciencia de perdón que, en realidad, no se produce. Dios no puede perdonar y reconciliar a los que no se han perdonado y reconciliado.

Por eso, el finalizar del trozo evangélico de hoy es claro y contundente. Nuestras familias y comunidades cristianas deben ser, ante todo, lugares de reconciliación y de verdad;" Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos". Esta debe ser la clave de todo, tener a Jesús en medio de todos y todos reunidos en su nombre.


Esto nos debe llevar también a reflexionar, sobre la preocupación última que tenemos de que cada vez son menos en la Iglesia. No hemos de pensar en grandes comunidades sino en grupos pequeños. El futuro del cristianismo en occidente dependerá en buena parte del nacimiento y el vigor de esos pequeños grupos de creyentes que, atraídos por Jesús, se reúnan en torno al Evangelio. Y experimenten la fuerza de la palabra de Dios, más que los dogmas y leyes de los hombres,  porque hemos dejado que doctrinas y preceptos de hombres ocupasen en nuestra predicación el lugar del evangelio de Dios.

PÁSALO.DIFUNDID EL EVANGELIO.

viernes, 5 de septiembre de 2014

SEPTIEMBRE. COMENZAMOS UN NUEVO CURSO PASTORAL.

Terminado el periodo estival de los meses de Julio y Agosto. Comenzamos con Septiembre, un nuevo curso pastoral.

Curso Pastoral que en muchas Parroquias y Arciprestazgos, empezaran a planificarse en estas primeras semanas de Septiembre. Quisiera, decir una cosa a todos los responsables de pastoral. Debemos de planificar la formación de los seglares, también de acuerdo con los futuros avances que la Iglesia tiene que ir afrontando. Es decir, una formación a la luz de los signos de los tiempos, una formación a la luz de la alegría del Evangelio  que nos permita ser verdaderos testigos de Jesucristo. Porque eso sí, se nos vaya a ir todo en formación y se nos olvide lo más importante la HUMANIZACION.

Si no afrontamos esto con la realidad que se debe afrontar, seguiremos perdiendo el tiempo, como lo hemos perdido durante 45 años, por no haber llevado a buen puerto el Concilio Vaticano II.

Engañados y convencidos, hemos dejado que doctrinas y preceptos de hombres ocupasen en nuestra formación el lugar del Evangelio de Jesús: la controversia desplazó del corazón a la piedad; la preocupación por la ortodoxia suplantó la lucha por la justicia; las ideologías ocuparon en nuestras preferencias el lugar de los necesitados.

Si no tengo un evangelio que llevar al hombre, entonces, creyente o no creyente, me muevo distraído y ciego hacia un destino de soledad entre los malditos". (Santiago Agrelo. Arzobispo de Tánger).

Como ya he dejado muchas veces de manifiesto en mi blog. La Iglesia ha abusado mucho, sigue abusando mucho y últimamente más con cierta tendencia a imponer preceptos y doctrinas en vez de poner énfasis en el EVANGELIO.

Que está última reflexión del verano, nos abra la puerta al nuevo curso que comenzamos, con la intención de hacer nuestro el objetivo de poner énfasis en el EVANGELIO, en lugar de tanto preceptos, mandatos, órdenes y castigos.