sábado, 30 de noviembre de 2013

EVANGELIO 1 DE DICIEMBRE 2013. PRIMER DOMINGO DEL TIEMPO DE ADVIENTO.

Evangelio según San Mateo 24,37-44.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
Lo que pasó en tiempos de Noé, pasará cuando venga el Hijo del hombre.
Antes del diluvio la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y, cuando menos lo esperaban, llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.

COMENTARIO.-


A este tiempo de cuatro semanas antes de la Navidad, se le llama ADVIENTO. “Adviento” significa: “venida, llegada”. Estas cuatro semanas están pensadas para que los cristianos nos preparemos para conmemorar la venida de Jesús al mundo. Y ¿de qué se trata esto?.

En primer lugar se trata de ir pensando que el día de Navidad recordaremos que Dios, en Jesús, se hizo presente en la historia de la humanidad. Y que desde el mismo instante en que Dios entra a formar parte de la historia de la humanidad en la persona de Jesús, esto debe de desencadenar en nosotros los seguidores de Jesús, una nueva forma de entender la religión y la vida.

Pero aunque el evangelio de este domingo, nos habla de la venida del Hijo del Hombre. No lo hace en la forma de una espera anunciada que no conocemos, sino que lo hace de una forma más de sentido escatológico. 


Este texto evangélico, es el claro reflejo de la teología de los evangelistas, en este caso Mateo. Pues como es bien sabido, la Iglesia que nace tras la resurrección del Señor, vivió en una apremiante expectativa del fin de los tiempos y por lo tanto de la venida inminente del Señor, de forma que así se llevaría la salvación.

Pero si leemos detenidamente este evangelio, es muy difícil precisar que esas palabras las dijera Jesús. Porque el texto evangélico, la verdad es que está escrito de una forma muy amenazante, postura que nos corresponde con la de Jesús en el resto de los evangelios.

Que debemos de aprender en este texto evangélico. En primer lugar, que no debemos de vivir angustiados, agobiado y triste porque debemos de estar en continua vela por la llegada día en que venga el Señor. Porque Jesús, no es un cazador de aquí te pillo, aquí te mato.

EN VERDAD, LO QUE JESÚS QUIERE ES QUE ESTEMOS, EN VELA, PENDIENTE Y ATENTO DE TODO LO QUE OCURRE A NUESTRO ALREDEDOR Y QUE ESTEMOS PREPARADOS PARA PODER DAR TESTIMONIO DE ÉL EN ESOS ACONTECIMIENTOS. PORQUE EN FUNCIÓN DE NUESTRO COMPORTAMIENTO ASÍ SERÁ SU VENIDA.

Y digo esto, porque abundan las personas que esperan hechos prodigiosos de la religión. Espera la bajada de un ángel que nos solucione todo. Las soluciones las tenemos que trabajar nosotros, con nuestra forma de vivir honradamente y llena de generosidad. En lugar de esperar soluciones bajadas del cielo, asumamos nuestra responsabilidad en nuestro entorno.

CRISTO VIENE Y LLEGA A TRAVÉS DE NOSOTROS, HOMBRES Y MUJERES DEL SIGLO XXI, NO DEL SIGLO XVI.


FELIZ DOMINGO. DIFUNDID EL EVANGELIO. PÁSALO.

viernes, 29 de noviembre de 2013

ADVIENTO, COMIENZA A VIVIR LA ALEGRÍA DE LA FE

Después, de este año de la fe que hemos vivido y que ha debido de suponer un año de gracia y de compromiso a Dios, donde hemos reforzado nuestra fe en Él y el compromiso de anunciarlo con gozo a los hombres de nuestro tiempo, abrimos la puerta a un nuevo tiempo litúrgico que es el Adviento, para anunciar esa alegría de la fe renovada en este año,  si no como diría el apóstol Pablo “vana es nuestra fe”.

La puerta a vivir la alegría de la fe, se nos abre ya, con el anuncio de la alegría de la venida y llegada de Jesús que vamos a celebrar en este tiempo litúrgico de Adviento.

El tiempo de Adviento consta de cuatro semanas que están pensadas para que los cristianos nos preparemos para conmemorar la venida de Jesús al mundo. 


Y ¿de qué se trata esto?

En primer lugar se trata de ir pensando que el día de Navidad recordaremos que Dios, en Jesús, se hizo presente en la historia de la humanidad. Y que desde el mismo instante en que Dios entra a formar parte de la historia de la humanidad en la persona de Jesús, esto debe de desencadenar en nosotros los seguidores de Jesús, una nueva forma de entender la religión y la vida.


La religión con Jesús no está en los templos solamente, sino que la religión con Jesús está y debe de estar presente en el mundo, siendo testigos de la esperanza que vamos a recibir en Él, actuando con honradez y responsabilidad en todos los ámbitos sociales. Ésta es verdaderamente, la realidad que Jesús nos va a pedir.

Por eso, dentro de esa realidad deberíamos preguntarnos:

 - ¿Es posible contagiar la fe en este mundo, sin estar nosotros en el mundo?

- ¿Es posible llevar el Evangelio al mundo, ignorando los pensamientos, los sentimientos de los hombres y mujeres que nos rodean en este mundo?

 - ¿No será un error dar respuestas de otros tiempos y momentos?

No está mal, que en estos tiempos de cambios y de grandes perturbaciones sociales y culturales que estamos viviendo; y que lógicamente están configurando una forma de pensamiento  y que a su vez está generando una nueva forma de vivir, dediquemos un tiempo a reflexionar sobre la fe, nuestra fe.

Pues todas estas perturbaciones y circunstancias que nos rodean, hace que cada día que pasa, se haga más difícil esto de la fe. Y cada día que pasa, hay más gente que anda hecha un lío con esto de la fe.

Para ello, lo primero que deberíamos tener claro para salir de este lío y dificultades que se nos presenta sobre la fe, es una cosa. Y es que, una cosa es “lo que” se cree; y otra cosa es “en quien” se cree. Y aunque a simple vista parece lo mismo, pues no es lo mismo.

“Lo que” se cree, se refiere a verdades, normas, mandamientos, ritos, ceremonias….Es, por tanto, un acto intelectual, de razonamiento esencialmente.

“En quién” se cree, se refiere a personas. Esto quiere decir, que tener fe en alguien, es fiarse de esa persona, es decir, confiar, ser fiel. En este caso la fe, ya no es un acto intelectual, sino una experiencia, que nos lleva a tener confianza, a fiarnos y ser fiel.

Que quiero decir con todo esto, que no es lo mismo relacionarse con” verdades” que relacionarse con “personas”. A las verdades se las acepta con la cabeza y la razón. A las personas se las acepta con el corazón y la vida.

Aquí, es donde empieza desde mi punto de vista, nuestros grandes problemas y dificultades de nuestra fe, de su transmisión y de nuestro conocimiento de Dios.

Y es que hemos querido saber, conocer, creer y transmitir a Dios, desde las verdades de la razón y no desde la experiencia, confianza y fidelidad a Jesús.  Olvidándosenos lo que el evangelio de Juan dice con respecto a esta afirmación fundamental

 “A Dios nadie lo ha visto jamás; es el Hijo único, que es Dios y está al lado del Padre, quien lo ha explicado” (Jn 1,18).

Lógicamente, esto quiere decir dos cosas. En primer lugar, quiere decir que Dios es inalcanzable e incomprensible para el entendimiento humano. Dios está muy por encima de todo lo que nuestra inteligencia puede alcanzar y comprender. En segundo lugar, quiere decir que ese Dios, inalcanzable e incomprensible, se ha dado a conocer en la persona y en la obra de Jesús de Nazaret.

Por lo tanto, no se trata de conocer a Dios para saber de esa manera quién es Jesús y cómo es Jesús, sino que se trata exactamente de todo lo contrario, de saber cómo fue Jesús, para saber de esa manera quién es Dios y cómo es Dios. O sea, que es viendo a Jesús, cómo vemos a Dios. Y conociendo las costumbres, las preferencias, el estilo de vida de Jesús, así es cómo conocemos a Dios y nos enteramos de lo que Dios quiere y lo que a Dios le agrada.

Pero no se trata sólo de esto. Hay en todo esto algo que es lo más decisivo y que empezamos a vivir en este tiempo de Adviento. Se trata de caer en la cuenta de que a Dios lo conocemos y lo encontramos en la humanidad de Jesús. Por lo tanto, cuando hablamos de la humanidad de Jesús y elogiamos la entrañable humanidad de Jesús, lo más importante que hay en todo eso no es sólo la ejemplaridad de Jesús. Lo decisivo es que, en la humanidad de Jesús se nos da a conocer Dios mismo y, además de eso, también en esa humanidad descubrimos el proyecto de Dios. Porque, en última instancia, lo que Jesús nos enseña es que el proyecto de Dios y lo que Dios quiere de nosotros, no es que nos divinicemos, sino que nos humanicemos.

Resumiendo todo lo anterior, podemos decir que, en nuestra educación religiosa, se produjo un desplazamiento, de la “fe personal” en Jesús, a la “fe racional” en los dogmas. Lo cual ha representado una dificultad enorme, casi insuperable, en los tiempos que corren. Porque la “fe racional” son verdades que la razón no entiende, ni puede entender, y es algo que sólo se puede aceptar si el que enseña eso tiene una gran credibilidad. Y eso, es lo que posiblemente, nos haya pasado a la gran mayoría de los que formamos parte de la Iglesia, que nuestras enseñanzas no han sido creíbles, porque nuestro estilo de vida ha sido muy distinto a nuestras enseñanzas.

Por todo esto, resulta evidente que, para comprender la fe cristiana, tenemos que empezar por la fe de Jesús y la fe en Jesús. Ya que de esta manera, es la única de que podamos conocer al Dios de Jesús, y por lo tanto comprender a Dios. Porque según nuestra fe, Jesús es Hijo de Dios y es Dios, por que Jesús vivía y actuaba como Dios.

Cuando uno piensa un poco detenidamente estas cuestiones, se plantea si la cuestión está en que posiblemente, hemos hecho más un estudio y conocimiento de Jesús, de su evangelio y su comunidad la Iglesia, que una vida del seguimiento de Jesús, de su Evangelio y de vivir en comunidad Eclesial.

Por eso, cuando el domingo pasado el Papa Francisco nos exhortaba apostólicamente con el documento Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio) sobre el anuncio del evangelio al mundo. Uno se plantea las siguientes cuestiones:

¿Cuándo nos vamos a sentar para aunar fuerzas, reflexionar juntos y buscar entre todos el camino que hemos de seguir?

 ¿No necesitamos dedicar más tiempo, más escucha del evangelio y más meditación para descubrir llamadas, despertar carismas y cultivar un estilo renovado de seguimiento a Jesús?

Las respuestas a estos interrogantes, meditémosla y démosla sin duda alguna en este tiempo de Adviento

-       desde la alegría de nuestra fe en la llegada de Dios que se humanizo en Jesús.


-       desde la alegría de nuestro espíritu salesianos en nuestro entorno, nuestra familia, nuestro trabajo, teniendo en cuenta que “ los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo”(GS).


-       desde la alegría de  María, Madre de Jesucristo, como “prototipo y modelo para la Iglesia”, y como mujer humilde que escucha a Dios con confianza y alegría. Desde esa misma actitud hemos de escuchar a Dios en la Iglesia actual.



-       ”Alégrate”. Es lo primero que María escucha de Dios y lo primero que hemos de escuchar también hoy. Por eso, desde la alegría de la fe en María de Auxiliadora, madre de Jesús, que nos enseño “haced lo que Él os diga” como verdadera fuente  de confianza y fidelidad a Jesús, FELIZ ADVIENTO, Y COMENZEMOS A VIVIR LA ALEGRÍA DE LA FE, teniendo en cuenta ““ los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo”(GS)

lunes, 25 de noviembre de 2013

25 DE NOVIEMBRE DIA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA Y EXPLOTACION DE LA MUJER.

En este día internacional contra la violencia de género, creo que nosotros los cristianos debemos de hacer una gran reflexión.

Pues los Evangelios están llenos de pasajes que muestran constantemente la preocupación de Jesús por los pobres y las mujeres. Son conmovedores los pasajes en los que Jesús iguala la dignidad de la mujer a la del hombre, en una época donde la mujer era esclava. Por ello, los seguidores de Jesucristo debemos de manifestar que el hombre y la mujer son iguales en dignidad; debemos de reivindicar la necesidad de redefinir la masculinidad y la feminidad desde otros parámetros distintos a los actuales, caminar hacia una cultura y educación que promueva otros valores como el amor, el respeto, la comprensión, el compartir vida y responsabilidades.

No se podrá romper la cadena de violencia sólo con medidas de carácter penal, sino que se necesita también una educación alternativa, basada en el amor, el respeto mutuo y la igualdad entre mujeres y hombres, que redefina la masculinidad y la feminidad desde valores solidarios.


Por eso la Iglesia debe unirse a todas las organizaciones sociales, para unir esfuerzos a los de todas aquellas personas y colectivos que trabajan para erradicar la violencia de género, haciendo posible una vida más digna para la mujer y el hombre. Sólo así será posible una sociedad más humana y más justa donde impere la paz y el amor.

sábado, 23 de noviembre de 2013

EVANGELIO DOMINGO 24 DE NOVIEMBRE 2013. FESTIVIDAD DE JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO.

Evangelio según San Lucas 23, 35-43.

En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús diciendo:- A otros ha salvado, que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.
Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo:- Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:- ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.
Pero el otro le increpaba:- ¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada. Y decía:- Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino.
Jesús le respondió:- Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.

COMENTARIO.-

La liturgia de este domingo nos presenta la festividad de Jesucristo Rey del Universo. Esta festividad es muy reciente en la historia Iglesia. Fue instituida por el Papa Pio XI, el 11 de diciembre de 1925, instituyó esta solemnidad como cierre del año litúrgico. Su propósito es recordar la soberanía universal de Jesucristo.

Después de leer detenidamente el texto evangélico de este domingo,  nos debemos de parar un poco a meditar bien la festividad que celebramos hoy;  y es que, el título de rey aplicado a Jesús, tropieza con dos dificultades, la primera.- la secular " mundanización "; segunda.- el exagerado " misticismo”. (Castillo).

En el primer caso, el título de rey es una cosa mundana. Que además está asociado, en la mentalidad de mucha gente, a las antiguas monarquías absolutas. Por eso, aplicarle a Jesús el título de " rey " tiene peligro de evocar el poder político que tuvo la religión de Israel. Y el poder temporal que, desde el emperador Constantino, la Iglesia ha ejercido con tanta frecuencia. Un poder que además, hoy pretende seguir ejerciendo, basándose en el argumento según el cual la religión es la referencia última en los asuntos relacionados con el comportamiento ético, como nos recordó Benedicto XVI, en la presentación de la exhortación apostólica 'Verbum Domini'. En los tiempos que corren, creo que fijar los límites de la religión en este orden de cosas, puede ser uno de los asuntos más importantes, para el acercamiento de las personas a la Iglesia.

El segundo tema puede ser el misticismo, que el que algunas personas pueden ven a Jesús como Rey, clavado en la cruz. El peligro está aquí en asociar la cruz solamente con el sufrimiento, llegándonos a creer, que nuestro seguimiento en Jesús debe de estar basado en nuestro sufrimiento y en nuestro dolor.

La muerte de Jesús en la cruz NO DEBEMOS SOLAMENTE ASOCIARLA CON EL SUFRIMIENTO, SINO COMO LA LUCHA CONTRA EL SUFRIMIENTO DE LOS DEMÁS.

Por eso el Evangelio de este domingo nos enseña que COGER LA CRUZ DE CRISTO, NO ES MORTIFICARSE, VIVIR EN LA TRISTEZA Y EN EL DOLOR. COGER LA CRUZ DE CRSITO ES SER RESPONSABLE CON LA REALIDAD QUE NOS RODEA Y ACTUALIZAR SU MENSAJE A LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS.

Con este domingo finalizamos el año litúrgico y clausuramos el año de FE que el  14 de octubre del año pasado iniciamos, de acuerdo con lo que nos pedía el Papa emérito Benedicto XVI, y que coincidía también con el 50 aniversario del inicio del concilio Vaticano II y los 20 años de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica. En su carta Porta fidei, Benedicto XVI decía que el objetivo principal de este Año era fortalecer nuestra fe, redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo, y ayudar a los que se han alejado a descubrir que ser y vivir como cristiano es maravilloso, que llena la vida de paz y de alegría y le da sentido de plenitud.

Transcurrido este año ¿Cuándo nos vamos a sentar para aunar fuerzas, reflexionar juntos y buscar entre todos el camino que hemos de seguir? ¿No necesitamos dedicar más tiempo, más escucha del evangelio y más meditación para descubrir llamadas, despertar carismas y cultivar un estilo renovado de seguimiento a Jesús?

Jesús llama también al realismo. Estamos viviendo un cambio sociocultural sin precedentes. ¿Es posible contagiar la fe en este mundo nuevo que está naciendo, sin conocerlo bien y sin comprenderlo desde dentro? ¿Es posible facilitar el acceso al Evangelio ignorando el pensamiento, los sentimientos y el lenguaje de los hombres y mujeres de nuestro tiempo? ¿No es un error responder a los retos de hoy con estrategias de ayer?

Sería una temeridad en estos momentos actuar de manera inconsciente y ciega. Nos expondríamos al fracaso, la frustración y hasta el ridículo. Según la parábola, la "torre inacabada" no hace sino provocar las burlas de la gente hacia su constructor. No hemos de olvidar el lenguaje realista y humilde de Jesús que invita a sus discípulos a ser "fermento" en medio del pueblo o puñado de "sal" que pone sabor nuevo a la vida de las gentes.

Hoy por ser el último domingo del año litúrgico, me he extendido algo más de lo frecuente.


JESUCRISTO ES REY, POR QUE FUE BUENO Y PASO HACIENDO EL BIEN A TODOS.

FELIZ DOMINGO. DIFUNDID EL EVANGELIO. PASALO.


viernes, 22 de noviembre de 2013

UN AÑO PENSANDO EN LA FE. ¿QUÉ HEMOS MADURADO EN LA FE?

Este domingo clausuramos el año de la FE que comenzábamos el 14 de Octubre del año pasado, de acuerdo con lo que nos pedía el Papa Emérito Benedicto XVI, y coincidiendo también con el 50 aniversario del inicio del Concilio Vaticano II y los 20 años de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica. En su carta Porta fidei, Benedicto XVI decía que el objetivo principal de este Año era fortalecer nuestra fe, redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo, y ayudar a los que se han alejado a descubrir que ser y vivir como cristiano es maravilloso, que llena la vida de paz y de alegría y le da sentido de plenitud.

Por eso, transcurrido este año lo primero que deberíamos tener claro, es una cosa. Y es que, una cosa es “lo que” se cree; y otra cosa es “en quién” se cree. Y aunque a simple vista parece lo mismo, pues no es lo mismo. “Lo que” se cree: se refiere a verdades, dogmas, normas, mandamientos, ritos, ceremonias… Es, por tanto, un acto intelectual esencialmente. “En quién” se cree: se refiere a personas. Que quiere decir esto, que tener fe en alguien, es fiarse de esa persona, es decir, confiar, ser fiel (tener fidelidad). Claro aquí la fe, ya no es esencialmente un acto intelectual, sino una experiencia, que nos lleva a tener confianza, a fiarnos y ser fiel.

Quiero decir con todo esto que no es lo mismo relacionarse con “verdades”, que relacionarse con “personas”. A las verdades se las acepta con la cabeza y la razón. A las personas se las acepta con el corazón y la vida.

Llevado este razonamiento a nuestra fe cristiana, debemos de deducir, que antes que la fidelidad a la “verdades” que enseñó Jesús, está la fidelidad a la vida que llevó Jesús. Es decir, que nuestra fidelidad, nuestra fe, no nos debe de llevar sólo a lo que dijo Jesús, sino, antes que eso, a la persona misma de Jesús.

Por todo esto se comprende que, en los evangelios, la fe se entiende como confianza en Jesús y como fidelidad hacia Jesús. Pero no sólo del Jesús Resucitado, si no que antes de nada, del Jesús, que recorrió los caminos y las aldeas de Galilea, y murió crucificado en Jerusalén. Es decir, que la fe cristiana no puede prescindir de la vida y de la historia de Jesús.
Así nos los demuestran y, nos lo resuelven los estudios teológicos.  Estos estudios, nos plantean que el problema que ha presentado la propagación de la fe cristiana, es que esa fe cristiana fue explicada, primero, por san Pablo (entre los años 50 al 55). Y mucho más tarde (entre los años 70 al 80) fue explicada por los evangelios. Y aquí, lógicamente empezó el dilema, ya que Pablo, no conoció al Jesús terreno. Pablo sólo conoció al Cristo Resucitado. Y, por consiguiente, explicó la fe, no como una experiencia que se refiere a algo que se vive en esta vida, sino como una experiencia que se refiere a verdades que trascienden de este mundo y tienen su centro en el otro mundo. Por eso, cuando Jesús les decía a los enfermos: "Tu fe te ha salvado", se refería obviamente a que la confianza y la fidelidad, que aquellas pobres gentes ponían a Jesús, las liberaba de sufrimientos, penas y otras desgracias de esta vida. Mientras que, cuando Pablo dice "estamos salvados por la fe", se refiere a la salvación sobrenatural y eterna, algo que trasciende este mundo. Pero además, la cuestión, se complica cuando caemos en la cuenta, de que Pablo presenta la fe como fe en Cristo crucificado, que sufrió y murió por nuestros pecados, y que así, con su pasión y su muerte, se constituyó en "sacrificio" de "expiación", que aplacó la ira de Dios contra los pecadores. Hasta el punto de que Pablo llega a decir que Dios "no perdonó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros" (Rom 8, 32). (JM Castillo).

A nada más que realicemos un reposado estudio de lo expuesto anteriormente, podemos concluir que, la fe que resulta de todo esto, es una fe que:

1.- Consiste en aceptar verdades que no podemos conocer porque no están a nuestro alcance.
 2.- Consiste en aceptar a un Dios que necesita el sufrimiento y la muerte de su propio Hijo, para perdonar a los que le ofenden.
3.- Consiste, por tanto, en creer lo que no podemos comprobar, ni demostrar, creer algo increíble, absurdo, que parece, más una patología mental, que una virtud o excelencia que merezca recompensa alguna.

Por todo esto, resulta evidente que, para comprender la fe cristiana, tenemos que empezar por la fe de Jesús y la fe en Jesús. Ya que de esta manera, es la única de que podamos conocer al Dios de Jesús, y por lo tanto comprender a Dios.

Jesús llama también al realismo. Estamos viviendo un cambio sociocultural sin precedentes. ¿Es posible contagiar la fe en este mundo nuevo que está naciendo, sin conocerlo bien y sin comprenderlo desde dentro? ¿Es posible facilitar el acceso al Evangelio ignorando el pensamiento, los sentimientos y el lenguaje de los hombres y mujeres de nuestro tiempo? ¿No es un error responder a los retos de hoy con estrategias de ayer?

Transcurrido este año ¿Cuándo nos vamos a sentar para aunar fuerzas, reflexionar juntos y buscar entre todos el camino que hemos de seguir? ¿No necesitamos dedicar más tiempo, más escucha del evangelio y más meditación para descubrir llamadas, despertar carismas y cultivar un estilo renovado de seguimiento a Jesús?


Sería una temeridad en estos momentos actuar de manera inconsciente y ciega. Nos expondríamos al fracaso, la frustración y hasta el ridículo. Según la parábola, la "torre inacabada" no hace sino provocar las burlas de la gente hacia su constructor. No hemos de olvidar el lenguaje realista y humilde de Jesús que invita a sus discípulos a ser "fermento" en medio del pueblo o puñado de "sal" que pone sabor nuevo a la vida de las gentes.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

2O DE NOVIEMBRE DÍA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS DEL NIÑO.

Hoy, 20 de Noviembre se celebra el Día Universal del Niño, para conmemorar la Declaración de los Derechos del niño que tuvo lugar en el año 1959.

Principio 1: El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta declaración. Estos derechos serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna ni distinción o discriminación por motivo de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición, ya sea del propio niño o de su familia.

Principio 2: El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensando todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad.

Principio 3:  El niño tiene desde su nacimiento derecho a un nombre y a una nacionalidad.

Principio 4: Tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud; con este fin deberán proporcionarse tanto a él como a su madre, cuidados especiales, incluso atención prenatal y postnatal. El niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y servicios médicos adecuados.

Principio 5: El niño física o mentalmente impedido o que sufra algún impedimento social debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especial que requiere su caso particular.

Principio 6: El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, necesita amor y compresión. Siempre que sea posible deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en un ambiente de afecto y seguridad moral y material; salvo circunstancias excepcionales, no deberá separarse al niño de su madre. La sociedad y las autoridades públicas tendrán la obligación de cuidar especialmente a los niños sin familia o que carezcan de medios apropiados de subsistencia. Para el mantenimiento de los hijos de familia numerosas conviene conceder subsidios estatales o de otra índole.

 Principio 7: El niño tiene derecho a recibir educación, que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades desarrollar sus aptitudes, su juicio individual, su sentido y llegar a ser un miembro útil de la sociedad. El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe, en primer término, a sus padres. El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deberán estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.

Principio 8: El niño debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros que reciben protección y socorro.
Principio 9: El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de mal trato. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicara ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o educación, o impedir su desarrollo físico, mental o moral.


Principio 10: El niño debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa o de cualquier otra índole. Debe ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena conciencia de que debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes.

sábado, 16 de noviembre de 2013

EVANGELIO DOMINGO 17 DE NOVIEMBRE 2013. 33ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21. 5-19

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: - «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»
Ellos le preguntaron: - «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?»
Él contestó: - «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: “Yo soy”, o bien: “El momento está cerca; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.»
Luego les dijo: - «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.
Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.
Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»

COMENTARIO.-

Estamos ya concluyendo el Año Litúrgico, por eso los textos de la Escritura de este domingo nos invitan a reflexionar sobre las realidades últimas, sobre el fin de la historia y la venida definitiva de Cristo.

Durante mucho tiempo hemos identificado este texto evangélico como lo que puede ocurrir como primicia del fin del mundo. En la historia del cristianismo, el final del mundo ha sido un tema siempre presente. Ser cristiano implicaba creer que nuestra vida va acabar con un juicio de Dios sobre nosotros, y también la existencia del mundo como conjunto: Dios decidiría en algún momento- muy probablemente por sorpresa - el final del mundo, y toda la humanidad sería convocada a juicio.

Pero si durante mucho tiempo hemos identificado este texto como lo que puede ocurrir como primicia del fin del mundo. Hoy debemos de mirarlo desde otro punto de vista. 

En este texto Jesús lo que quiere presentarnos ES QUE EL HOMBRE CUANDO DESTRUYE SU RELACIÓN CON DIOS, ESTA DESTRUYENDO LA RELACION DE LA HUMANIDAD, Y LA RUPTURA DE ESTA RELACION NOS LLEVARA Y NOS ENCAMINARA AL FIN DE LOS TIEMPOS.

Si leemos este texto del evangelio de hoy, sin tener referencia en sus sinópticos en Mt 24, 1-2 y Mc. 13, 1-2; que se escribieron antes. Nos costará trabajo comprender que el templo al que se alude al principio del texto evangélico, es el Templo de Jerusalén. Pues sin tener la referencia de Mateo Y Marcos, podemos entender en Lucas, que el templo del cual habla en este pasaje no es el Templo de Jerusalén, sino que nosotros somos los templos de Jesús, como templo de la vida.

Es importante tener en cuenta que el Templo era el centro de la religión. El judaísmo tenía la firme convicción de que Dios está en el Templo. De ahí que hablar de la destrucción del Templo es hablar de la destrucción de la religión. Por eso, para Jesús la destrucción de la religión, es la destrucción del Dios de ley por el Dios del amor.

Jesús nos enseña, LA BUENA RELACION CON DIOS NO ESTA EN EL TEMPLO, SINO QUE LA BUENA RELACION CON DIOS ESTA CON LOS DEMÁS SERES HUMANOS EN EL MUNDO.

Pero Jesús quiere dejar constancia a sus seguidores, de que el camino a seguir no es fácil, estará lleno de dificultades y luchas.

Los profundos cambios socioculturales y económicos que se están produciendo en nuestros días, nos han de urgir más que nunca a buscar en Jesús la luz y la fuerza que necesitamos para leer y vivir estos tiempos de manera lúcida y responsable.

Es ahora precisamente cuando hemos de reavivar entre nosotros la llamada a ser testigos humildes pero convincentes de Jesús, de su mensaje y de su proyecto.



DIFUNDID EL EVANGELIO. PÁSALO.

En este domingo se celebra también el día de la Iglesia diocesana. Esta celebración nos hace tomar conciencia de que formamos parte de una comunidad más amplia que nuestra parroquia y que debemos orar y velar por ella para que toda ella de testimonio de Cristo resucitado ante un mundo con frecuencia hostil al mensaje evangélico.

viernes, 15 de noviembre de 2013

DIOS Y LAS CATÁSTROFES NATURALES

En esta semana, en los buenos días con los que la familia salesiana comienza su jornada escolar, hemos tenido presente al pueblo de Filipinas.

Sus reflexiones han llevado a que algunos alumnos se plantearan ¿Y cómo es que Dios no la evita, siendo creador del universo?. ¿Por qué no evita Dios los tifones?¿Por qué consiente Dios ese sufrimiento, si Él nos ama?

Cada vez que ocurre una desgracia provocada por los elementos de la naturaleza surge, de una u otra forma, la pregunta por el papel de Dios en la catástrofe, y no solamente en personas jóvenes si no quizás con más profundidad en personas mayores, como ya hemos comentados varias veces desgraciadamente en este blog.

Ante este interrogante, debo de decir, que Dios no permite esas cosas. Porque si el Dios en el que creemos, quiere eso, es un Dios malo y enfermo.

El problema no está en Dios, sino en el Dios, que nosotros nos imaginamos. Un Dios con un poder inmenso. Y, posiblemente el poder de Dios no es, como nosotros nos imaginamos. Nunca debemos de olvidar, que Dios no está a nuestro alcance, y que por lo tanto, no podemos saber como es.

El Dios que nosotros conocemos, el Dios de nuestra religión, no es más que el Dios de Jesucristo. Y al Dios de Jesucristo, solamente lo podemos conocer a través del estilo de vida de Jesús. Viviendo, como Jesús, podremos encontrar a un Dios que es amor y compresión del ser humano. Este es el verdadero poder de nuestro Dios, el amor que nace entre los seres humanos.

Por lo tanto, lo único que nosotros podemos conocer es que el mundo, nuestro planeta y la naturaleza es como es y pasan las cosas que pasan. Y lo cierto es, que no sabemos, si existe algún responsable de lo que ocurre. Lo que podemos decir, es que el mundo es como es, y nada más.

Ahora bien, muchos seguirán creyendo, que Dios es el culpable de todo.

Y a la pregunta  ¿Cómo se hace presente en Filipinas? Dios siempre interviene a través de los seres humanos. Por medio de la solidaridad de tantas personas que entregan su saber, su tiempo, su esfuerzo y su dinero para paliar los efectos inevitables de la catástrofe.


Si comprendiéramos el mensaje de Jesús, lo que nos toca a nosotros es procurar remediar o aliviar el sufrimiento humano lo más rápido y mejor posible. De esta manera Dios se hace presente en este mundo.

martes, 12 de noviembre de 2013

NO EXISTE VERDADERA JUSTICIA, SIN EL PERDÓN A LA VÍCTIMA

La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha optado por seguir su propio criterio y resolver los recursos de los etarras que han solicitado su excarcelación tras la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que anuló la aplicación de la doctrina Parot. Con un ajustado resultado de nueve votos contra ocho, los magistrados de la sala decidieron el pasado viernes día 8 de Noviembre decretar la libertad de nueve etarras que, de no habérseles aplicado la fórmula elaborada por el Supremo en 2006 para el cómputo de las redenciones (la llamada doctrina Parot), habrían estado ya en libertad desde hace años, en la mayoría de los casos.

El primero en salir ha sido el etarra Juan Francisco Gómez López, que llevaba 22 años presos y ha abandonado la prisión de Basauri (Bizkaia) antes de la seis de la tarde. Domingo Troitiño, condenado por el atentado de Hipercor, ha abandonado también la prisión de Teixeiro (A Coruña): llevaba 26 años preso de los 1.000 a los que fue condenado por 22 asesinatos. El mismo Troitiño ha dicho a los reporteros gráficos "ya está", una vez captaron su imagen, mientras que sus acompañantes han pedido a los informadores que busquen otra profesión más digna, con distintos mensajes en este sentido.

José Ignacio Urdiain ha abandonado la prisión de Picassent (Valencia) tras 24 años entre rejas. Habría salido en 2009 de no habérsele aplicado la doctrina Parot.

Jokin Mirena Sancho y Luis María Azcargorta salieron del centro penitenciario de Zuera. El primero había condenado a más de 156 años de cárcel por varios atentados, entre ellos el asesinato en 1983 de Jesús Blanco Cereceda, jefe de comunicaciones del aeropuerto de Noain en Pamplona, y el del policía nacional Diego Torrente Reverte en 1984.

Elías Fernández Castañares, integrante del comando Orbaiceta y preso en la cárcel de Villabona (Asturias) desde hacía 27 años. El último en salir ha sido Isidoro María Garalde Bedialauneta, alias Mamarru, que ha abandonado en torno a las ocho de la tarde el centro penitenciario de Puerto I, en El Puerto de Santa María (Cádiz) al grito de "ondo nago" ("estoy bien").

Asimismo, Joseba Koldobica Artola ha sido otro de los etarras que ha quedado en libertad. Detenido en 1986 y condenado por dos asesinatos se encontraba en la cárcel de Daroca. Habría salido de prisión en 2006 de no ser por la doctrina Parot.

Por su parte, Luis María Azcargorta había sido condenado a más de treinta años de cárcel por el atentado con una bomba-lapa cometido por el comando Araba en 1985 en Vitoria en un vehículo de un policía nacional Félix Gallego Salman, que falleció.

Por nueve votos frente a ocho, la sala ha acordado la puesta en libertad de nueve de los once presos.

Lógicamente, todo esto está produciendo una nueva división en la sociedad, entre los que son partidarios de la ley y los que no. Los familiares de las víctimas se revelan ante la crueldad del que le quito la vida a un ser querido, este en libertad. Los que tienen asuntos pendientes con la justicia desde hace años –que es lo normal-, ven como esto se resuelve en horas. Por parte de los presos y los grupos que lo apoyan, los primeros su ansiada libertad, los segundo la voz de su victoria.

Mi opinión al respecto de todo esto y desde mi punto de vista cristiano, es de denunciar que la justicia, en este país llamado España – por el momento-  no es igual para todos. Pues, no se resuelve todo con la misma rapidez. Y con esto,  no quiero decir que no esté de acuerdo con la liberación de los presos etarras, si la ley lo ampara. Pero lógicamente, lo que no puedo estar de acuerdo, es que salga sin el más mínimo arrepentimiento de quitar la vida a otra persona, en definitiva sin pedir perdón por lo menos a sus víctimas, por mucha condena que hayan cumplido.


sábado, 9 de noviembre de 2013

EVANGELIO DOMINGO 10 DE NOVIEMBRE DEL 2013. 32ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio según San Lucas 20, 27-38.

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección y le preguntaron: " Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella”.

Jesús les contestó: "En esta vida hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: " Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos sino de vivos: porque para él todos están vivos”.

COMENTARIO.-


La verdad, que hacer un comentario de este texto evangélico es algo complicado, ya que nunca creo yo, que sabremos en este mundo lo que es la vida que, por la fe, esperamos después de la muerte.

Para entender este extraño caso, que los saduceos le plantean a Jesús, hay que tener en cuenta: 1) que la teología particular del partido saduceo no admitía la resurrección de los muertos, un asunto en el que diferían radicalmente de los fariseos, que creían en la futura resurrección. 2) que en el antiguo Oriente Próximo estaba bastante extendida la ley del matrimonio levirático, que consistía en que el cuñado de una mujer tenía que dar hijos a su propio hermano muerto sin descendencia, para perpetuar el nombre del difunto. Esta costumbre había sido aceptada por los asirios, hititas y cananeos. Los judíos asumieron esta forma de matrimonio, como consta en Deut 25,5 y Gen 38, 8. (Castillo).

Lo que menos interesa, en este relato, es el caso esperpéntico que los saduceos le plantean a Jesús. Tampoco interesa, en la respuesta de Jesús, el tema de sexualidad, en el sentido de que aquí el evangelio estaría enseñando que el sexo es asunto de esta vida y de la otra vida. En la ley del levirato, lo que estaba en juego no era la sexualidad, sino la descendencia, cosa que, en caso de que haya otra vida, es un asunto que ya no interesa. (Castillo).


Lo que Jesús quiere dejar claro es que, en cualquier caso, el Dios de Jesús, el Dios que se nos revela en Jesús, es Dios de vida. O sea, es un Dios necesariamente vinculado a la vida, no a la muerte. De ahí que, si Dios sigue siendo Dios para los se nos van de este mundo, su destino no es la muerte, sino la vida. No sabemos cómo será esa vida. Lo que sabemos es que, con la muerte, no se acaba la vida. La vida sigue adelante. Y sigue, sin las limitaciones propias de esta vida. Eso es lo que este evangelio enseña.

SI NOS INTERESA LA RELIGIÓN, DEBEMOS TENER MAYOR COMPROMISO SOCIAL

Por mucho que leo y releo los Evangelios, en ellos, encuentro que el centro de las preocupaciones de Jesús no fue la religión oficial del judaísmo, sino el sufrimiento de la gente que lo rodeaba.

Lo mismo, que no se cansa de recordarnos el papa Francisco, desde que comenzó su pontificado. Recordándonos a todos - empezando por el clero - que, por muy importante que sea la religión, es mucho más apremiante remediar el hambre y atender a la salud de niños, ancianos y enfermos.

No quiero decir con esto, que las personas que se encuentran en el ambiente de la religión no estén pendientes del sufrimiento de las personas que están en su entorno. Es verdad que instituciones religiosas como Caritas, parroquias, ongs y otras instituciones similares derrochan caridad y generosidad con incontables personas necesitadas. Esto es justo y necesario reconocerlo

Este gran problema social y humano que nos rodea debe de ser para nosotros los cristianos, un hecho de reflexión desde nuestra fe, y desde un discernimiento de los evangelios, que nos lleven a una nueva renovación de nuestro compromiso social, en función de los signos de los tiempos.

Yo supongo que nuestros políticos se dan cuenta de esto. Pero si es que ni de esto se enteran (o no les interesa), que no nos hablen más de los presuntos crecimientos económicos, que sólo cuadran con sus cuentas y proyectos. No queremos el modelo de sociedad que ellos quieren. Queremos una España más igualitaria, más justa y más honrada. O digamos, por las claras, que ni nos importa España. Ni nos interesa su religión.

Más que nunca quizás, los cristianos católicos debemos de participar con mayor compromiso en la vida política, al igual que lo hacemos en la vida universitaria, empresarial, profesional, cultural. Ignorar lo que está pasando en la calle y en las redes sociales puede ser irresponsable. En España hay una distancia creciente entre buena parte de la sociedad y sus representantes. Y el resultado se traduce en desesperanza y desencanto.

Como creyente que se siente interpelado a evangelizar, a través de su testimonio, creo que, hay motivos para apostar por una regeneración ética de nuestra sociedad. Y, si esos motivos existen, los valores que emanan del Evangelio y del Concilio Vaticano II en su Gaudium Spet, son una alternativa creíble y factible para implicarnos en esa regeneración ética.


"Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanza, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo” (GS 1).

viernes, 8 de noviembre de 2013

LA CLASE MEDIA ES LA ESTABILIDAD DE UN PAÍS.

Un paseo a últimas horas del día, por cualquiera de las principales avenidas de ciudades importantes de este país llamado España, nos presenta imágenes que hace cinco años eran impensables. Personas que rebuscan lo que pueden en los contenedores de basura, para ver si dan con algo de alimento que les haga soportable el hambre que arrastran.

¿Es comprensible que un país que está entre las primeras veinte economía del mundo, tenga cada vez más ciudadanos suyos buscando comida en los contenedores de las puertas de los grandes supermercados? ¿Es comprensible que en muchos colegios de un país desarrollado del siglo XXI tengan que dar de comer a niños porque se encuentran desnutridos, ya que sus familias no pueden alimentarlos correctamente?.

Lo más evidente de todo esto - y que ya se nota - es que la clase media en España, está desapareciendo, si no desaparece totalmente, va a quedar tan debilitada y tan escasa, que, dentro de poco, ya no será el motor de la economía de este país.

¿Qué consecuencia podemos deducir de todo esto? Si nos fijamos en muchos países de América Latina, podremos observa que existen naciones enteras sin una clase media consistente. Es decir, naciones enteras en las que el Estado de Derecho es y será imposible. Y en las que, por tanto, la igualdad de derechos de todos los ciudadanos no se puede, ni se podrá pensar. Porque, son países donde el 80 % de la población queda a merced de lo que quieran hacer con ellos, el otro 20 % que son los más ricos.

Y esta es la situación que desde mi punto de vista se está creando en España. Yo creo que lo más preocupante, en este momento, en este país no es la ya los efectos de la crisis, sino más bien el proyecto que se está creando de país injusto y desigual que, de forma implacable, se está realizando. Pues no debemos de olvidar que la estabilidad constitucional de un país no se puede cimentar sobre la caridad, sino sobre la justicia.

Por eso, que no nos hablen más de los presuntos crecimientos económicos, que sólo cuadran con sus cuentas y proyectos de los grandes capitales.


Queremos una España más igualitaria, más justa y más honrada. O digamos, por las claras, que no nos importa España.

sábado, 2 de noviembre de 2013

EVANGELIO DOMINGO 3 DE NOVIEMBRE 2013. 31ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio según San Lucas 19,1-10.

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.
Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: - Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.
Él bajó enseguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: - Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.
Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: - Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más. 
Jesús le contestó: - Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido. 


COMENTARIO.-

Este texto evangélico es una narración de Lucas, de un posible acontecimiento de Jesús en Jericó, pero que lógicamente no sucedería así. Pues no es normal, que tú entres en un pueblo, y cuando vas por la calle sin conocer a nadie. Te encuentras a uno en lo alto de un árbol y éste para colmo es jefe de publicano y rico; y tú le dices que te baje enseguida que me voy a tú casa a comer. Y allí mismo, en medio de la calle, sin entablar un diálogo coherente, digo que la mitad de mis bienes, se la doy a los pobres.....

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que este episodio de la conversión de Zaqueo, sólo lo recoge el evangelista Lucas. Con este episodio, Lucas quiere dejar muy claro cuál es la misión de Jesús: " el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”. En esta frase final del texto está la enseñanza del Evangelio.

Este evangelio es una ocasión excelente para recordar que éstos son los temas que se destacan en el material particular de la tradición lucana y que resaltan la predilección de Jesús por los pobres, marginados y excluidos.

El texto es el reflejo de una gran experiencia de la comunidad lucana en Cristo, de cómo podemos seguir a Jesús en su interés por rescatar lo que está perdido.

Zaqueo es un Jefe publicano, rico. Que posiblemente su vida esté en vivir sin preocupaciones por los demás y centrada solamente en su bienestar y en ganar dinero como sea. Y teniendo todo eso, no es feliz. Necesita algo y está buscando algo.

Posiblemente, escucha hablar de Jesús. Profeta religioso, que se acerca a comer con pecadores, que cura a los enfermos, ayuda a los pobres y necesitados y que no tiene ni donde alojarse, ni alforjas. Pero es feliz y hace felices a los demás. Este estilo de vida inquieta a Zaqueo y sale a conocer a Jesús. Ese estilo de vida de Jesús, le inquieta, le llena y decide seguirle.

Pero se da cuenta que el seguirle, es tener que romper barreras (pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura). Pero Zaqueo, busca y hace todo lo posible por llegar a él (Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.). Llega el momento en que descubre Zaqueo que Jesús también lo está buscando. Ese encuentro transforma a Zaqueo en una vida más humana y solidaria. En esa humanización de Zaqueo, nace el AMOR DE DIOS.

Cuántos de nosotros tenemos un bienestar de vida maravilloso, pero no somos felices. Y pensamos que nuestra vida está vacía, tenemos la sensación de que nos falta algo.

Jesús visto en el prójimo, pasa por nuestra vida diariamente, nos busca, nos llama y nos transforma.

DEJEMOSNO TRANSFORMAR POR JESÚS.

DIFUNDID EL EVANGELIO. PÁSALO.



2 DE NOVIEMBRE. FESTIVIDAD DE LA CONMEMORACION DE LOS FIELES DIFUNTOS

La Conmemoración de los Fieles Difuntos, popularmente llamada Día de Muertos o Día de Difuntos, es una celebración cristiana que tiene lugar el día 2 de noviembre, cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena y, especialmente, por aquellos que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.

Pero cuando los cristianos hablamos de la muerte, es importante tener en cuenta que el ser humano no es un compuesto de dos elementos, el cuerpo y el alma, que se separan en el momento de morir y se volverán a juntar al final de los tiempos, cuando todos seamos convocados al llamado juicio final. Esta antropología corresponde al dualismo del pensamiento helenista, que influyó en el pensamiento de la Iglesia primitiva y ha marcado la cultura de Occidente. Por el contrario, el pensamiento bíblico no es dualista, sino unitario. El ser humano implica esencialmente corporalidad, es decir, se constituye por un " cuerpo " animado por un " espíritu ", fundidos en una unidad perfecta, que ( al menos, hasta el día de hoy ) resulta imposible establecer dónde y cómo se sitúa el punto de sutura de lo corporal con lo espiritual en cada ser humano. ( Castillo ).

Por eso, en este día de los difuntos, es lógico, es natural, es inevitable que recordemos a los que murieron, especialmente a quienes, por el motivo que sea, representan para nosotros algo importante en la vida. Sin embargo, lo que más importa, en este día, no es mirar al tiempo pasado, sino fijarnos que si sus recuerdos nos ayudan en nuestra humanidad y en nuestro encuentro con Dios, estos nos acompañaran en la eternidad. Esta transformación del ser humano temporal en el ser que transciende en el espacio y el tiempo, de forma que entra en una condición nueva de existencia en la vida de los demás seres humanos, es el momento de la resurrección.

Esta debería de ser la Conmemoración de nuestros fieles difuntos.


viernes, 1 de noviembre de 2013

1 DE NOVIEMBRE. FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS.

El día 1 de Noviembre celebramos la festividad de todos los Santos. La liturgia para este día, elige sabiamente el evangelio de las bienaventuranzas.

Evangelio según San Mateo 5, 1-12ª.
“En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar enseñándolos: " Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan, y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos porque vuestra recompensa será grande en el cielo”.

Lo sorprendente de este texto evangélico está en que, leyendo y releyendo, las nueve bienaventuranzas, las nueve condiciones para alcanzar el Reino de los Cielos y la recompensa del cielo, nos encontramos con lo inesperado: ninguna de esas nueve bienaventuranzas indican prácticas relacionadas con la religión. Las nueve indican conductas relacionadas con la vida, con las condiciones y actitudes desde las que se puede hacer algo eficaz para que esta vida sea más humana, más soportable, más llevadera, más feliz. Lo que viven así en esta vida, y sólo los que viven así en esta vida, tienen garantizada la promesa de felicidad sin fin en esa forma de existencia en la que soñamos, aunque nos cuesta creer en ella, y a la que denominamos la vida eterna. Es, en definitiva, la vida de todos los santos. (Castillo).

Por eso, hoy no es solamente el día de aquellos Santos que la Iglesia a canonizado. Si no, que también es el día, de todos aquellos que durante su vida fueron verdaderos testigos de Jesucristo. Y también es el día de todos, aquellos que viven todavía y son santos porque de su vida nace el amor de Dios, y no porque estén todo el día en el templo, ni rezando, ni de novenas; son santos por que viven las bienaventuranzas en el entorno que le rodea.

No olvidemos que el Reino de los Cielos comienza aquí en la tierra y termina aquí en la tierra.


TODOS HEMOS SIDO LLAMADOS A LA SANTIDAD. VIVAMOS ESA SANTIDAD.