sábado, 31 de octubre de 2015

EVANGELIO DOMINGO 1 DE NOVIEMBRE 2015. FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS.

Evangelio según San Mateo 5, 1-12a

“En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar enseñándolos: " Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan, y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos porque vuestra recompensa será grande en el cielo”.

COMENTARIO.-

El día 1 de Noviembre celebramos la festividad de todos los Santos. La liturgia para este día, elige sabiamente el evangelio de las bienaventuranzas. La sabiduría de este texto, sorprendente y genial, está en que presenta un proyecto de dicha total, de felicidad sin límites. Esa dicha, esa felicidad, es total y no tiene límites porque ni la muerte podrá acabar con ella. Se trata, en efecto, de una felicidad que trasciende este mundo. Y que, por eso, es para siempre y sin limitación alguna. Es por eso la condición de los que la Iglesia considera y venera como Santos. (Castillo)



Lo sorprendente de este texto evangélico está en que, leyendo y releyendo, las nueve bienaventuranzas, las nueve condiciones para alcanzar el Reino de los Cielos y la recompensa del cielo, nos encontramos con lo inesperado: ninguna de esas nueve bienaventuranzas indican prácticas relacionadas con la religión. Las nueve indican conductas relacionadas con la vida, con las condiciones y actitudes desde las que se puede hacer algo eficaz para que esta vida sea más humana, más soportable, más llevadera, más feliz. Lo que viven así en esta vida, y sólo los que viven así en esta vida, tienen garantizada la promesa de felicidad sin fin en esa forma de existencia en la que soñamos, aunque nos cuesta creer en ella, y a la que denominamos la vida eterna. Es, en definitiva, la vida de todos los santos. (Castillo).

De aquí, que las nueves bienaventuranzas presentan nueve promesas de felicidad sin límite alguno en la otra vida. Y señalan las nueves situaciones que llevan a esa felicidad desde esta vida. Son, por tanto, nueve situaciones de hecho. Y nueve promesas de esperanza. Como es lógico, las nueves promesas de futuro no están en nuestras manos, porque depende de Dios. Lo que está en nuestras manos y depende de nosotros son las situaciones de hecho. En esas nueve situaciones de hecho es en lo que Jesús pone todo el acento.

Por eso, hoy no es solamente el día de aquellos Santos que la Iglesia a canonizado. Si no, que también es el día, de todos aquellos que durante su vida fueron verdaderos testigos de Jesucristo. Y también es el día de todos, aquellos que viven todavía y son santos porque de su vida nace el amor de Dios, y no porque estén todo el día en el templo, ni rezando, ni de novenas; son santos por que viven las bienaventuranzas en el entorno que le rodea.

Porque no olvidemos que el Reino de los Cielos comienza aquí en la tierra y termina aquí en la tierra.

TODOS HEMOS SIDO LLAMADOS A LA SANTIDAD. VIVAMOS ESA SANTIDAD.

También quisiera dejar una pequeña reflexión sobre la festividad de La Conmemoración de todos los Fieles Difuntos, popularmente llamada Día de Muertos o Día de Difuntos, que celebraremos el lunes día 2 de noviembre, cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena.

En este día de los difuntos, es lógico, es natural, es inevitable que recordemos a los que murieron, especialmente a quienes, por el motivo que sea, representan para nosotros algo importante en la vida. Sin embargo, lo que más importa, en este día, no es mirar al tiempo pasado, sino fijarnos en la eternidad, que trasciende el espacio y el tiempo. Y nos sitúa en otro orden de existencia para siempre.

Pero cuando los cristianos hablamos de la muerte, es importante tener en cuenta que el ser humano no es un compuesto de dos elementos, el cuerpo y el alma, que se separan en el momento de morir y se volverán a juntar al final de los tiempos, cuando todos seamos convocados al llamado juicio final. Esta antropología corresponde al dualismo del pensamiento helenista, que influyó en el pensamiento de la Iglesia primitiva y ha marcado la cultura de Occidente. Por el contrario, el pensamiento bíblico no es dualista, sino unitario. El ser humano implica esencialmente corporalidad, es decir, se constituye por un " cuerpo " animado por un " espíritu ", fundidos en una unidad perfecta, que (al menos, hasta el día de hoy) resulta imposible establecer dónde y cómo se sitúa el punto de sutura de lo corporal con lo espiritual en cada ser humano. (Castillo)

La muerte no es una separación del cuerpo y el alma, sino una transformación del ser humano en su totalidad. De forma que el momento de la muerte es también el momento de la resurrección. Se trata de la transformación del ser humano temporal en el ser que trasciende el espacio y el tiempo, de forma que entra en una condición nueva de existencia. Por eso se puede decir que el cadáver es el último despojo que dejamos en este mundo. En el cementerio ya no está nuestro cuerpo. Sólo está nuestro recuerdo. La plenitud de nuestro ser transformado está para siempre con el Señor de la gloria.


Esta debería de ser la Conmemoración de nuestros fieles difuntos.

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viernes, 30 de octubre de 2015

EL SÍNODO DE LAS FAMILIAS FORTALECE LA IMAGEN DEL PAPA Y DE LA IGLESIA DE BASE.

La finalización de este Sínodo de las familias ha cumplido los objetivos marcados de la prudencia, de los pequeños pasos y deja venir los acontecimientos.

Uno de los principales objetivos es sin duda alguna ha sido el fortalecimiento de la imagen y la figura del Papa Francisco, admirado y querido por la gente (católica o no), le faltaba el reconocimiento de un sector de su propia jerarquía eclesiástica de ojos conservadores. Los 'enemigos'  que dentro del Sínodo, quedaron tan en evidencia, han tenido que plegarse al sentir de la mayoría. Y eso que intentaron maniobrar con todos los medios.

Otro sin duda alguna de los objetivos ha sido la democratización de la Iglesia, en el sentido  de que el Papa está dispuesto a descentralizar el ejercicio del poder en la Iglesia e, incluso, a ceder competencias a los obispos. De hecho, al cederles ya competencias directas en la concesión de nulidades, el Papa ha realizado un profundo acto de reforma del papado. Hacía casi mil años que un Papa no cedía parte de sus poderes voluntariamente. Es el paso de una Iglesia donde los de abajo son ya escuchados.

Pero sin duda alguna, el mayor avance ha sido el reconocer por parte de los obispos que el tema de la moral familiar y la sexualidad, la gente ha vivido y sigue viviendo de espaldas al rigorismo doctrinal eclesial. Una doctrina que ha colocado a la Iglesia durante todos estos años como enemiga. Pues, en este tema de la sexualidad, la Iglesia durante mucho tiempo ha intervenido en él con sus enseñanzas, pero seamos claro, ¿quién hace caso hoy en día a los prelados en cuestiones de la sexualidad o del control de la natalidad, según las enseñanzas de la Iglesia? Por ejemplo, el tema del uso de los preservativos como método profiláctico, pero también anticonceptivo. Cuando el propio Vaticano II parecía haberse colocado en la línea aperturista, aceptando el principio de la “paternidad responsable”. Y, es que, el conflicto la de sexualidad no ha estado tanto en los seguidores de la Iglesia Católica, sino más bien en la jerarquía eclesial. Ya que hace tiempo, los fieles tomaron el camino de su conciencia. Como toman en muchas más cosas, que tienen referencias eclesiales. Pensamiento que ha sido reconocido en este Sínodo, dejando a cada uno actuar según su propia conciencia.

Las medidas, sobre todo las más polémicas de la comunión a los divorciados o la situación de los gays, quedan en manos del Papa, signo y garantía de comunión eclesial. Ante esta situación yo apelo también a la conciencia de cada uno. Debemos de recordar que las personas separadas, divorciadas y divorciadas vuelta casar civilmente siguen siendo miembros de la Iglesia. No están excomulgados; no han sido expulsados de la Iglesia. Luego si esto es así, no tiene sentido participar en una comunidad eclesial, que no deja sentarte a la mesa compartida de Cristo. Mesa compartida, que es el pleno encuentro de la comunidad.

Por eso, les digo a todos los divorciados que, cuando nosotros no os comprendemos, Dios Padre seguro que os comprende y os habla en la voz de vuestra conciencia desde su infinita misericordia, amor, comprensión y compasión. Desde vuestra conciencia, estáis llamados a sentaros o no, en la mesa compartida del amor de Cristo.

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jueves, 29 de octubre de 2015

LAS MIGRACIONES UN GRAN DRAMA HUMANO DE LOS SISTEMAS ECONÓMICOS.

En 2013 el Papa Francisco lanzó el primer SOS en Lampedusa y calificó de "vergüenza" las muertes de los inmigrantes cerca de aquella isla. A fecha hoy Europa sigue sin reaccionar.

Pero, sigue sin reaccionar aquí, sin soluciones a los inmigrantes que han pisado nuestras costas; olvidándose que la solución no está aquí sino en el origen de la inmigración. Estamos ante un drama humano que, además se está convirtiendo en un "gran problema para Europa".

En primer lugar, porque en los mismos habitantes de Europa, se está creando la conciencia de que todos no cabemos en nuestros países, como ocurrió con el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, que se preguntaba públicamente en unos de esos desayunos informativos si la "invasión de emigrantes y de refugiados es todo trigo limpio". "¿Esta invasión de inmigrantes y de refugiados es todo trigo limpio?; ¿dónde quedará Europa dentro de unos años?", se cuestionaba el purpurado.

A su juicio, con "la que viene ahora no se puede jugar" porque "no se puede jugar con la historia ni con la identidad de los pueblos". De este modo, pidió "lucidez" y ver "quien está detrás de todo esto". ¿Viene simplemente porque son perseguidos?, manifestó Cañizares, añadiendo que "muy pocos lo son".

"Seamos lúcidos y no dejemos pasar todo porque hoy puede ser algo que queda muy bien, pero que realmente es el caballo de Troya dentro de las sociedades europeas y en concreto la española", ha recalcado Cañizares.

Al igual que con el tema de la inmigración, el cardenal arzobispo no cree que haya aumentado la pobreza en España en "las proporciones tan enormes que dicen" porque no ve "a la gente más que antes en la calle ni viviendo debajo de un puente".

Pero, posiblemente los ojos de los ciudadanos españoles ven otra realidad que los ojos del prelado. Pues, en nuestro país se está produciendo no solamente el fenómeno de la inmigración, sino también el de la emigración. El de la salida de miles de españoles que buscan empleo en otros países. Lo que nos quiere decir, que el drama de las migraciones es consecuencia de los desastrosos sistemas económicos establecidos tanto en los países pobres como en los países ricos.


El problema de las migraciones, no es más que la mala distribución de la riqueza en manos de unos pocos solamente y que tanto asfixia a los países pobres como  a los ricos.

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sábado, 24 de octubre de 2015

EVANGELIO DOMINGO 25 DE OCTUBRE 2015. 30ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio según San Marcos 10, 46-52.

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó en compañía de sus discípulos y de mucha gente, un ciego, llamado Bartimeo, se hallaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que el que pasaba era Jesús Nazareno, comenzó a gritar:
“¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!” Muchos lo reprendían para que se callara, pero él seguía gritando todavía más fuerte: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!”.
Jesús se detuvo entonces y dijo:
“Llámenlo”. Y llamaron al ciego, diciéndole: “¡Ánimo! Levántate, porque él te llama”.
El ciego tiró su manto; de un salto se puso en pie y se acercó a Jesús.
Entonces le dijo Jesús:
“¿Qué quieres que haga por ti?”
El ciego le contestó:
“Maestro, que pueda ver”.
Jesús le dijo:
"Vete; tu fe te ha salvado”.
Al momento recobró la vista y comenzó a seguirlo por el camino.


COMENTARIO.-

Para comprender bien este relato, debemos de tener en cuenta:

1º.- que la ceguera era considerada entonces como un castigo de Dios (Ex 4, 11; Jn 9,2; Hech 13, 11).
2º.- que los ciegos se veían obligados con frecuencia a mendigar (Mc 10, 46; Jn 9, 1-3).
3º.- que la curación de un ciego se veía como un hecho portentoso (Jn 9, 16)
4º.- que la ceguera simbolizaba las tinieblas del espíritu y la dureza del corazón (Is 6,9 s; Mt 15, 14-23; Jn 9, 41) (X. Léon-Dufor, Castillo).

Lo primero que el evangelista nos quiso dejar claro con la narración de este episodio es que, Jesús rompió con todo lo establecido sobre la marginación de las personas. La sociedad margina y desprecia al que no es reconocido y estimado, bien por su mísera posición económica, por su indignidad ética o por su mala imagen como creyente (Castillo). Además en aquella época la religión contribuía a eso; ya que la religión atribuía a castigos divinos lo que son desgracias humanas.

El evangelista recogió y quiso transmitir que Jesús le devolvió la vista a ese hombre, porque lo libero de su condición de mendigo, le restituyo su dignidad como persona que las creencias religiosas y la sociedad le habían arrebatado. Bartimeo recupero vio en Jesús la integridad de la vida, el respeto a la persona y la felicidad en el amor de Dios. Sin duda alguna, en Bartimeo podemos ver que cuando la fe es así de fuerte como la suya, vence toda condición y se pasa a formar parte del grupo de los seguidores de Jesús en la construcción del Reino de dios en la tierra.

Lo que hizo Jesús fue interpelar a cada uno de sus oyentes en su conciencia. Y les vino a decir: “Todos somos responsables de los abusos que se cometen en este mundo”. Es decir, Jesús remitió a cada cual para que revisara su propia culpabilidad. Esto es lo que casi nadie hace y, sin embargo es lo que más falta nos hace. Pues, cuando se comenten atropellos e injusticias, todos tenemos la tendencia espontánea de buscar “un culpable”. Y pocos, muy pocos, son los que piensan en su propia responsabilidad.

Por eso, el Evangelio de hoy nos llama a abrir los ojos ante la realidad del mundo. Ante la realidad de las injusticias y atropellos que en esta mundo de las tecnologías y de la comunicación se están cometiendo y que todos cerramos los ojos o miramos hacia otro lado. Cuando lo cierto es que si todos fuéramos más íntegros, más responsables y más libres, sin duda alguna, este mundo funcionaria mejor y en él habría menos sufrimiento y más respeto de todos hacia todos.

También el Evangelio de hoy nos debe hacer reflexionar sobre esas voces que se oyen en la Iglesia de quejas, lamentos, críticas y protestas por todas partes, sobre todo del gran abandono de los jóvenes. Quizás la figura de Bartimeo, nos ayude a la reflexión. Bartimeo no veía, pero si escuchaba la voz de Jesús. Puede que a nosotros nos flaqueen las dos cosas la vista y el oído. Puede que no veamos por donde tenemos que marchar; posiblemente no veamos el camino, porque no escuchamos la voz del Espíritu, la voz de los signos de los tiempos.  Una fe firme e insistente es el camino para seguir a Jesús.

HAZ QUE LA VOZ DE JESÚS SE ESCUCHE PASA ESTE EVANGELIO.



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viernes, 23 de octubre de 2015

¿PODEMOS SALIR DE LA INDIFERENCIA?




¡Qué estamos en la sociedad de la comunicación!, es sin duda alguna, una realidad. Pensemos la cantidad de información que diariamente recibimos por los distintos medios que tenemos, televisión, radio, emails, Whapss, …; es brutal.

Pero, más brutal, es quizás, la indiferencia que tanta información que recibimos nos está causando ante la realidad de las cosas que nos rodea. Vivimos a veces como «ciegos», sin ojos para mirar la vida. Sentados e instalados en nuestra vida cómoda que no nos inmuta ya ni los sufrimientos de las personas.

Por eso, el evangelio del próximo domingo nos puede ayudar a reflexionar, posiblemente ante nuestra ceguera e indiferencia de las realidades del mundo. Ante nuestra ceguera, se escuchan los gritos de compasión de esos miles de refugiados que huyen y buscan una nueva oportunidad en su vida fuera de sus tierras.

Cuando se comenten atropellos e injusticias, todos tenemos la tendencia espontánea de buscar unos culpables. Y pocos, muy pocos, son lo que piensan en su propia responsabilidad. Cuando lo cierto es que si todos fuéramos más íntegros, más responsables y más libres, sin duda alguna, este mundo funcionaría mejor y en él habría menos sufrimiento y más respeto de todos hacía todos.

Ante esta realidad, vendrá la clásica pregunta: ¿Qué podemos hacer?


Pues, como el ciego Bartimeo, pesar de su ceguera, no deja escapar la ocasión y comienza a gritar una y otra vez. Pues, igual nosotros, gritemos, alcemos nuestras voces ante las injusticias y atropellos que viven las personas en el gran drama de la emigración.

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FRANCISCO: “LOS TIEMPOS CAMBIAN Y NOSOTROS LOS CRISTIANOS DEBEMOS CAMBIAR CONTINUAMENTE”.

"Los tiempos cambian y nosotros los cristianos debemos cambiar continuamente", con libertad y en la verdad de la fe. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.

El Pontífice reflexionó sobre el discernimiento que la Iglesia debe hacer viendo los "signos de los tiempos", sin ceder a la comodidad del conformismo, sino dejándose inspirar por la oración.

Los tiempos hacen lo que deben: cambian. Y los cristianos deben hacer lo que quiere Cristo, a saber: evaluar los tiempos y cambiar con ellos, permaneciendo "firmes en la verdad del Evangelio". Lo que no se admite es el tranquilo conformismo que, de hecho, hace que permanezcamos inmóviles.

Inspirándose en un pasaje de la Carta de San Pablo a los Romanos, el Santo Padre explicó que el Apóstol predica con "mucha fuerza la libertad que nos ha salvado del pecado". Mientras el Evangelio relata que Jesús habla de los "signos de los tiempos" definiendo hipócritas a quienes saben comprenderlos pero no hacen lo mismo con el tiempo del Hijo del Hombre. Dios nos ha creado libres y "para tener esta libertad - afirmó el Papa - debemos abrirnos a la fuerza del Espíritu y entender bien qué cosa sucede dentro y fuera de nosotros", usando el "discernimiento":

"Tenemos esta libertad para juzgar lo que sucede fuera de nosotros. Pero para juzgar debemos conocer bien lo que sucede fuera de nosotros. ¿Y cómo se puede hacer esto? ¿Cómo se puede hacer esto, que la Iglesia llama ‘discernir los signos de los tiempos'? Los tiempos cambian. Es precisamente de la sabiduría cristiana conocer estos cambios, conocer los diversos tiempos y conocer los signos de los tiempos. Lo que significa una cosa y lo que significa otra cosa. Y hacer esto sin miedo, con libertad".

El Papa Bergoglio reconoció que no es una cosa "fácil", porque son demasiados los condicionamientos externos que también afectan a los cristianos induciendo a muchos a un más cómodo "no hacer":

"Este es un trabajo que nosotros no solemos hacer: nos conformamos, nos tranquilizamos con ‘me han dicho, he oído, la gente dice, he leído...'. Así estamos tranquilos... ¿Pero cuál es la verdad? ¿Cuál es el mensaje que el Señor quiere darme con aquel signo de los tiempos? Para entender los signos de los tiempos, ante todo es necesario el silencio: hacer silencio y observar. Y después reflexionar dentro de nosotros. Un ejemplo: ¿por qué hay tantas guerras ahora? ¿Por qué ha sucedido algo? Y rezar... Silencio, reflexión y oración. Sólo así podremos comprender los signos de los tiempos, y qué cosa quiere decirnos Jesús".

Y comprender los signos de los tiempos no es un trabajo exclusivo de una élite cultural. Jesús - recordó Francisco - no dice "miren cómo hacen los universitarios, miren cómo hacen los doctores, miren cómo hacen los intelectuales...". Y subrayó que Jesús habla a los campesinos que, "en su sencillez" saben "distinguir el trigo de la cizaña":

"Los tiempos cambian y nosotros los cristianos debemos cambiar continuamente. Debemos cambiar firmes en la fe en Jesucristo, firmes en la verdad del Evangelio, pero nuestra actitud debe moverse continuamente según los signos de los tiempos. Somos libres. Somos libres por el don de la libertad que nos ha dado Jesucristo. Pero nuestro trabajo es mirar qué cosa sucede dentro de nosotros, discernir nuestros sentimientos, nuestros pensamientos; y ver qué cosa sucede fuera de nosotros y discernir los signos de los tiempos. Con el silencio, con la reflexión y con la oración”.


RD. 23-10-2015

sábado, 17 de octubre de 2015

EVANGELIO DOMINGO 18 DE OCTUBRE 2015. 29ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO. DOMUND 2015 “MISIONEROS DE LA MISERICORDIA”

Evangelio según San Marcos (10, 35-45).

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron: “Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte”. Él les dijo: “¿Qué es lo que desean?” Le respondieron: “Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria”.
Jesús les replicó: “No saben lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?”
Le respondieron: “Sí podemos”.
Y Jesús les dijo: “Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes está reservado”. Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: “Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos”.

COMENTARIO.-

Pongámonos en antecedentes. Jesús conoce muy pronto a los hijos de Zebedo, Santiago y Juan en el comienzo de su vida pública.

El texto evangélico, no es nada más que el reflejo de la condición humana. La condición plenamente humana de ser los mejores y los primeros, los más importantes. Ya que eso nos gusta a todos, para que negarlo.

El problema está, cuando uno quiere ser el primero, el más grande, el más importante; pero solo para su servicio y sus intereses y el dominio de los demás. Y no ser consciente de que los dones que Dios te ha dado para ser el primero, el más grande y el más importante; es para que tú seas un servidor más en la construcción del Reino de Dios.

Por eso Jesús les dice, que serán capaces de beber su cáliz; pero que si el beber su cáliz no les lleva al compromiso de dar la vida por los demás, no sirve para nada. Por eso será el Padre el que otorgue ese sitio a cada uno, en función del servicio que tengamos a los demás y del compromiso con el Reino de Dios y no por el lugar que ocupemos en la Iglesia o en la sociedad.

El ejemplo de Santiago y de los otros discípulos nos exige a todos nosotros el construir otro tipo de vida eclesial, donde la autoridad se ejerza como servicio y no como privilegio; jerarquía o autoridad, donde seamos capaces de entregar la propia vida por el hermano empobrecido como lo hizo el mismo Jesús que no vino a ser servido sino a servir y a dar la vida en rescate por todos.

Este problema ha estado siempre presente en la Iglesia. Y después del Vaticano II, sigue sin resolver. Y es que los cristianos debemos aceptar la estructura apostólica y jerárquica de la Iglesia universal, como de las Iglesias diocesanas y locales. Teniendo muy claro que, antes que cualquier estructura, está la voluntad de Jesús y por lo tanto la nuestra de reformar la religión, en el momento que está no coincide con su verdadero mensaje, recogido por la tradición de los evangelios.

La jerarquía debe de actuar como referencia de unidad en Cristo y no como referencia de poder y de sumisión del pueblo de Dios.

Por eso, es consolador escuchar y leer, que los discípulos eran gentes como nosotros, llenos de pequeños y grandes defectos, de tantas debilidades como vemos en nosotros mismos. El deseo de recompensa, de ocupar los primeros lugares, la indignación contra los que quieren acaparar el éxito o el fracaso, no nos resulta extraño a nuestro proceder en ocasiones. Por eso, parece saludable, que Jesús confié a estos hombres cooperar en su Reino. No hacen falta cualidades sobrehumanas o títulos universitarios… Esto significa que Dios también confía en nosotros para acompañarle y ser misioneros, hoy que celebramos el día de DOMUND. El lema de este año del Domund “MISIONEROS DE LA MISERICORDIA” nos conduce no sólo a nuestra participación en la campaña del Domund, sino también a nuestra preparación a las puertas de ese año que vamos a dedicar a la Misericordia y que empezaremos el día de la Inmaculada 8 de Diciembre.


viernes, 16 de octubre de 2015

EL SÍNODO DE LA FAMILIA, ADMITE QUE LA EDUCACIÓN SEXUAL “ES DESASTROSA”

El Sínodo de Obispos. que hasta el próximo 24 de octubre reúne a más de 330 personas para afrontar los problemas de la familia, ha puesto en valor durante las últimas sesiones de debate la sexualidad como camino de amor y no de pecado, al tiempo que ha constatado que la educación sexual es "desastrosa".

Así lo ha puesto de manifiesto durante el habitual briefing tras las reuniones de la asamblea, el portavoz del Vaticano, el sacerdote Manuel Dorantes, que ha defendido que en la actualidad se necesita una preparación en el ámbito de la educación sexual por parte de la Iglesia ya que ha lamentado que esta formación ha sido "abandonada" a las instituciones públicas.

Dorantes ha afirmado que la Iglesia "debe tomar este papel presentando la buena noticia de la sexualidad humana como camino de amor y no de pecado".

Por su parte, el jefe de la Oficina de prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi, ha revelado que muchas de las intervenciones en el Sínodo han revelado "la importancia de la sexualidad" y han señalado que "la experiencia de otras parejas cristianas ayuda a profundizar sobre este argumento".

En este tema de la sexualidad que la Iglesia durante mucho tiempo ha intervenido en él con sus enseñanzas, desde mi punto de vista debería andar un poco con los pies en el suelo. Porque seamos claro, ¿quién hace caso hoy en día a los prelados en cuestiones de la sexualidad o del control de la natalidad, según las enseñanzas de la Iglesia? Por ejemplo, el tema del uso de los preservativos como método profiláctico, pero también anticonceptivo. Cuando el propio Vaticano II parecía haberse colocado en la línea aperturista, aceptando el principio de la “paternidad responsable”.

En definitiva, yo creo que el conflicto la de sexualidad no está tanto en los seguidores de la Iglesia Católica hoye en día, sino por más dentro de la jerarquía eclesial. Yo pienso, que los fieles, han tomado el camino de su conciencia. Como toman en muchas más cosas, que tienen referencias eclesiales. Es más, yo creo que estos temas tratados con esta ambivalencia, perjudican hoy en día más a la Iglesia.

Y es que seamos claro, si uno hace una buena lectura de los Evangelios, podrá comprobar, que el tema de la sexualidad en Jesús no tiene nada de importancia, ni es fundamental para la construcción del Reino de Dios, como lo ha tenido para la jerarquía eclesial siempre. Es más es que los evangelios no habla nada, de nada de la sexualidad de las personas. En los evangelios solamente podemos encontrar el ejemplo de respeto al otro que Jesús tiene. Jesús nos transmite la responsabilidad de una vida digna. En los Evangelios, encontramos la verdadera LUZ DEL MUNDO, JESUCRSITO.


sábado, 10 de octubre de 2015

EVANGELIO DOMINGO 11 DE OCTUBRE 2015. 28ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio según San Marcos 10, 17-30

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»
Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!» Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»
Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando. y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»
Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
Jesús dijo: «Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones- , y en la edad futura, vida eterna.».

COMENTARIO.-

El que se acerca a Jesús a preguntar lo que tiene que hacer para alcanzar la vida eterna no es un cristiano que quiere ser generoso con Dios, sino un judío que quiere cumplir bien con su religión. Por eso, la primera respuesta de Jesús se reduce a recordarle los mandamientos de Decálogo del judaísmo. Recordándole solamente los mandamientos que se refieren a la relación con el prójimo, no los que se refieren a la relación con Dios.

Por eso, el Evangelio de este domingo, nos lleva a un gran estudio cristológico. En él podemos ver como el evangelista, nos recoge la experiencia vivida con Jesús, en el sentido de cómo Jesús no tenía conciencia de que él era Dios. Pues, Jesús no acepta el calificativo de “bueno”, que a su juicio, sólo se le puede aplicar a Dios.

¿Qué nos ha querido transmitir Marcos?, que Jesús durante su vida, fue un ser humano, que además solamente tuvo conciencia de ser un hombre como los demás. De manera, que nosotros no tuviéramos la excusa de creernos que Él era bueno, porque era Hijo de Dios. No, Jesús durante su paso por este mundo renunció a su plena divinidad, porque su misión no fue demostrarnos su divinidad, sino al revés la humanidad de Dios. Jesús nos quiso demostrar con su estilo de vida, que es la única manera de encontrarnos con Dios.

Y esta fue la gran aportación del mensaje de Jesús, que el pecado es verdaderamente pecado cuando el ser humano ofende al ser humano; y esto es verdaderamente lo que ofende a Dios.

De aquí que, Jesús plantea a ese hombre que corrió y se arrodillo ante Él, que dejara de seguir confiando en el dinero y en el poder que el dinero da, como su única meta. Ya que su meta debe ser la de construir el Reino de Dios en la tierra, pero este Reino no se puede construir cuando nos olvidamos de las preocupaciones y el dolor de los demás. Y esto es, posiblemente lo que nos está pasando últimamente con esta crisis económica que estamos viviendo. No hemos olvidado del sufrimiento de nuestros hermanos a favor de nuestras riquezas.


JESÚS NOS ENSEÑÓ, QUE EL VERDADERO PECADO ES CUANDO EL SER HUMANO OFENDE AL SER HUMANO; Y ESTO ES LO QUE VERDADERAMENTE OFENDE A DIOS.

EL SÍNODO DE LOS OBISPOS, ¿PUEDE ESTAR FERMENTANDO UN CISMA EN LA IGLESIA?

Los pasos aperturistas que el Papa Francisco, está llevando a cabo en el seno de la Iglesia, sobre todo su revolucionaria sencillez y austeridad, además del tono cuasi revolucionario de algunos de sus discursos, empiezan a chirriar en sectores ultras de la Iglesia. Y, la prueba más grande la tenemos el Sínodo de los Obispos que se está celebrando.

Lógicamente, son muchos los que creen que en esto puede estar el fermento de un posible cisma de la Iglesia en nuestra era. Porque, la verdad sea dicha, este es el ambiente que se vive cada vez más, en nuestra Iglesia. Motivado posiblemente, en la creencia, de que la Iglesia sacramentalista de tiempos pasados ha dado más feligresía, que las posturas de la Iglesia del Concilio Vaticano II.

Pero a todo esto, tengo que añadir que, -uno que comulga con “conservadores“ y “progresistas“-, si existe un problema, es más a veces, por la parte “conservadora“, que por la “progresista“. Y esto, es debido desde mi punto de vista a que los “conservadores“ suelen ser muy dogmáticos. Y el dogmatismo, como es bien sabido, ciega la luz del Evangelio en función de los signos de los tiempos. Porque, el dogmático auténtico, lo que en realidad hace, es despreciar a todo el que no piensa como él, y a todo el que, se atreve a decir lo que disiente de lo que él piensa y habla.

Y el ejemplo más claro lo tenemos en Jesús. Jesús, no creo un cisma en el judaísmo. Fueron los sumos sacerdotes, fariseos, los que no escucharon su voz profética, hasta el extremo que decidieron matarlo. Por eso, Jesús no perteneció al Templo de Jerusalén, porque en primer lugar, no pertenecía a la clase sacerdotal y, en segundo lugar no fue una persona dogmática, como los fariseos y los letrados.

En conclusión, el progresismo de Jesús, no dio lugar al cristianismo, si no la ceguera de los hombres de la religión judía, sacerdotes, letrados y fariseos, con respecto al mensaje profético de Jesús, fueron los que hicieron que Jesús fuera perseguido.


Igual, pasa en nuestra Iglesia, el problema no está en los progresistas, sino en aquellos que quieren ver la luz del Evangelio, con la mentalidad de tiempos pasados y no en función de los signos de los tiempos.

Así habla el Papa: “Me duele comprobar cómo en algunas comunidades cristianas, y aún entre personas consagradas, consentimos diversas formas de odios, calumnias, difamaciones, venganzas, celos, deseos de imponer las propias ideas a costa de cualquier cosa, y hasta persecuciones que parecen una implacable caza de brujas. ¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos?”.

El Papa Francisco sufre al ver divisiones, conflictos y enfrentamientos de “cristianos en guerra contra otros cristianos”. Es un estado de cosas tan contrario al Evangelio que ha sentido la necesidad de dirigirnos una llamada urgente: “No a la guerra entre nosotros”.

En definitiva, el problema es que a veces no creemos en "la" Iglesia, sino en "mi" Iglesia. Y a Iglesia es una, es santa, es católica, es universal.

Tenemos que recuperar la fe y la esperanza en la presencia del Espíritu Santo, que es el que lleva el timón de la Iglesia. Dejémosle actuar y obedezcamos su soplo. Entonces no tendremos por qué temer nada.

Lo que sí está también claro es que estamos ante una nueva transformación mundial y la Iglesia si quiere seguir siendo portadora de la Palabra de Dios, tiene que estar también transformándose ella misma, para poder recoger el pulso de la transformación mundial.


sábado, 3 de octubre de 2015

EVANGELIO DOMINGO 4 DE OCTUBRE 2015. 27ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio según San Marcos 10, 2-16.


En aquel tiempo se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús para ponerlo a prueba:
-¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?
Él les replicó:
-¿Qué os ha mandado Moisés?
Contestaron:
-Moisés permitió divorciarse dándole a la mujer un acta de repudio.
Jesús les dijo:
-Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación, Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
-Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.
Le presentaron unos niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
-Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

COMENTARIO.-

Lo primero que deberíamos preguntarnos, es de donde nace el problema.
Lógico es pensar, que el problema, está en dos pilares desde mi punto de vista. Uno de ello y principal, es el arrastre de unos pensamientos e ideas fijadas de otros tiempos. Y el otro, es la lectura de los evangelios desde un punto de vista literal, olvidándonos que los evangelios, fueron escritos en un contexto donde los estatus del hombre y la mujer, son muy distinto a lo de nuestros tiempos.

Es curioso, como Jesús empieza a explicar: “Por vuestra terquedad...". Si dejamos esa terquedad atrás posiblemente podremos encontrar la buena noticia del evangelio a nuestro tiempo.

Jesús comienza recordando, que al principio de la creación, Dios los creó hombre y mujer. Es decir, los creo de la misma carne, los creo iguales en todas las condiciones. Y esta igualdad debe permanecer por siempre y no debe de ser destruida, negada, despreciada por ningún hombre o mujer. Está igualdad que nace de Dios, el hombre no la puede separar. Recordemos, que en tiempo en que Jesús pronuncia estas palabras, la mujer no tenía ningún derecho, ni libertades e igualdades con respecto al hombre. Por eso Jesús, les deja dicho, que la verdadera unión entre el hombre y la mujer debe de nacer desde la igualdad, desde los mismos derechos y libertades. Desde que esto no es así, la unión no es perfecta. Por eso los discípulos al llegar a casa volvieron a preguntarle: "Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio". Posiblemente volvieron a preguntar, porque su mentalidad de la época, no le permitía comprender que la mujer tenía que ser igual al hombre en todo. Es decir, que cuando la separación no se realiza desde la igualdad, comprensión, compasión, respeto y misericordia, si no que, por el contrario se lleva desde la humillación, desprecio, hundimiento del otro, se está actuando fuera de la ley de Dios.

No trato de poner en discusión la visión cristiana del matrimonio, lo que intento es pensar: ¿qué actitud debemos de adoptar ante tantos hombres y mujeres, muchas veces amigos y familiares nuestros, que han roto su unión matrimonial y viven en la actualidad otra unión, que no está bien considerada por la Iglesia?.

Debemos de recordar que los divorciados que se han vuelto casar civilmente siguen siendo miembros de la Iglesia. No están excomulgados; no han sido expulsados de la Iglesia. Luego si esto es así, no tiene sentido participar en una comunidad eclesial, que no deja sentarte a la mesa compartida de Cristo. Mesa compartida, que es el pleno encuentro de la comunidad.

Por eso, les digo a todos los divorciados que, cuando nosotros no os comprendemos, Dios Padre seguro que os comprende y os habla en la voz de vuestra conciencia desde su infinita misericordia, amor, comprensión y compasión. Desde vuestra conciencia, estáis llamados a sentaros o no, en la mesa compartida del amor de Cristo.

Dentro también de dos meses el Papa Francisco nos invitará a un año dedicado a la MISERICORDIA, posiblemente este debería ser el primer paso del Sínodo. Lo importante es captar que esta misericordia no es un sentimiento más, sino la reacción básica de Jesús que dirige y configura toda su actuación. No viene motivada por interés alguno. Es amor gratuito que brota en Jesús desde el misterio insondable de Dios. Desde esta misericordia se entiende toda su acción salvadora (Pagola).


Pueden leer el post anterior.

viernes, 2 de octubre de 2015

ANTE EL SÍNODO DE LOS OBISPOS SOBRE LA FAMILIA

El Evangelio del próximo domingo  4 de Octubre correspondiente a la veintisiete semana del tiempo ordinario, me sirve también para hacer una pequeña reflexión sobre el próximo Sínodo de Obispos sobre la Familia.

A pocas horas de que arranque la segunda -y definitiva- fase del Sínodo de Obispos sobre la Familia, sería conveniente repasar un poco todo el camino andado.

Del  5 al 19 de octubre del 2104, da comienzo la primera fase del sínodo, sobre el tema “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”, creo que es importante hacer algunas reflexiones.

Esta asamblea sinodal nos indicaba el Papa Francisco en su carta de anuncio de este sínodo.: “está dedicada de modo especial a ustedes, a su vocación y misión en la Iglesia y en la sociedad, a los problemas de los matrimonios, de la vida familiar, de la educación de los hijos, y a la tarea de las familias en la misión de la Iglesia”.  Como saben, a esta Asamblea sinodal extraordinaria seguirá un año después la Asamblea ordinaria, que tratará el mismo tema de la familia.

Para el desarrollo del trabajo se decidió obtener "aportaciones de las fuentes locales", mediante la distribución del cuestionario  39 preguntas. El análisis de los resultados del cuestionario ha permitido conocer las opiniones de los católicos. Una de las respuestas más llamativas fue que los fieles se resistían a la doctrina de la Iglesia sobre «el control de la natalidad, el divorcio y las nuevas nupcias, la homosexualidad, las relaciones prematrimoniales o la fecundación in vitro». Otra de las conclusiones fue que los fieles católicos estaban de acuerdo con el papa Bergoglio cuando expresó respecto de los homosexuales: «¿Quién soy para juzgar?, con lo que los católicos encuestados abogaban para que los homosexuales fueran tratados con respeto y delicadeza, evitando «todo signo de discriminación injusta».

Las cuestiones que se plantean, podemos ver y observar, que son principalmente de orden moral más que de vivencia evangélica. Y esto, es claro y evidente del reflejo de pastorales familiares que ha ido más encaminadas al control de la sexualidad y de la vida íntima de la pareja que al fomento del espíritu evangélico en el seno de la familia. Cuestiones morales que a veces han actuado como piedras de molino sobre las parejas y al fin al cabo sobre las familias, ya que en algunas a consecuencias de estas inestabilidades morales se rompía el equilibrio de la convivencia familiar, como así, el equilibrio de los valores evangélicos.

Lógicamente esto quiere decir que los divorciados, que han estado casado canónicamente y que por circunstancias de la vida, han tenido que decir separarse, por el bien de todos los miembros familiares, y que ambos cuidan de los hijos según sus acuerdos, ya no tienen cabida aquí. Las madres solteras, víctimas de la infidelidad de un hombre, o aquellas mujeres llenas de caridad, que han decido recoger a uno de esos miles de niños abandonados, para darle lo mejor de su vida, tampoco tendrían sitio en el modelo de familia. Y como no, los padres solteros, hombres que con sus hijos se ven también abandonados por su mujer y su madre, o el hombre que recoge a un niño llegado de una patera, y que se ofrece generosamente para cuidarlo como padre, tampoco formarían una familia.

Y, por supuesto, los padres y madres que deciden tener sólo un hijo o, a lo sumo dos, por responsabilidad paternal. Tampoco entran en el concepto de familia tradicional, cuyo fin es la procreación.

Todas estas circunstancias y todas estas personas forman parte nuestra sociedad actual, y como no, de la Iglesia actual.

Por eso, cuando la Iglesia no actúa como madre acogedora, como madre abierta a las circunstancias de las personas y a los signos de los tiempos, viene el rechazo de los hijos a su madre.

Que la familia es una institución a valorar y proteger, esto no tiene discusión ninguna. Porqué está demostrado por la experiencia que cuando en una sociedad, la estabilidad de la institución familiar se deshace, todo el tejido social se descompone. Y cuando este tejido social de un país, un pueblo, se descompone da lugar a conflictos entre los géneros, violencia de los hombres contra las mujeres; y de éstas contra los hombres. Y, lo que es más preocupante, la violencia contra los hijos, contra los niños, en todas las formas imaginables.  Por eso debemos abordar la pastoral familiar desde los valores y alegría del Evangelio en función de los signos de los tiempos y no desde normas de otros tiempos. Pues, ¿aceptaría Jesús  hoy en día a un divorciado a su mesa?

Transcurrido un año y pasada ya la tempestad y desde la calma podemos analizar un poco el Sínodo desde dos puntos fundamentales, primero desde su contenido y segundo desde la unidad de la Iglesia.

La oficina de prensa del Vaticano, ha explicado que el documento aprobado en dicho Sínodo es un texto de propuestas de los obispos sobre el que trabajar durante un año de cara al próximo Sínodo ordinario de octubre de 2015, que también abordará el tema de la familia.

Según se desprende de los resultados de las votaciones, no todos los 62 puntos obtuvieron la mayoría de dos tercios requerida en el pasado para este tipo de documentos, pero consiguieron una mayoría y por tanto forman parte del mismo.

Entre ellos, el punto 52 en el que se proponía estudiar un camino penitencial para que los divorciados que se han vuelto a casar pudiesen recibir los sacramentos, fue el que más votos en contra tuvo, pero fue aprobado finalmente por 104 a favor y 74 en contra.

Lo mismo ocurrió con el punto 53, 112 a favor y 63 en contra, que instaba a continuar estudiando la posibilidad de que los divorciados que han vuelto a casarse puedan recibir "la comunión espiritual" o el "por qué no pueden recibir la comunión sacramental".

Otro de los puntos aprobados, aunque con 62 votos contrarios, fue el relativo a los homosexuales.

La mayoría aprobó que "los hombres y las mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto y delicadeza" y que se "evitará cualquier marca de discriminación".

Sin embargo, los obispos han subrayado "que no se pueden establecer analogías, ni si quiera remotas, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios sobre el matrimonio y la familia".

El documento dedica un amplio espacio a exaltar "la belleza" de la familia tradicional y fiel, pero asegura que la Iglesia "como madre atenta" debe acompañar "con misericordia y paciencia" a las familias frágiles o heridas.

Además, la Iglesia intentará "ayudar a lograr la plenitud del plan de Dios" a las parejas casadas por lo civil, divorciados y vueltos a casar, o que simplemente conviven, afirma el documento.

El texto reconoce también algunos valores en estas parejas que "cumplen el bien, se hacen cargo los unos de los otros y están al servicio de las comunidades en las que viven y trabajan".

Todas estas reflexiones tendrán que ser ahora "maduradas y analizadas" por las Iglesias locales" para preparar el camino del Sínodo de octubre de 2015.

En su discurso de clausura, "el Papa Francisco ha hablado de dos tentaciones: la rigidez hostil y el bien destructivo".

Francisco proclamó que en la asamblea no se ha puesto en entredicho la "verdad fundamental" del "sacramento del matrimonio: la indisolubilidad".

Así lo afirmó el papa Bergoglio en un discurso pronunciado ante los participantes en este Sínodo, a quienes dijo que su papel como líder de la Iglesia Católica es el de "garantizar la unidad", tras los debates en los que se abordaron cuestiones como la acogida a los homosexuales o a los divorciados vueltos a casar.

Además, el papa dijo que la Iglesia Católica "no mira a la humanidad desde una torre de cristal para juzgar o clasificar a las personas". Sus palabras han cosechado una ovación de más de cinco minutos. Y la Iglesia no se ha roto, y sigue adelante.

Pero a pesar de estas palabras del Papa, en la Iglesia suena las voces de la gran victoria del Papa en el Sínodo. Yo no creo, que el Papa este en la confianza de que ha ganado, ni mucho menos ciertos sectores de afines al Papa; más bien se cree que ha ganado la Iglesia porque mostró al mundo, una vez más, su credibilidad evangélica.

El Evangelio nos ayuda a comprender mejor todas estas circunstancias
En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.» Lc (12,54-59)

Jesús hace un llamamiento para que sepamos “interpretar el tiempo presente”, para que sepamos “lo que se debe hacer”. Hay situaciones en la vida en las que se produce un cambio de época: termina una etapa de la historia y comienza otra. Jesús nos avisa: “!No seáis hipócritas!” ¿No estamos viendo el cambio? No es un cambio a peor, sino a algo nuevo, que intuimos, pero que no podemos todavía precisar. Es decisivo, en estas situaciones superar el miedo. Las religiones tienen miedo. Porque tienen sus raíces en tradiciones y costumbres de un pasado al que se aferran. (Castillo).

Por eso, cuando la Iglesia no actúa como madre acogedora, como madre abierta a las circunstancias de las personas y a los signos de los tiempos, viene el rechazo de los hijos a su madre.


Dentro también de dos meses el Papa Francisco nos invitará a un año dedicado a la MISERICORDIA, posiblemente este debería ser el primer paso del Sínodo. Lo importante es captar que esta misericordia no es un sentimiento más, sino la reacción básica de Jesús que dirige y configura toda su actuación. No viene motivada por interés alguno. Es amor gratuito que brota en Jesús desde el misterio insondable de Dios. Desde esta misericordia se entiende toda su acción salvadora (Pagola).


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