sábado, 28 de noviembre de 2015

EVANGELIO DOMINGO 29 DE NOVIEMBRE 2015. PRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ADVIENTO.

Evangelio según San Lucas 21, 25-28. 34-36.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.
Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.»

COMENTARIO.-

Con este domingo comenzamos un nuevo año litúrgico. El año litúrgico, por lo tanto no coincide con el año civil. Sino que este empieza cuatro semanas antes de la Navidad. A este tiempo litúrgico de cuatro semanas se le llama ADVIENTO. “Adviento” significa: “venida, llegada”.

Estas cuatro semanas están pensadas para que los cristianos nos preparemos para conmemorar la venida de Jesús al mundo. Y ¿de qué se trata esto?

En primer lugar se trata de ir pensando que el día de Navidad recordaremos que Dios, en Jesús, se hizo presente en la historia de la humanidad. Y que desde el mismo instante en que Dios entra a formar parte de la historia de la humanidad en la persona de Jesús, esto debe de desencadenar en nosotros los seguidores de Jesús, una nueva forma de entender la religión y la vida.

La religión con Jesús no está en los templos solamente, sino que la religión con Jesús está y debe de estar presente en el mundo. Y en la vida siendo testigos de la esperanza que vamos a recibir en Él, actuando con honradez y responsabilidad en todos los ámbitos sociales.

Lo Importante durante este tiempo es caer en la cuenta de que no es lo mismo hablar de Adviento, lo que viene “desde de arriba”, que de Futuro, lo que viene “desde abajo”. En el primer caso hablamos de “portentos divinos”. En el segundo caso, nos referimos a “responsabilidades humanas”. Como es lógico, las religiones tienen tendencia a insistir más en la necesidad de la “intervención de los dioses” que de la “historia de los hombres”. Ahora bien, si algo dejó claro el Evangelio es que el mundo se arregla mediante la “responsabilidad histórica” y no esperando “apariciones divinas”. La Navidad nos enseña que la idea fundante del cristianismo se centra en afirmar que Dios, en Jesús, entró en la historia de los hombres para enseñarnos que lo decisivo es actuar con honradez y responsabilidad para humanizar esta historia nuestra. (Castillo)

De aquí que el Adviento, debe de suponer también para nosotros una preparación para la llegada al realismo de Jesús en los tiempos que nos ha tocado vivir. Estamos viviendo unos momentos difíciles a nivel mundial en todos los ámbitos, políticos, sociales, económico, militares, religiosos.

Por eso, las palabras que escuchamos hoy, después de muchos siglos, no están dirigidas a otros destinatarios. Son llamadas que hemos de escuchar los que vivimos ahora en la Iglesia de Jesús, en medio de las dificultades e incertidumbres de estos tiempos.

La Iglesia actual marcha a veces como una anciana «encorvada» por el peso de los siglos, las luchas y trabajos del pasado. «Con la cabeza baja», consciente de sus errores y pecados, sin poder mostrar con orgullo la gloria y el poder de otros tiempos.

Es el momento de escuchar la llamada que Jesús nos hace a todos.

«Levantaos», animaos unos a otros. «Alzad la cabeza» con confianza. No miréis al futuro solo desde vuestros cálculos y previsiones. «Se acerca vuestra liberación». Un día ya no viviréis encorvados, oprimidos ni tentados por el desaliento. Jesucristo es vuestro Liberador. (Pagola)

Por eso deberíamos preguntarnos en este Adviento, dentro del año que la comunidad católica va a dedicar a la MISERICORDIA : - ¿Es posible contagiar la fe en este mundo, sin estar nosotros en el mundo?,- ¿Es posible llevar el Evangelio al mundo, ignorando los pensamientos, los sentimientos de los hombres y mujeres que nos rodean en este mundo?, - ¿No es un error, dar respuestas de otros tiempos y momentos?

Invitemos en nuestras parroquias, comunidades, hermandades, a nuestros hermanos a vivir el Adviento. Lleguemos todos unidos a la Navidad, recibamos todos esa Navidad, como una revolución de valores.


LA VISITA DEL PAPA FRANCISCO A ÁFRICA.

El Papa Francisco emprendió el pasado miércoles día 25, su primer viaje a África donde visitará Kenia, Uganda y la República Centroafricana (RCA) y regresará el 30 de noviembre. Se convertirá en el cuarto Papa que viaja a este continente después de Pablo VI (Uganda, 1969), Juan Pablo II, que visitó 42 países africanos, y Benedicto XVI.

La intención del Papa Francisco es visitar los tres países, incluida la RCA a pesar de que en los últimos meses se han vivido nuevos brotes de violencia, así como ante las amenazas de posibles atentados.

En Kenia el Papa ha celebrado una reunión interreligiosa, un encuentro en la Universidad de Nairobi y también visitará la barriada de Kangemi y acudirá a la sede de las Naciones Unidas.

En Uganda, visita el santuario anglicano de los mártires de Namugongo y dialoga con los jóvenes ugandeses.

El domingo 29 de noviembre, primer domingo de Adviento, partirá hacia la RCA donde llevará a cabo una visita a un campamento de refugiados, víctimas de la guerra civil. El Papa también abrirá la Puerta Santa de la Catedral de Bangui, con una anticipación del inicio del Jubileo de la Misericordia, que en Roma será el 8 de diciembre.

Este viaje del Papa Francisco me enseña como el Papa enseña y vive el mensaje evangélico. No sé,  si ha cogido a propósito esta fecha de inicio del tiempo litúrgico de Adviento, para la realización de este viaje; sino es así da igual todo viene bien.

Y es que al inicio de este tiempo de Adviento, este viaje del Papa Francisco me hace ver que la religión con Jesús no está en los templos solamente, sino que la religión con Jesús está y debe de estar presente en el mundo. Y en la vida siendo testigos de la esperanza que vamos a recibir en Él, actuando con honradez y responsabilidad en todos los ámbitos sociales.

Y, digo esto, porque lo importante durante este tiempo de Adviento que comenzamos, es caer en la cuenta de que no es lo mismo hablar de Adviento, lo que viene “desde de arriba”, que de Futuro, lo que viene “desde abajo”. En el primer caso hablamos de “portentos divinos”. En el segundo caso, nos referimos a “responsabilidades humanas”. Como es lógico, las religiones tienen tendencia a insistir más en la necesidad de la “intervención de los dioses” que de la “historia de los hombres”. Ahora bien, si algo dejó claro el Evangelio es que el mundo se arregla mediante la “responsabilidad histórica” y no esperando “apariciones divinas”. La Navidad nos enseña que la idea fundante del cristianismo se centra en afirmar que Dios, en Jesús, entró en la historia de los hombres para enseñarnos que lo decisivo es actuar con honradez y responsabilidad para humanizar esta historia nuestra. (Castillo)

De aquí que el Adviento, debe de suponer también para nosotros una preparación para la llegada al realismo de Jesús en los tiempos que nos ha tocado vivir. Estamos viviendo unos momentos difíciles a nivel mundial en todos los ámbitos, políticos, sociales, económico, militares, religiosos.

Por eso, las palabras que escuchamos en el evangelio del próximo domingo después de muchos siglos, no están dirigidas a otros destinatarios. Son llamadas que hemos de escuchar los que vivimos ahora en la Iglesia de Jesús, en medio de las dificultades e incertidumbres de estos tiempos.

La Iglesia actual marcha a veces como una anciana «encorvada» por el peso de los siglos, las luchas y trabajos del pasado. «Con la cabeza baja», consciente de sus errores y pecados, sin poder mostrar con orgullo la gloria y el poder de otros tiempos.

Es el momento de escuchar la llamada que Jesús nos hace a todos.


«Levantaos», animaos unos a otros. «Alzad la cabeza» con confianza. No miréis al futuro solo desde vuestros cálculos y previsiones. «Se acerca vuestra liberación». Un día ya no viviréis encorvados, oprimidos ni tentados por el desaliento. Jesucristo es vuestro Liberador. (Pagola)

sábado, 21 de noviembre de 2015

EVANGELIO DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE 2015. FESTIVIDAD DE JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO.

Evangelio según San Juan 18, 33b-37.

En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús: - «¿Eres tú el rey de los judíos?»
Jesús le contestó: - «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí? »
Pilato replicó: -«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?»
Jesús le contestó: - «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.»
Pilato le dijo: - «Conque, ¿tú eres rey?»
Jesús le contestó: - «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.»

COMENTARIO.-

En el último domingo del año litúrgico, la Iglesia celebra la festividad de Jesucristo Rey del Universo.  La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de diciembre de 1925. El Papa quiso motivar a los católicos a reconocer en público que el mandatario de la Iglesia es Cristo Rey. Una festividad de alto contenido teológico, pero que aún no ha llegado a ser una fiesta popular, ni parece que tenga especial significación para la espiritualidad de la gran mayoría de los cristianos. Y es que el título de “rey”, aplicado a Jesús, tropieza con dos dificultades. Una la secular “mundanización” y segunda el exagerado “misticismo”. (Castillo).

El título de rey es un título secular, mundano. Que además está asociado, en la mentalidad de mucha gente, a las antiguas monarquías absolutas. Por eso, aplicarle a Jesús el título de rey tiene el peligro de evocar el poder político que tuvo religión de Israel. Y el poder temporal que, desde el emperador Constantino, la Iglesia ha ejercido con tanta frecuencia. Un poder, además, que hoy pretende seguir ejerciendo, basándose en el argumento según el cual la religión es la referencia última en los asuntos relacionados con el comportamiento ético (Benedicto XVI). Fijar los límites y competencias de la religión en este orden de cosas es uno de los asuntos más apremiantes del momento en que vivimos. (Castillo).

Por otro lado, el exagerado misticismo se puede dar en aquellas personas que, cuando piensan en Jesucristo rey, lo ven clavado en la cruz. Lo cual responde al título que Pilatos mandó colocar sobre la cabeza del Crucificado. Pero entonces, el peligro puede estar en aquellos que asocian la cruz solamente con el sufrimiento y no con la lucha contra el sufrimiento. Jesús murió crucificado, no porque Dios quiere el sufrimiento, sino porque no lo quiere. Jesús vivió para hacer el bien y aliviar el dolor del mundo. Eso, llevado hasta sus últimas consecuencias, es lo que a Jesús lo llevó a la cruz. Y así es como Jesucristo es Rey: siendo bueno con todos y haciendo el bien a todos.

Hoy en día existe muchos Pilatos en el mundo de la economía mundial. Pilatos que, no escuchan la voz de su conciencia, la voz de Dios y por lo tanto la voz de la verdad.

Esta crisis económica que estamos viviendo, nos debe ayudar a comprender, que el abandono de la verdad, el abandono de la voz de Dios en nuestro interior, está haciendo que muchos seres humanos estén pasando las necesidades que están pasando.

Los cristianos, los seguidores de Jesús debemos de ser la voz de la verdad en este mundo, debemos de ser la voz de los que no tienen la oportunidad de hablar.

QUIEN ES DE LA VERDAD, ESCUCHA LA VOZ.



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viernes, 20 de noviembre de 2015

CUANDO LA RELIGIÓN DESHUMANIZA AL HOMBRE, ESO NO ES RELIGIÓN NI ES NADA.

Transcurrida una semana de los atentados de Paris. Las condenas siguen siendo unánimes y suceden, a porfía. Una masacre inhumana. Un atentado contra la humanidad.

A estas condenas, se suceden también las condenas reaccionarías de declaraciones de guerra. La verdad sea dicha que me inquieta profundamente la reacción del gobierno francés y de las demás potencias mundiales ante la decisión de: los bombardeos de Raqqa. Y digo que me inquieta porque es el combate de la civilización contra la barbarie humana.

Lógicamente sé que por otro lado es legítima la defensa de los ciudadanos que viven en un estado de libertades establecido por ellos. Pero, ¿acaso intimidarán nuestras demostraciones de fuerza a los que no conocen el miedo?

El problema en estos momentos son las fuerzas de las armas, pero aquí tendríamos que pregúntanos: ¿Quién creó, financió y entrenó a Al Qaeda para combatir a Rusia? ¿Y quién concibió y sigue sosteniendo en la sombra al Estado Islámico para desestabilizar todo el Oriente Medio y sacar mayor provecho? ¿No se sientan en el G 20 de los grandes del mundo algunos gobiernos amigos de países, Arabia Saudí en cabeza, en los que encuentran soporte ideológico y financiero los yihadistas que nos combaten y que decimos combatir?

La solución está en la humanización del ser humano. Una vez más, ciertos grupos religioso, al igual que a lo largo de toda la historia humana, han utilizado la religión no para humanizar al hombre sino para deshumanizarlo y ser devorador de su misma especie.

Por eso cuando una religión no humaniza al hombre, eso no es religión ni es nada.


Amigos y amigas musulmanas, de vosotros depende en buena medida que en nuestro mundo se realicen la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad que también proclamó el Profeta, la paz sea con él, con vosotros, con nosotros. Somos hermanos. 

sábado, 14 de noviembre de 2015

EVANGELIO DOMINGO 15 DE NOVIEMBRE 2015. 33ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO. DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (13,24-32)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte. Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.»

COMENTARIO.-

Este evangelio, que la Iglesia presenta cuando ya se acerca el final del año litúrgico, recuerda a los cristianos “la época del cumplimiento de las promesas” (J. Mateos). Se trata de las promesas que se condensan en esta buena noticia, la gran noticia que todos nos pueden dar: la instauración del reinado de Dios en la humanidad. No se trata de un momento concreto de la historia; no será un acontecimiento determinado. Será un proceso lento y largo en el que el Dios humanizado en Jesús se hará presente entre los humanos, hasta humanizar este mundo liberándolo de la deshumanización que origina tanto sufrimiento y tanta opresión (J. Mateos).

Jesús dice que este grandioso proceso se producirá mediante la caída del sol, la luna y las estrellas. Con este lenguaje figurado, que Marcos toma de los profetas de Israel, el Evangelio afirma que la humanización de este mundo se producirá mediante la caída de los grandes imperios opresores. Uno tras otro, todos irán cayendo, se irán derrumbando. Es el anuncio gozoso de los grandes profetas (Is 13,9s; 34,4; Jr 4, 23-24; Ez 32, 7; Jl 3, 4; 4, 1-8). Se irá debilitando la opresión, se implantará progresivamente la justicia, la igualdad, la solidaridad. (Castillo).

Además este proceso grandioso, de esperanza y gozo, se llevará a cabo de tal forma que de él, a diferencia de los antiguos anuncios proféticos, no irá acompañado de calamidades que afectan a la tierra; ni habrá sujetos que experimenten terror ante el eclipse de los astros. Todo lo contrario, será un proceso de creciente humanización y liberación. Tal es el anunció de esperanza mediante la progresiva humanización de los individuos, los grupos, las instituciones y las naciones. He ahí la tarea que Jesús nos propone a todos. (Castillo).

Este es el tiempo, en que los cristianos tenemos la oportunidad de restaurar el mundo, de construir la historia, de instaurar el nuevo orden que nos trae el Hijo del Hombre. Ese futuro mejor para todos hay que trabajarlo todos los días, todos los años, toda la vida y, no sólo con la cabeza y con las manos, hay que poner también el corazón. Hay que hacerlo con otros, nos necesitamos para avanzar; para superar las dificultades grandes y pequeñas; para darnos ánimos cuando surja la tentación de pararnos; y para celebrar y festejar los logros de sentirnos vivos en el camino hacia el futuro. (J. César)

Eso es la Iglesia, hoy que celebramos el Día de la Iglesia Diocesana, en ella caminamos en la esperanza de una nueva primavera que supere el pesimismo, el “aquí no hay nada que hacer”, o las visiones negativas sobre el mundo. Sabemos que hay hambres, guerras, pobres, odios, desigualdad…, no somos ingenuos, dice Daniel en la primera lectura: “Son tiempos difíciles”.  Pero como Iglesia Diocesana, tenemos que estar cercanos a aquellos que están esperando un tiempo nuevo, recordando que tenemos capacidad para buscar salidas a todas las dificultades. Seamos lo que debemos ser, lugar de encuentro de todos con el Hijo del Hombre, para la construcción de un mundo y un universo nuevo. (J. César)



jueves, 12 de noviembre de 2015

CARTA DE APOYO AL PAPA FRANCISCO

Queridos amigos: estoy enviando para divulgación este texto de apoyo al Papa Francisco que nació dentro del II Congreso de Teología Continental realizado entre los días 26-30 de octubre en la ciudad de Belo Horizonte, Brasil bajo el título: “Iglesia que camina con Espíritu y desde los pobres" con la presencia de cerca de 300 representantes del Continente, de Europa, de Canadá y de Estados Unidos.

Querido Papa Francisco:

En América Latina, en Brasil y en el Caribe y en otras partes del mundo somos muchos los que seguimos con preocupación la cerrada oposición y los ataques que le hacen minorías conservadoras, pero poderosas, desde dentro y fuera de la Iglesia. Perplejos, hemos presenciado algo inusitado en los últimos siglos: la rebelión  de cardenales conservadores contra su modo de conducir el Sínodo y, sobre todo, la Iglesia Universal.

La carta estrictamente personal,  de un grupo de Cardenales dirigida a Usted, fue pasada a la imprenta anticipadamente a la encíclica Laudato Si' en clara violación los principios de un periodismo ético.

Tales grupos conservadores postulan una vuelta al modelo de Iglesia del pasado, concebida como una fortaleza cerrada más que como «un hospital de campaña con las puertas abiertas para acoger a quien llama»; Iglesia que deberá «buscar y acompañar a la humanidad de hoy, con las puertas abiertas, ya que con las puertas cerradas se traiciona a sí misma y a su misión y, en vez de ser puente, se convierte en barrera». Estas fueron sus valientes palabras.

-       Recordamos a los que se le oponen las cosas más obvias del mensaje de Jesús

Las actitudes pastorales del tipo de Iglesia propuesto en sus discursos y en sus gestos simbólicos se caracterizan por el amor cálido, por el encuentro vivo entre las personas y con Cristo presente entre nosotros, por la misericordia sin límites, por la "revolución de la ternura" y por la conversión pastoral. Esto implica que el pastor tenga "olor a oveja", porque convive con ella y la acompaña a lo largo del camino.

Lamentamos que tales grupos conservadores, lo que más hacen, es decir no. No a la comunión de los divorciados vueltos a casar; no al reconocimiento de los homoafectivos; no a cualquier apertura al mundo que implique cambios sustantivos.

Tenemos que recordar a estos hermanos las cosas más obvias del mensaje de Jesús. Él no vino a decir no. Al contrario, él vino a decir sí. San Pablo, en la segunda epístola a los Corintios, nos recuerda que "en el Hijo de Dios todo ha sido sí... porque todas las promesas de Dios son sí en Jesús" (2Cor 1,20).

En el Evangelio de San Juan, Jesús dice explícitamente: "Si alguno viene a mí, yo no le rechazaré nunca" (Jn 6,37). Podía ser una prostituta, un leproso, un teólogo temeroso como Nicodemo: a todos acogió con su amor y su misericordia.

-       La característica fundamental del Dios de Jesús

La característica fundamental del Dios de Jesús, "Abba", es su misericordia sin límites (Lc 6,36) y su amor preferencial por los pobres, los enfermos y los pecadores (Lc 5,32; 6,21). Más que fundar una nueva religión con feligreses piadosos, Jesús vino a enseñarnos a vivir y a realizar los bienes de su mensaje central, el Reino de Dios, que son: el amor, la compasión, el perdón, la solidaridad, el hambre y sed de justicia y el hacernos sentir hijos e hijas amados de Dios.

-       Cuando prevalece el poder, desaparece el amor

Los intentos de deslegitimar su modo de ser Obispo de Roma y Papa de la Iglesia universal serán vanos, porque nada se resiste a la bondad y a la ternura de las que Usted nos da un ejemplo espléndido. Por la historia sabemos que cuando prevalece el poder, como a ellos les gustaría que prevaleciese, desaparece el amor y se extingue la misericordia, valores centrales de su predicación y de la de Jesús.

-       Queremos mostrar total apoyo a su persona y ministerio

En este contexto, nosotros cristianos abiertos a los desafíos del mundo actual, ante la nueva fase planetaria de la historia y las amenazas que pesan sobre el sistema-vida y el sistema-Tierra, valientemente señaladas en su encíclica Laudato Si' sobre "el cuidado de la Casa Común", queremos cerrar filas a su alrededor y mostrar nuestro total apoyo a su persona y a su ministerio, a su visión pastoral abierta de Iglesia y a la forma carismática por la cual hace que sintamos nuevamente a la Iglesia como nuestro hogar espiritual. Y tanta gente de otras Iglesias y religiones y del mundo secular lo apoya y lo admiran por su manera de hablar y de actuar.
-       La Iglesia católica es hoy del Tercer Mundo, no euerocéntrica ni vaticanocéntrica.

No está desprovisto de significación el hecho de que la gran mayoría de los católicos viva en las Américas, en África y en Asia, donde se constata una gran vitalidad y creatividad en diálogo con las distintas culturas, mostrando múltiples rostros de la misma Iglesia de Cristo. La Iglesia católica es hoy una Iglesia del Tercer Mundo, pues sólo el 25% de católicos vive en Europa. El futuro de la Iglesia se juega en estas regiones donde el Espíritu sopla con fuerza. No darse cuenta de este hecho es seguir siendo eurocéntrico y vaticanocéntrico.
La Iglesia Católica no puede ser rehén de la cultura occidental, que es una cultura regional, por grandes que sean los méritos que haya acumulado. Es necesario que se desoccidentalice, abriéndose al proceso de mundialización que favorece el encuentro de culturas y caminos espirituales.

-       A Vd. le toca lo que al Maestro y los apóstoles: ser malentendido, calumniado y perseguido.

Querido Papa Francisco: Usted participa del destino del Maestro y de los apóstoles, que también fueron malentendidos, calumniados y perseguidos.

Pero estamos tranquilos porque sabemos que Usted asume tales tribulaciones según el espíritu de las bienaventuranzas. Las soporta con humildad. Pide perdón por los pecados de la Iglesia y sigue los pasos del Nazareno.

Queremos estar a su lado, apoyarle en su visión evangélica y liberadora de la Iglesia, darle coraje y fuerza interior para actualizarnos, con palabras y gestos, la tradición de Jesús hecha de amor, de misericordia, de compasión, de intimidad con Dios y de solidaridad con la humanidad que sufre.

-       Con Vd. queremos seguir mostrando que el Evangelio es una propuesta buena para toda la humanidad. Estamos a su lado.

En fin, querido Papa Francisco, siga mostrándonos a todos que el evangelio es una propuesta buena para toda la humanidad, que el mensaje cristiano es una fuerza inspiradora en el "cuidado de la Casa Común" y generadora de una pequeña anticipación de una Tierra reconciliada consigo misma, con todos los seres humanos, con la naturaleza, y en especial con el Padre que mostró tener características de Madre de infinita bondad y ternura. Al final, juntos podremos decir: "todo es muy bueno" (Gn 1,31).





sábado, 7 de noviembre de 2015

EVANGELIO DOMINGO 8 DE NOVIEMBRE 2015. 32ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio según San Marcos (12, 38-44).

En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía:
“¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Estos recibirán un castigo muy riguroso”.
En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia.
En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo:
“Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza, ha echado todo lo que tenía para vivir”.

COMENTARIO.-

La crítica que Jesús realiza en el Evangelio de hoy a los escribas y letrados de la ley de Dios, no se refiere a la soberbia, orgullo y prepotencia de esos hombres; que como es lógico pensar entre ellos habría de también sencillos y humildes.

El Evangelio lo que presenta es a Jesús criticando la Institución que esos hombres representantes oficiales de la ley de Dios, de la voluntad de Dios representaban. Ya que, a esos hombres revestidos de autoridad y dignidad, no había más remedio que someterse. Por eso ellos tenían que aparecer revestidos de dignidad, ocupar los primeros puestos y recibir las mayores reverencias. De aquí, que cuando una institución religiosa se plantea de esta manera inevitablemente los grupos privilegiados (sacerdotes, rabinos, imanes..) se consideran, no sólo con el derecho, sino además con la obligación de ser inflexibles en el mantenimiento de los dogmas, las normas y las dignidades que sólo a ellos les competen. (Castillo).

Por el otro lado, nos presenta el contraste de la pobre viuda que da hasta lo que tiene para vivir, sin figurar ni aparecer, porque es una persona en la que no hay ni cargo, ni poder, ni dignidad, ni saberes, ni nada que no sea un corazón bueno, lo que es lo mismo que decir: una persona en la que no hay ni títulos, ni dignidades, sino solamente humanidad.

Transcurrido dos mil años de esta vivencia, aún podemos ver reflejada en nuestras Iglesias estas dos imágenes. Esta semana los medios de información han abierto nuevamente sus diarios con la corrupción económica del Vaticano. El Papa advierte que "También en la Iglesia hay de esos que, en vez de servir, de pensar en los otros, de sentar las bases, se sirven de la Iglesia: los trepas, los apegados al dinero. Y cuántos sacerdotes, obispos, hemos visto así. Es triste decirlo, ¿no?", se preguntó el Papa.

El pontífice advirtió contra quienes calificó de "trepas, apegados al dinero" que perjudican a la Iglesia en una homilía en la que habló de la figura del apóstol Pablo, de quien dijo que, al llegar a Roma, acabó "traicionado por algunos de los suyos".

Por eso el evangelio de este domingo, nos debe llevar a pensar, en cuál de las realidades que nos muestra el evangelio, vivimos nuestra fe.
  
Indiscutiblemente, Jesús vio en esa mujer sencilla un claro ejemplo, para los dirigentes de la Iglesia. Hoy nuestras Iglesias están llenas de personas sencillas y humildes que con su estilo de vida son ejemplos para todos, contemplémosla con Jesús contempló a esa pobre viuda.

JESÚS ES CAMINO DE HUMANIDAD.

PÁSALO.

viernes, 6 de noviembre de 2015

HUMANIDAD Y DINERO.

Una vez más, dentro del pontificado del Papa Francisco, salta la corrupción de las finanzas vaticanas y especialmente de algunos de sus altos dirigentes. Indiscutiblemente estos acontecimientos perjudican notablemente a la Iglesia y aún más cuando estamos rodeados de un contexto de corrupción en todos los niveles sociales.

Los acontecimientos vienen marcados por la publicación de dos libros que al parecer narran estas corrupciones. Al día siguiente a la aparición de estos libros, el Papa en su homilía diaria en Santa Mata, recordó la radicalidad del Evangelio, la llamada de Jesucristo:

«También en la Iglesia hay quienes, en lugar de servir, de pensar en los demás, se sirven de la Iglesia: los trepadores, los apegados al dinero. Y cuántos sacerdotes, obispos hemos visto así. Es triste decirlo ¿no? La radicalidad del Evangelio, la llamada de Jesucristo: servir, estar al servicio de, no detenerse, ir más allá, olvidándose de sí mismos. Y la comodidad del estatus: he logrado un estatus y vivo cómodamente sin honestidad, como esos fariseos, de los que habla Jesús, que se paseaban en las plazas, haciéndose ver por los demás».

Tras reiterar que Jesús nos muestra el modelo de Pablo, alentó a pedir la gracia de vencer toda tentación de una doble vida:

«Sin embargo, cuando la Iglesia es tibia, ensimismada, incluso con afán de negocios sin escrúpulos, no se puede decir que es una Iglesia que ministra, que está al servicio, sino que se sirve de los demás. Que el Señor nos de la gracia que dio a Pablo, ese punto de honor de ir adelante siempre, renunciando a las comodidades tantas veces, y que nos salve de las tentaciones, de estas tentaciones que en el fondo son tentaciones de una doble vida: me hago ver como ministro, como el que sirve, pero en el fondo me sirvo de los demás».

Desde mi punto de vista, la radicalidad del dinero y la fe no es cuestión de religión, sino de estilo de vida. Para entender esto, deberíamos tener presente que el cristianismo no es una religión, sino una filosofía de entender la vida, desde una perspectiva humana. Ahora bien, cuando esa filosofía la convertimos en religión, pero no nos hace más humano, es donde viene el problema y las contradicciones de la conciencia y de nuestra presencia ante Dios.

Jesús no está en contra del dinero, como instrumento de cambio. Ni está en contra del capital, necesario para la productividad, para el progreso, para generar vida y bienestar. Pero lógicamente siempre que el dinero y el capital se utilicen para el bien de todos. Y no, para acumular riqueza a costa del hambre y la necesidades de los más indigentes.

Ahora bien, porque plantea Jesús el tema del dinero desde esta perspectiva. Simplemente porque Jesús era un hombre honesto y libre. Por todo esto se comprende la incompatibilidad que Jesús establece entre Dios y el afán de ganancias. Como también se comprende la dura sentencia contra los fariseos, “amigos del dinero”: “Presumís de observantes, pero Dios os conoce por dentro”.

El problema es que no hemos asumido el valor de ser HUMANO que Jesús nos transmitió del Dios que encarnado en él  y si el valor del dinero deshumanizado.