sábado, 31 de marzo de 2012

EVANGELIO DOMINGO 1 DE ABRIL 2012. DOMINGO DE RAMOS..ENTRADA DE JESÚS EN JERUSALÉN.

En la liturgia del Domingo de Ramos nos encontramos con dos Evangelios. El primero de ellos, es el que leeremos en la procesión de las palmas. En este Evangelio se nos narra la entrada de Jesús en Jerusalén. El segundo que leeremos en la Eucaristia, es el de Marcos 14, 1-15,47, la Pasión y Muerte de Jesús. Acontecimiento, que se llevará a cabo en la ciudad de Jerusalén.

Hoy, reflexionaremos sobre el evangelio de la Procesión de las Palmas, entrada de Jesús en Jerusalen, y mañana el de la Eucaristia.

Evangelio según San Marco 11, 1-11.

"Cuando se acercaban a Jerusalén, a la altura de Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos con este encargo: Id a la aldea de enfrente. Al entrar en ella, encontraréis en seguida un borrico atado, sobre el que nadie ha montado todavía. Soltaldlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, le decís que el Señor lo necesita y que en seguida lo devolverá.
Los discípulos fueron, encontraron un borrico atado junto a la puerta, fuera en la calle, y lo soltaron. Algunos de los que estaban allí les preguntaron: ¿Por qué desatáis el borrico?.Los discípulos les contestaron como les había dicho Jesús, y ellos se lo permitieron. Llevaron el borrico, echaron encima sus mantos, y Jesús montó sobre él. Muchos tendieron sus mantos por el camino y otros hacían lo mismo con ramas que cortaban en el campo. Los que iban delante y detrás gritaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino que viene, el de nuestro padre Devid!¡Hosanna en las alturas!. Cuando Jesús entró en Jerusalén, fue al templo y observó todo a su alrededor, pero como ya era tarde, se fue a Betania con los doce.

COMENTARIO.-

A la hora de leer este pasaje evangélico, es conveniente distinguir, el hecho histórico que se nos narra y la enseñanza religiosa que se nos transmite.

El hecho histórico es la llegada y entrada de Jesús a la Ciudad Santa, Jerusalén. Jerusalén la ciudad del Templo, donde se encuentra el arca de la alianza.

Debemos de tener en cuenta, que todos los evangelios, son escritos a partir de los cincuenta años, de este acontecimiento en la vida de Jesús. Y es, por lo que nosotros, podemos deducir que, los evangelistas describen que Jesús sabía lo que se iba a encontrar a su llegada a Jerusalén. Ya que la pregunta es inmediata, ¿Esperaba Jesús que le sucediera verdaderamente, lo que le pasó ?.

Independientemente de esa incógnita, lo cierto es que la llegada de Jesús a Jerusalén, será la culminación, y no como un derrotado, sino como aclamara el pueblo: "Bendito el que viene en nombre del Señor".

Es de aquí, de donde parte la según enseñanza de este trozo evangélico, la religiosa. El que viene a la ciudad, centro de la espiritualidad religiosa, es el hombre que viene en nombre del Señor, el Hijo de David, el Hijo de Dios.

El evangelista recoge muy bien en este evangelio, como prepara Jesús, su llega al Templo, a la Ciudad Santa, como prepara el también su camino de espiritualidad. Jesús no deja que nadie lo prepare, lo prepara él y le encarga a sus discípulos como tienen que hacerlo. Pero como tiene que hacerlo para Él y para ellos.

Jesús no entra como un triunfador victorioso. Sino al contrario, con sencillez, con humildad y bondad, rodeados de todos en un ambiente de paz y alegría.

Lógicamente tendríamos que preguntarnos, como es nuestra entrada, en nuestro templo, como es nuestro camino espiritual, como es nuestro caminar en nuestra religión. Como es nuestro camino hacia Jesús. Como es nuestro caminar por la vida.

Reconozcamos y reflexionemos honestamente durante esta semana santa, que la Iglesia, Pueblo de los seguidores de Jesús, se ha equivocado. Y digo esto, y no es demagogía, por que muchos de nosotros miembrso de esa Iglesia de Jesús, y especialmente sus altos representantes con sus vidas lujosas, hostentosas y de prestígio, han anulado la sencillez, la humildad con la que Jesús nos quiso enseñar como DEBERÍAMOS EMPEZAR PARA PODERLE SEGUIR Y ENTRAR EN EL CAMINO DE DIOS PADRE.

LEED Y DIFUNDID EL EVANGELIO, COMO CAMINO HACIA JESÚS Y CAMINO DE NUESTRA VIDA.

Mañana, comentaremos el evangelio de la liturgia Eucaristica.

viernes, 30 de marzo de 2012

EL DIA DESPUES DE LA HUELGA GENERAL. ¿NOS HA LLEVADO LA HUELGA A LA SOLIDARIDAD?.

Ayer día 29, tuvo lugar en España una jornada de huelga general, convocada por las organizaciones sindicales, para protestar por la reforma laboral que ha decidido llevar a cabo el actual gobierno.

Lógicamente, el balance de dicha jornada, es de un gran éxito por parte de los convocantes, las centrales sindicales; y de correcta legitimidad del derecho a la huelga que tienen los trabajadores, por parte del gobierno. Para ambas partes, todo entra dentro de la normalidad democrática y del estilo de vida que nos hemos marcado.

Pero mi reflexión a esta jornada de ayer, es preguntarme; ¿cómo y porque, hemos llegado a esta situación?. Cómo hace cuatro años, se vivía en la opulencia del consumismo, todo iba bien, según los dirigentes España era la Champion Ligue de la economía, nadie se planteaba ningún recorte social ni laboral. De pronto, de la noche a la mañana, todo se terminó. Pasando a extremos infinitamente opuesto, cinco millones y medio de personas sin trabajos. Personas, que pierden su casa, que no tienen para vivir. Recortes en asuntos sociales, tan fundamental como la sanidad, dependencia, educación, investigación.

Pienso en estos momentos en la famosa fábula de Esopo "La gallina de los huevos de oro". La historia del granjero pobre que un día se acercó al nido de su gallina y vio al lado de está un huevo dorado que brillaba. Pensó que era una broma, y se llevó el huevo a su casa y allí pudo comprobar que era de oro auténtico. A partir de ese día, todas las mañanas el granjero recogía un huevo de oro de la gallina, hasta que se hizo inmensamente rico. A medida que se iba haciendo rico, se fue haciendo más avaricioso e impaciente con la gallina. En un intento de obtener el máximo oro de la gallina de una vez, el granjero la mató y la abrió, pero dentro de ella no encontró nada de lo que buscaba. La moraleja de esta fábula es que debemos ver más allá de lo que tenemos hoy, tenemos que ver qué queremos lograr en el futuro.

Y eso, fue lo que posiblemente nos pasó. Está crisis, ha sido el claro reflejo de la codicia humana. De la codicia de unos cuantos, que no han sufrido la oposición de unos gobernantes, que tendrían que haber velado por el interés de la mayoria, en lugar del de una minoría.

Desde mi punto de vista, lo más importante y urgente que deberíamos de reflexionar y concluir de la huelga general de ayer, no es que cambien a los gobernantes o los sindicalistas. Si no, que cambiemos todos nosotros, gobernantes, políticos, banqueros, empresarios, trabajadores, de forma que nos lleguemos a convencer de que lo urgente, es que nuestra vida sea más solidaria. Y que las riquezas que hemos sido capaces de crear, solidariamente se compartan, y no permanezcan solamente en manos de unos cuantos, que además alaban a Dios por que creen que su riqueza es la verdadera conformidad de Dios con sus actos. Y que como consecuencia son millones de criaturas, las que se encuentran hundidas en la miseria más absoluta. Mientras que nosotros, por nuestra codicia humana hemos creado un estado del bienestar para nosotros solamente, que además parece ser que no somos capaces de mantener entre nosotros mismos, por esa misma codicia.

Esta realidad que vivimos, debe transformar nuestra manera de pensar, para que esa nueva forma de pensar, se transforme en una nueva forma de vivir. Pues la transformación, no se nos olvide vendrá de los de abajo, de los que viven en forma austera, sencilla y solidaria, como diría Jesús: " Más fácil es que pase un camello, por el ojo de una aguja, que un rico se salve "

Pensamiento y vida, en efecto, se condicionan mutuamente hasta llegar a veces a resultar imposible distinguir, si es el pensamiento el que orienta la vida, o, por el contrario, es la vida la que lleva a una determinada forma de pensamiento.

Pero si nuestro pensamiento se transforma en una vida solidaria, algo hemos conseguido.

jueves, 29 de marzo de 2012

¿HAY OTRA FORMA DE ENTENDER LA SEMANA SANTA?

Ante el conjunto de conceptos bíblicos que se repiten y enlazan indefinidamente de lo que es la Semana Santa, sin salir de un ambiente en el que muchos de nosotros -que pensamos como personas seculares, de la calle, con las preocupaciones diarias de la vida- sentimos que casi nos asfixiamos. Presento hoy la reflexión de la comunidad Koinonia, sobre la posibilidad de entender de otra forma la Semana Santa.

En efecto, muchos de nuestros comentarios bíblicos al uso pareciera que se mueven en «otro mundo», un mundo propio de referencias teológicas intrasistémicas, que funcionan con una lógica diferente a la real, y que parecen estar de antemano inmunizados contra toda crítica, porque, en ese ambiente bíblico-litúrgico al que están destinados, en las homilías, todo debe ser recibido sin discusión, sin espíritu crítico y «con mucha fe». Los que tenemos una fe más o menos crítica, una fe que no quiere dejar de ser de personas de hoy y de la calle, nos preguntamos: ¿es posible celebrar la semana santa de otra manera? ¿Así como buscamos «otra forma de creer», hay «otra forma de celebrar y acoger la semana santa»?

Veamos. Comencemos preguntándonos: ¿qué sienten, qué sentimos, ante la semana santa, muchas personas creyentes de hoy?

Muchos creyentes adultos (trabajadores, profesionales de las más variadas ramas, y también intelectuales, o simples personas cultas) se sienten mal cuando, en semana santa, por la especial significación de tales días, o por acompañar a la familia -y con el recuerdo de una infancia y juventud tal vez religiosa-, entran en una iglesia, captan el ambiente, y escuchan la predicación.

Se sienten de pronto sumergidos de nuevo en aquel mundo de conceptos, símbolos, referencias bíblicas… que elaboran un mensaje sobre la base de una creencia central que fuera del templo uno nunca se encuentra en ningún otro dominio de la vida: la «Redención». Estamos en semana santa, y lo que celebramos -así perciben en el templo- es el gran misterio de todos los tiempos, lo más importante que ha ocurrido desde que el mundo es mundo: la «Redención»…

El «hombre» fue creado por Dios pero ésta, la mujer, convenció al varón para que comieran juntos una fruta prohibida por Dios. Aquello fue la debacle del plan de Dios, que se vino abajo, se interrumpió, y hubo de ser sustituido por un nuevo plan, el plan de la Redención, para redimir al ser humano que quedó en «desgracia de Dios» desde la comisión de aquel «pecado original», debido a la infinita ofensa que dicho «pecado» le infligió a Dios.

Ese nuevo plan, de Redención, exigió la «venida de Dios al mundo», mediante su encarnación en Jesús, para asumir así nuestra representación jurídica ante Dios y «pagar» por nosotros a Dios una reparación adecuada por semejante ofensa infinita. Y es por eso por lo que Jesús sufrió indecibles tormentos en su Pasión y Muerte, para «reparar» la ofensa, redimiendo de esa forma a la Humanidad, y consiguiéndole el perdón de Dios y rescatándola del poder del demonio bajo el que permanecía cautiva.

Ésta es la interpretación, la teología sobre la que se construyen y giran la mayor parte de las interpretaciones en curso durante la semana santa. Es la interpretación –literalmente tal- que vehiculó, con toda seriedad, el catecismo que muchos de nosotros/as aprendimos cuando éramos niños/as, y que configuró en un primer momento nuestra percepción de la realidad de este mundo humano y su historia. Y es el ambiente mental ante el que muchos creyentes de hoy se sienten mal, muy mal. Sienten que se asfixian.

Se sienten trasladados a un mundo, que nada tiene que ver ni con el mundo real de cada día, ni con el de la ciencia, el de la información, o el del sentido más profundo de su vida. Por este malestar, otros muchos cristianos no sólo se han marchado de la semana santa tradicional, sino de la Iglesia.

¿Hay otra forma de entender la Semana Santa, que no nos obligue a comulgar con esa teología en la que tantos ya no creemos?

¿«No creemos», hemos dicho? Ante todo hay que decir -para alivio de muchos- que efectivamente, se puede no creer en tal teología. No se trata de ningún «dogma de fe» (aunque lo fuera, tampoco ello la haría creíble). Se trata de una maravillosa construcción interpretativa del misterio de Cristo, debida a la genialidad medieval de san Anselmo de Canterbury, que desde su visión del derecho romano, construyó, «imaginó» una forma de explicarse a sí mismo, en aquel contexto cultural, el sentido de la muerte de Jesús.

Estaba condicionado por muchas creencias propias de la Edad Media, e hizo lo que pudo, y lo hizo bien: elaboró una fantástica interpretación que cautivó las mentes de sus coetáneos tanto, que perduró hasta el siglo XX. Habría que felicitar a san Anselmo, sin duda.

El Concilio Vaticano II es el primer momento eclesial que supone un cierto abandono de la hipótesis de la Redención o, más propiamente, una interpretación de la significación de Jesús más allá de la Redención. Por supuesto que en los documentos conciliares aparece la materialidad del concepto, numerosas veces incluso, pero la estructura del pensamiento y de la espiritualidad conciliar van ya mucho más allá.

El significado de Jesús para la Iglesia posconciliar –mucho más lo será después para la Iglesia con espiritualidad de la liberación- deja de pasar por la redención, por el pecado original, por los terribles sufrimientos expiatorios de Jesús y por la genial «sustitución penal satisfactoria» ideada por Anselmo de Canterbury… Desaparecen estas referencias, y cuando sorpresivamente se oyen, suenan extrañas, incomprensibles, o incluso suscitan rechazo.

Es el caso de la película de Mel Gibson, que fue rechazada por tantos espectadores creyentes, no por otra cosa que por la imagen del «Dios cruel y vengador» que daba por supuesta, imagen que, evidentemente, hoy no sólo ya no es creíble, sino que invita vehementemente al rechazo.

¿Cómo celebrar la semana santa cuando se es un cristiano que ya no comulga con esas creencias? Uno se siente profundamente cristiano, admirador de Jesús, discípulo suyo, seguidor de su Causa, luchador por su misma Utopía… pero se siente mal en ese otro ambiente asfixiante de las representaciones de la pasión al nuevo y viejo estilo de Mel Gibson, de los viacrucis, los pasos de semana santa, las meditaciones las siete palabras, las horas santas que retoman repetitivamente las mismas categorías teológicas del san Anselmo del siglo XI… estando como estamos en un siglo XXI, nada menos que a un milenio de distancia…

Debajo de la semana santa que celebramos no dejan de estar, allá, lejos, bien al fondo de sus raíces ancestrales, las fiestas que los indígenas originarios ya celebraban sobre la base cierta del equinoccio astronómico. Se trata de una fiesta que ha evolucionado muy creativamente al ser heredada de un pueblo a otro, de una a otra cultura, de una religión a otra. Una fiesta que fue heredada y recreada también por los nómadas israelitas como la fiesta del cordero pascual, y después transformada por los israelitas sedentarios como la fiesta de los panes ácimos, en recuerdo y como reactualización de la Pascua, piedra angular de la identidad israelita…

Fiesta que los cristianos luego cristianizaron como la fiesta de la Resurrección de Cristo, y que sólo más tarde, con el devenir de los siglos, en la oscura Edad Media, quedó opacada bajo la interpretación jurídica de la redención, por obra del genial san Anselmo de Canterbury..

¿Por qué quedarse, pues, prendidos de una interpretación medieval, cautivos de una teología y una interpretación que no es nuestra, que ya no nos dice nada, y que podríamos abandonar porque ya cumplió su papel? ¿Por qué no sentirse parte de esta procesión tan humana y tan festiva de interpretaciones y hermenéuticas, de mitos y «grandes relatos» incesantemente renovados y recreados, y aportar nosotros también a esta trabajada historia nuestra propia parte, lo que nos corresponde hoy, con creatividad, responsabilidad y libertad? No podemos dejar de pensar que «Otra semana santa es posible»… ¡y urgente!

No vamos a desarrollar aquí, ahora, una nueva interpretación de estas fiestas. Bástenos por hoy cumplir una pretensión doble: aliviar a los que se sentían culpables por sentir el deseo de que «otra semana santa es posible», por una parte, y, por otra, de invitar a todos a la creatividad, libre, consciente, responsable y gozosa. No en todas partes o en cualquier contexto será posible, pero sí lo será en muchas comunidades concretas. Si no lo es en la mía, podría serlo en alguna otra comunidad más libre y creativa que tal vez no esté muy lejos de la mía… ¿por qué no preguntar, por qué no buscarla?

Koinonia

miércoles, 28 de marzo de 2012

LA MUERTE DE JESÚS: HISTORIA Y TEOLOGIA.

LA MUERTE DE JESÚS: HISTORIA Y TEOLOGIA.
José M. Castillo, teólogo

Quizá lo que voy a poner aquí pueda servir para pensar en algo serio durante la próxima semana santa. Si sirve para eso, aunque resulte pesado, alguna utilidad tendrá. Con esa intención lo escribo.
La pasión y la muerte de Jesús, dos hechos de los que tanto hemos oído y hemos hablado, no se pueden comprender correctamente si, en cuanto se refiere a estos dos hechos, no distinguimos lo que en ellos hay de “historia” y lo que sobre ellos se ha construido de “teología”. Quiero decir: una cosa es lo que allí (en Jerusalén, años 30) ocurrió; y otra cosa es cómo se ha explicado lo que allí ocurrió y por qué ocurrió.

El problema más complicado que aquí se plantea está en que, con demasiada frecuencia y casi sin darnos cuenta, mezclamos y confundimos la “historia” de la muerte de Jesús y la “teología” sobre la muerte de Jesús. Una mezcla y una confusión que resultan prácticamente inevitables porque, ya en los escritos del Nuevo Testamento, se encuentran textos en los que no es fácil distinguir con precisión lo que en esos textos hay de “historia” y lo que en ellos hay de “teología”.

La historia de la muerte de Jesús está, detalladamente relatada, en los evangelios. Una historia que, en sustancia, nos viene a decir que Jesús fue un galileo del siglo primero, que, como tantos otros galileos de aquel tiempo, fue visto como un agitador popular, como un hombre peligroso para la religión establecida, para el templo y sus sacerdotes, como un desobediente y un escandaloso, un infiel y un blasfemo, en definitiva, una amenaza grave para la estabilidad y la paz del sistema de convivencia que habían aceptado y acordado los dirigentes del sanedrín con los romanos, el poder de ocupación en la Palestina de aquel tiempo (cf. Jn 11, 47-53). La historia de la muerte de Jesús es la historia de un hombre libre ante los poderes de este mundo. Jesús fue un místico, un profeta, un hombre sensible al sufrimiento de los que están abajo en la historia, la eterna historia de los vencidos, los oprimidos, los “nadies” de este mundo. Y eso, sencillamente eso, fue lo que le llevó a la muerte.

Pero ocurrió que esta historia, en aquel tiempo y en la cultura del Imperio romano, tropezó enseguida con una dificultad casi insuperable. Después de la muerte de Jesús, sus seguidores empezaron pronto a predicar que aquel galileo, que había sido ejecutado en una cruz por el poder romano, era el Dios en el que ellos creían. Ahora bien, en el Imperio romano era imposible afirmar y defender que se tenía como Dios a un crucificado. Creer en un “dios crucificado” era peor que una locura. Representaba la descalificación total, la exclusión de la sociedad y la maldición del cielo. En todo caso, un “crucificado” no podía ser, para las gentes de entonces, una representación religiosa en modo alguno. Basta leer a Tácito o a Cicerón para darse cuenta de esto.

Así las cosas, la teología del Nuevo Testamento, especialmente la de san Pablo, encontró una explicación plausible de aquella historia inaceptable. Se trata de la explicación que presenta la muerte de Cristo como el “sacrificio expiatorio” que Dios necesitó para perdonar nuestros pecados (Rm 3, 25-26; 4, 25; 1 Cor 15, 3-5). De ahí toda la teología según la cual Jesús fue entregado a la muerte por nosotros y por nuestros pecados (Rm 5, 6-8; 8, 32; 14, 15; 1 Cor 1, 13; 8, 11; 2 Cor 5, 14; Gal 1, 4; 2, 21; Ef 5, 2). Una teología que se terminó de complicar cuando, a partir del s. III, se introdujo la explicación – tomada del derecho romano – según la cual la muerte de Cristo fue la “satisfacción” que Dios exigió al hombre para concederle el perdón del pecado, la ofensa “infinita” que se le hace a Dios. Una teoría que, en el s. XI, fue desarrollada, de forma tan brillante como desafortunada por Anselmo de Canterbury.

Lo que pasa es que, al explicar la muerte de Jesús de esta manera, la teología no tuvo más remedio que presentar a Dios de tal forma que, en el fondo, lo que se vino a decir es que Dios, que, por una parte, se define como “amor” (1 Jn 4, 8. 16), es un ser tan incomprensible que, para perdonar a quienes le ofendemos, necesita el sufrimiento, la sangre y la muerte de su Hijo. Es el “dios vampiro”, del que habla F. Nietzsche. Lo cual, en definitiva, termina diciendo que la teología de la muerte de Cristo salva al hombre a costa de destruir la posibilidad de que mucha gente crea en semejante Dios. Un Dios, que necesita sangre para perdonar, es un monstruo increíble.

Yo me identifico con la “historia” de la muerte de Jesús. La “teología”, el dogma, que explica esa muerte de Jesús, me parece aceptable solamente en el sentido inteligente y profundo que, según Johann Baptist Metz, tiene el dogma. La explicación de Metz es lúcida y exigente: “La fe dogmática o fe confesional es el compromiso con determinadas doctrinas que pueden y deben entenderse como fórmulas rememorativas de una reprimida, subversiva y peligrosa memoria de la humanidad… Las profesiones de fe y los dogmas son fórmulas “muertas” , “vacías”, es decir, inadecuadas… cuando los contenidos que traen a la memoria no ponen de manifiesto su peligrosidad… cuando esta peligrosidad se difumina bajo el mecanismo de la mediación institucional, y cuando, en consecuencia, las fórmulas sólo sirven para el auto-mantenimiento de la religión que las transmite y para la auto-reproducción de una institución eclesial autoritaria que como transmisora pública de la “memoria” cristiana ya no afronta la peligrosa exigencia de dicha memoria”.

Resumiendo: la memoria de la muerte de Jesús es, por supuesto, devoción, piedad, paciencia, fortaleza, generosidad, amor… Pero, sobre todo, la muerte de Jesús es el recuerdo peligroso de una libertad que empuja a luchar contra el sufrimiento incluso a costa de pagar esa lucha con el propio sufrimiento que lleva derechamente a quedar en ridículo, a ser excluido, a terminar en la calle, en la nada, en la soledad del que parece un tipo raro o incluso un inútil. La cruz no es una condecoración y menos un adorno. Es siempre una “memoria que nos enfrenta a un peligro”, el peligro que corrió Jesús y en el que acabó sus días.

domingo, 25 de marzo de 2012

25 DE MARZO. LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR.

A los cuatro días del comienzo de la primavera, estación que nos anuncia vida, alegria, luz, la Iglesia celebra LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR, festividad que coincide con el quinto domingo de cuaresma.

La primavera anuncia a la vida, el misterio de la Encarnación también, y nuestro caminar por esta cuaresma también en busca de la Pascua. Vida del Cristo que vive. Reflexión que durante esta última semana, iremos profundizando para vivir, el acontecimiento más importante d ela vida cristiana que es la Pascua de Resurrección.

Pero la solemnidad de la Anunciación del Señor, que celebramos también en la liturgía de hoy, es para nosotros, un verdadero encuentro marianológico sin duda alguna, pero quizás es un mayor encuentro cristológico. Ya que, la Anunciación del Señor, representa el acontecimiento más asombroso que ha ocurrido en la historia de las tradiciones religiosas de la humanidad.

La Encarnación de Dios en Jesús es el acontecimiento de la humanización de Dios en un hombre. Este es el gran acontecimineto de nuestra religión.

Es importante tener encuenta que este acontecimineto es sólo recogido en el evangélico de Lucas. Esto demuestra la elaboración teológica de los primeros cristianos desde la visión del Jesús Resucitado, como Hijo de Dios.
Pues el evangelio de Marcos, que es el primero que se escribe con mucha distacia en el tiempo con Lucas, empieza con la predicación de Juan Bautista.


" En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen, desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: " Alégrate, llena de gracia, el señor está contigo, bendita tú entre las mujeres ". Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: " No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo de Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin ". Y María dijo al ángel: " ¿ Cómo será eso, pues no conozco varón ? ". El ángel le contestó: " El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible ". María contestó: " Aquí está la esclava del señor, hágase en mí según tu palabra ".


La Encarnación de Dios en Jesús es el acontecimiento de la humanización de Dios en un hombre. Lo cual quiere decir que sólo la experiencia humana del judio Jesús es la que nos revela lo que es Dios, quién es Dios y cómo es Dios. La Encarnación, por lo tanto, no es sólo la divinización del hombre, sino ante todo la humanización de Dios. A Dios no lo encontramos " divinizándonos ". Y menos aún " endiosándonos ". Sólo " humanizándonos " encontramos al Dios-Padre del que nos habla Jesús

sábado, 24 de marzo de 2012

EVANGELIO DOMINGO 25 DE MARZO 2012. QUINTO DOMINGO DE CUARESMA.

Evangelio según Juan 12, 20-23

"En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la Fiesta había algunos gentiles; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: "Señor, quisiéramos ver a Jesús". Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: "Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre. Os aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre le premiará. Ahora mi alma está agitada y, ¿qué diré?: Padre líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre". Entonces vino una voz del cielo: "Lo he glorificado y volveré a glorificarlo". La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: "Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí". Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir".

COMENTARIO.-

Durante la semana pasada y esta que comenzamos, estamos leyendo el evangelio de Juan en la liturgia diaria.

El evangelio de Juan, como todos sabemos, es el último que se escribió, en torno a los años 90 a 100 d C. Está última redacción, tan alejada en el tiempo histórico, ha hecho del evangelio de Juan, un escrito basado más en su reflexión y elaboración teológica, que en su historicidad, realidad que hace difícil su comprensión.

Con esto lo que quiero decir, es que en el evangelio de Juan, no se puede comentar las palabras de Jesús, como si fueran palabras directas y pronunciadas por Jesús. Las palabras de Jesús en este cuarto evangelio, han sido puestas por el evangelista en boca de Jesús para expresar la reflexión teológica que la comunidad ha elaborado, a lo largo de su experiencia de fe. De aquí, la diferencia de este evangelio con los sinópticos (Marcos, Mateo, Lucas), y también, la complejidad muchas veces de entender el evangelio de Juan.

Si, se interpreta como histórico, el Jesús presentado en el evangelio de Juan, caemos casi inevitablemente en la herejía monofisista (Jesús como solamente divino, no humano). Leer y proclamar o comentar el evangelio de Juan sin un comentario exegético mínimo, y, por omisión, no evitar una interpretación directa literal del mismo, es un flaco servicio a la fe del pueblo cristiano.(Koinonía). Este es posiblemente uno de los grandes errores, que hemos cometido a lo largo de los tiempos en nuestra labor pastoral.

El evangelio de hoy domingo comienza narrando el interés de unos gentíles por conocer a Jesús. El hecho de que sean unos gentiles quienes buscan a Jesús, representa ser un símbolo de la universalidad del evangelio, pues «incluso los paganos buscan a Jesús».

El evangelista nos va a dejar claro que el conocimiento de Jesús, de su evangelio y su mensaje, les va a llegar por mediación de los discípulos de Felipe y Andrés.

Esta ocasión de encuentro es aprovechada, para anunciar su pasión y muerte en la cruz para alcanzar la redención del mundo. Ahora bien, debemos de tener mucho cuidado con esta idea. Pues podemos dar la impresión, que sea dado durante mucho tiempo, de que la salvación viene atraves del sufrimiento, como si Dios quisiera que sus hijos que somos todos nosotros sufrieramos para salvarnos.

Para ello utiliza la parábola del grano de trigo. El grano de trigo, no muere sino se transforma en una espiga que da más granos. Dios no quiere la muerte, sino el fruto, es decir, la vida. Con lo que nos quiere decir, que este mundo, ponerse de parte de la vida, y de los derechos de la vida, supone una transformación en el verdadero seguimiento de Jesús: "El que quiera servirme, que me siga y donde esté yo, allí estará mi servidor". Quien se agarra egoístamente a su vida, la echa a perder; quien sabe entregarla con generosidad genera más vida.

EL CONOCIMIENTO DE JESÚS, LLEGA ATRÁVES DE LA MEDIACIÓN DE SUS DISCÍPULOS.

SEAMOS MEDIADORES DE CRISTO EN NUESTRO ENTORNO, DIFUNDIENDO Y VIVIENDO EL EVANGELIO. PÁSALO.

Mañana domingo, realizaremos una reflexión, sobre la festividad de la anunciación del señor.

viernes, 23 de marzo de 2012

SI A LA VIDA, TODA LA VIDA Y LA VIDA DE TODOS. DIA INTERNACIONAL POR LA VIDA.

Mañana sábado 24 de marzo, se llevaran concentraciones en toda España, para conmemorar el Día Internacional de la Vida, que se celebra en todo el mundo el domingo 25 de marzo.

Desde este humilde blog, un año más, animo a todos a unirnos a esta jornada con " UN SÍ ROTUNDO A LA VIDA ". Pero, para que ese día, sea un verdadero pedir por la vida. No solo la vida de los "no" nacidos. Sino, que sea una jornada también para tener presente la vida de todos los nacidos. SI A LA VIDA, TODA LA VIDA Y LA VIDA DE TODOS.

Por eso mi pregunta de hoy es ¿QUÉ CONCEPTO DE " SI A LA VIDA " TENEMOS?.

Y digo esto, porque ante el conflicto de Siria, que es uno de los más candentes que existen en la actualidad en el mundo, donde han sidos masacradas más de 8.000 vidas inocentes, tantos de adultos como de niños, en un año de conflictos. Son hechos, que queramos o no, nos incumben a todos los seres humanos y especialmente a nosotros los que nos llamamos seguidores de Cristo.

La salvaje represión, a sangre y fuego, del gobierno de Siria contra la población civil y la pasividad de la comunidad internacional, para hacerse presente en el lugar del conflicto, ponen de manifiesto la gravedad de los hechos. Con ello Siria vulnera la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Olvidandose los mandatarios, que la vida y dignidad de este pueblo, está por encima de cualquier otro interés.

Por otro lado, la hambruna existente en el denominado cuerno de Africa, donde miles de personas mueren de hambre diariamente, cuando sus territorios son saqueados de las preciadas materias primas fundamentales, para el funcionamiento de los pueblos más avanzados, sin recibir nada a cambio.

La cantidad de niños que son explotados en trabajos forzados, llevados a las guerras, al tráfico de órganos y a la prostitución. Miles de mujeres, que son obligadas y amezadas con su muerte, por la mafias de la prostitución, perdiendo toda su dignidad humana y de vida.

Por eso alzo mi voz con un grito de " UN SÍ ROTUNDO A LA VIDA ", pero para defender " el valor sagrado de toda vida humana desde la fecundación hasta su ocaso natural ".

TENGAMOS PRESENTE QUE LA DIGNIDAD A LA VIDA, ES LA DE NACER, PERO TAMBIÉN ES LA DE VIVIR DIGNAMENTE ENTRE TODOS.

jueves, 22 de marzo de 2012

ANTE LAS ELECCIONES AUTONÓMICAS DE ANDALUCIA, DEL PRÓXIMO DOMINGO 25 DE MARZO.

El próximo domingo día 25 de Marzo, todos los andaluces mayores de edad, estamos convocados a las urnas para elegir a quienes nos representarán y gobernarán en los próximos cuatro años, en el gobierno regional.

En esta última semana, estamos viviendo la aparición de ciertos movimientos y respuestas ciudadanas, al descontento de la vida política andaluza. Parte de este movimiento aconseja el no ir a votar.

Ante esto, yo quiero decir, que posiblemente la democracia que tenemos, no sea la perfecta; pero sí es la que nos permite a todos expresarnos y manifestarnos no sólo el día de las votaciones, sino días antes de las votaciones. Es verdad que la clase política está desprestigiada, y esto hace que posiblemente, no tengamos políticos de más altura. Es verdad, que existe un gran desencanto en el pueblo, por su clase política, pensando que todos son iguales. Pero no debemos de olvidar, que la política es, en principio, una actividad digna y noble, a pesar de todos los pesares y es obligación nuestra ayudar a su regeneración en los casos en que se haya degradado.

Por ello, la participación en unas elecciones, es un deber cívico ineludible y un acto de responsabilidad a favor del bien común.

En las actuales circunstancias no es fácil saber para muchos a quién se debe votar. En todo caso, es algo que pertenece a la conciencia personal. Lo que no podemos es estos momentos tan difíciles para muchos de nuestros vecinos, familiares, amigos, etc.., es dejarnos llevar por la rutina, por el cansancio o la minusvaloración del ejercicio del voto. Ni mucho menos votar a un determinado partido por razones injustificadas: “siempre he votado a...”, “es que yo soy de derechas...”, “es que yo soy de izquierdas...”, “a mí el que me gusta es...”. Yo sé, que muchos dicen, que esto es Coca Cola o Pepsi Cola, y es verdad, pero son nuestras reglas de juego en estos momentos.

Teniendo en cuenta desde mi punto de vista que, en estos tiempos, el concepto de izquierda o derecha, son concepto ya trasnochados y antiguos, pues la realidad nos lo demuestra.

Hoy debemos de hablar y centrarnos en personas que buscan el progreso de la humanidad desde el mismo concepto humano, que en función de las circunstancias sociales, económicas y políticas, actuan con verdadera justicia e igualdad.

Una persona o grupo político es progresista, cuando actuan como un buen gestor de la comunidad, en todos sus ámbitos económicos, sociales, culturales, éticos y religiosos.

No se puede tolerar la tardanza en los gobernantes en reconocer y asumir crisis y adoptar medidas tardías, que con su engaño y mentira perjudican a los más indefensos de la sociedad. Pues, mientrás que con dinero público, el de todos, hemos lavado a uno de los causante de esta crisis económica como ha sido el sector bancario. El cual, después de ser ayudado, en estos momentos, son incapaces de perdonar a aquellos que no pueden pagar su hipoteca, y que le devuleven el piso, la casa, el local o la nave industrial, y no consideran con ello extinguida su deuda.

Está crisis, ha sido el claro reflejo de la codicia humana. De la codicia de unos cuantos, que no han sufrido la oposición de unos gobernantes, que tendrían que haber velado por el interés de la mayoria, en lugar del de una minoría.

Me desconcierta unos gobernantes que dicen defender a los más desfavorecidos de la sociedad y que recortan ayudas sociales. Además de no valorar el esfuerzo social de esos más desfavorecidos, que pierden derechos a cambio de mantenerse grandes puestos en la clase política.

Lo bueno de la democracia, es que cuando uno no cumple, existe la posibilidad de quitarlo y dejar paso a otro, aunque sea Coca Cola en lugar de Pepsi Cola.

La votación, en una sociedad democrática, es un acto cargado de responsabilidad ética personal. Por eso, los cristanos católicos tenemos el deber y la obligación de ir a VOTAR el próximo domingo día 25.

miércoles, 21 de marzo de 2012

"YA BASTA DE SUFRIMIENTOS PARA EL PUEBLO". FUNDACIÓN MONSEÑOR ROMERO

"Ya basta de sufrimientos para el pueblo... Yo no me cansaré de señalar que, si queremos, de veras, un cese eficaz de la violencia, hay que quitar la violencia que está a la base de todas las violencias: la violencia estructural, la injusticia social, el no participar los ciudadanos en la gestión pública del país"
(Monseñor Romero, Homilía 23 de septiembre de 1979)

"YA BASTA DE SUFRIMIENTOS PARA EL PUEBLO", es el lema que la Fundación Monseñor Romero ha escogido para conmemorar el próximo sábado 24, el XXXII aniversario del martirio de quien es considerado un hombre de Dios, un seguidor ejemplar de Jesús de Nazaret, un verdadero profeta, un buen pastor y un hombre de Iglesia; hablamos de Monseñor Óscar Arnulfo Romero.

Hace 32 años que el arzobispo de San Salvador, Mons. Oscar A. Romero, fue asesinado, mientras celebraba la eucaristía en la capilla del hospital para enfermos terminales donde él mismo vivía. Un tirador profesional le puso la bala mortal en el corazón. Su cuerpo ensangrentado cayó sobre el altar en el momento del ofertorio.
A Mons. Romero no lo mataron por comunista. Ni por meterse en política. A Mons. Romero lo mataron porque se puso de parte de un pueblo machacado por la ambición de 12 familias, que eran los dueños de todo aquel país, El Salvador.

En estos momentos de gran crisis económica y de dominio de los mercados, que estamos viviendo en nuestra sociedad. Donde miles de personas están perdiendo sus viviendas, sus trabajos, sus derechos sociales y hasta sus necesidades básicas, por la codicia de unos pocos, recordar la postura de Monseñor Romero, nos debe interpelar a nosotros, hasta donde llega nuestro compromiso social.

Han pasado 32 años. En estos años, han subido a los altares cientos y cientos de santos y beatos. El arzobispo Romero sigue esperando en la cripta de la catedral de San Salvador, que en Roma se acuerden de él. Esto da que pensar.

Pero no importa, por que los pobres de su pueblo lo han subido al alta.

Pero lo más importante no es que Roma lo canonice, ni que sus ex-compañeros en el episcopado lo propongan. Sino que Roma y sus ex-compañeros en el episcopado, aprendan lo que representa y exige la libertad al servicio de la misericordia.

lunes, 19 de marzo de 2012

19 DE MARZO, FESTIVIDAD DE SAN JOSÉ.

La religiosidad popular ha sabido realzar y conservar la figura de San José, dentro la comunidad eclesial. Ya que, lo que realmente podemos saber con toda seguridad sobre José, es lo poco que se nos narra de Él en los evangelios, que es poco y algo difuso.

Como sabemos, los evangelios no son libros bibliográficos, ni de historia. Lo que los evangelios nos dice de San José, es que fue un hombre "justo". Esto era el mayor elogio que se puede hacer de un israelita. En la tradición judía, para indicar que un hombre es como Dios quiere, se le denomina el "justo". José, por tanto, fue una buena persona, un hombre íntegro, que siempre hizo lo que Dios le pedía y lo que podía resultar lo mejor para los demás. También podemos saber que fue un trabajador manual, que enseño el oficio a Jesús (Mc 6,3).

Lo que si podemos, deducir y saber por los evangelios de José, es que fue un hombre elegido por Dios, para ser el padre de Jesús, y por lo tanto para indicarnos que Jesús fue un ser humano. Un ser humano, que como todo ser humano, recibió de sus padres una educación. Si de Jesús sabemos que fue un hombre tan genial, con una religiosidad tan profunda y tan libre, con una integridad y una fuerza de convicción como sabemos que tuvo, con una humanidad tan por encima del común de los mortales, parece lógico que en todo eso se percibe, incluso se palpa, la grandeza de espíritu de José, que supo transmitir a Jesús esa forma de ser y de vivir.(Castillo).

Felicidades a todos los José y Joséfa.

sábado, 17 de marzo de 2012

EVANGELIO DOMINGO 18 DE MARZO 2012. CUARTO DOMINGO DE CUARESMA

Evangelio según San Juan 3, 14-21

"En aquel tiempo dijo Jesús a Nicodemo:"Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único Dios. Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios".

COMENTARIO.-

Para comprender bien el evangelio de este domingo, deberíamos de leer los catorce primeros versículos de este tercer capítulo del evangelio de Juan. En primer lugar, para conocer la figura de Nicodemo y el primer diálogo que Jesús mantiene con él, donde le recuerda que para seguirlo, debemos de nacer de nuevo, del agua y del Espíritu.

Nicodemo, cuyo nombre significa “el que vence al pueblo”, aparece varias veces en el evangelio de Juan (3,1-21; 7,50-52; 19,39). No es un cualquiera. Por su filiación religiosa es un fariseo, es decir, un rígido observante de la Ley, considerada como la expresión suprema e indiscutible de la voluntad de Dios para el ser humano. Es el primer rasgo que señala Juan antes del nombre mismo. Nicodemo se define como hombre de la Ley antes que por su misma persona. Juan añade otra precisión sobre el personaje: en la sociedad judía es un “jefe” título que se le aplica particularmente a los miembros del Gran Consejo o Sanedrín, órgano de gobierno de la nación (11,47). En éste, el grupo de los letrados fariseos era el más influyente y dominaba por el miedo a los demás miembros del Consejo (12,42).
Nicodemo habla en plural (3,2: sabemos). Es, pues, una figura representativa. La escena va a describir, por tanto, un diálogo de Jesús con representantes del poder y de la Ley. Nicodemo llama a Jesús “Rabbí” (3,2) término usado comúnmente para los letrados o doctores de la Ley que mostraban al pueblo el camino de Dios. Así es como este fariseo adicto ferviente de la Ley, ve a Jesús. Es extraño, porque hasta el momento, Jesús no ha dado pie para semejante interpretación de su persona.(Koinonia).

La conclusión que debemos de extraer del evangelio de este domingo, es que Dios no se hizo presente en este mundo, en la persona y vida de Jesús, porque se sintiera ofendido, indignado e irritado. Dios se hizo presente en el mundo, en el hombre de Jesús de Nazaret, porque quiere tanto al mundo, que no soportaba más estar lejano, distante, desconocido.(Castillo).

Y lógicamente, Dios no quiso tampoco el sufrimiento de Jesús en la cruz, ni Jesús fue abandonado por Dios. Si no que fuimos nosotros los hombres, los que no quisimos ver en Jesús la salvación del mundo. Su estilo de vida molestaba a los poderosos, y por eso decidieron matarlo. En Jesús, se realizó la verdad de Dios, para que nosotros viéramos que sus obras y su manera de vivir es el único camino de construir el Reino de Dios en la tierra.

Por eso el evangelista nos dice:"que la luz vino al mundo", y que esa luz es la verdad. Dios se humanizó en Jesús. Por eso nosotros, en la medida que nos hacemos tan humano como Jesús, estamos dando la luz que vino al mundo, porque esa luz es la verdad, que es el amor de Dios. Jesús es, antes que nada, el «regalo» que Dios ha hecho al mundo, no sólo a los cristianos.

La razón de ser de la Iglesia, lo único que justifica su presencia en el mundo es recordar el amor de Dios. Lo ha subrayado muchas veces el Vaticano II: La Iglesia «es enviada por Cristo a manifestar y comunicar el amor de Dios a todos los hombres». Nada hay más importante. Lo primero es comunicar ese amor de Dios a todo ser humano.(Pagola).

El próximo lunes 19 de marzo, festividad de San José, se celebra en España, el Día del Seminario, este año bajo el lema: “PASIÓN POR EL EVANGELIO” -leer, el post que escribí ayer sobre el día del seminario-. Este acontecimiento, que en muchas Iglesias locales adelantaremos a la celebración de la eucaristia dominical, ya que en muchos lugares, el lunes, día de San José no es festivo.

Pues bien, que el evangelio de este domingo, nos ayude a descubrir nuestra PASIÓN POR EL EVANGELIO, COMO LUZ QUE VINO AL MUNDO.

TENED PASION POR EL EVANGELIO, COMO LUZ QUE VINO AL MUNDO.

Mañana festividad de San José, reflexionaremos sobre su figura en la vida de Jesús.

viernes, 16 de marzo de 2012

DÍA DEL SEMINARIO. PASIÓN POR EL EVANGELIO.

El próximo lunes 19 de marzo, festividad de San José, se celebra en España, el Día del Seminario, este año bajo el lema: “PASIÓN POR EL EVANGELIO”. Acontecimiento, que adelantaremos a la celebración del día de antes, cuarto domingo de cuaresma, en la eucaristia dominical. Ya que San José es día laboral, aunque para la comunidad eclesial es día festivo.

Se trata de una jornada que nos invita a toda la comunidad eclesial a tomar conciencia de la necesidad de pedir al Señor, promover y amparar las vocaciones sacerdotales con la oración, la invitación a los jóvenes para que se animen a plantearse la vocación sacerdotal como una opción válida.

Es frecuente escuchar voces de gran preocupación en la jerarquía eclesial y en ciertos sectores laicales; ante la tendencia a la baja en el número de seminaristas en los últimos años. Mons. Asenjo, Arzobispo de Sevilla calificó esta situación de la siguiente manera: "tener sacerdotes mañana es vital para la Iglesia, una cuestión de vida o muerte", en rueda de prensa para presentar la celebración del Día del Seminario en la capital andaluza. El prelado de la Iglesia hispalense aseguro que el Seminario Metropolitano de Sevilla es una de las instituciones "más importante" en la Archidiócesis, pues "nos jugamos el futuro de la Iglesia".

Ante está afirmación del señor Arzobispo, cabe hacer dos reflexiones. La primera y más importante D. Juan José, es que la Iglesia siempre existirá con sacerdote y sin sacerdote. Pues la Iglesia es la que se forma cuando dos o más se reúnen en el nombre de Cristo. La segunda reflexión, es desde mi punto de vista de que el futuro de la Iglesia no está en que tengamos más o menos sacerdotes, sino posiblemente como dice el lema de la campaña del seminario este año, en la PASIÓN POR EL EVANGELIO. La Iglesia tendrá futuro en la media en que cada día sea capaz de vivir con PASIÓN EL EVANGELIO. Yo creo, que verdaderamente la gran crisis de la Iglesia, no es la falta de sacerdotes, sino el abandono en la Iglesia del proyecto de Jesús. La Iglesia es un organismo vivo que ha de estar en continuo y permanente nacimiento, naciendo de Cristo en función de los signos de los tiempos.

Y, así fue reconocido, por el Papa Benedicto XVI en la entrevista con el periodista Peter Seewald, recogida en el libro " Luz del Mundo " ( título del libro que al parecer eligió Benedicto XVI ). El Papa insiste en la necesidad de «definir de nuevo tanto la vocación de la Iglesia como su relación con la modernidad». Afirma que la «religiosidad tiene que regenerarse de nuevo en el contexto de la sociedad moderna para encontrar nuevas formas de expresión y comprensión». Insiste en que «hay que preguntarse siempre qué cosas, aunque hayan sido consideradas como esencialmente cristianas, eran en realidad sólo expresión de una época. Debemos regresar una y otra vez al Evangelio y a las palabras de la fe para ver qué es realmente lo esencial y qué se ha de modificar legítimamente con el cambio de los tiempos».

En definitiva, no se trata de modernizarse, sino de actualizarse. Por eso, este día deberíamos dedicarlo a renovar el concepto primero de vocación y en segundo lugar dejarnos iluminar por el Espíritu Santo, para encontrar los caminos propios de los ministerios en la Iglesia de hoy.

En la actualidad, la vocación se entiende como la llamada de Dios, para atender a una comunidad de cristianos. Mientras que, durante los primeros mil años de la vida de la Iglesia, la vocación se entendía como la llamada de la comunidad, que elegía de entre sus miembros al que consideraba más idóneo para educar en la fe a un grupo de cristianos. Esta manera de entender la vocación estaba tan clara entre los cristianos, que la condición indispensable, para que el obispo admitiera a un candidato a la ordenación para ejercer el ministerio, era no que el sujeto se ofreciera diciendo que Dios le llamaba, sino que se resistiera a ser ordenado, porque se consideraba indigno y sin cualidades para un servicio tan exigente.

En definitiva, en la Iglesia faltan curas porque las autoridades de la Iglesia han puesto unas condiciones que no permiten otra cosa, como ya analizaremos en otra ocasión detenidamente. Tenemos lo que la Iglesia jerárgica ha optado que tengamos. En la Iglesia no tienen por qué faltar sacerdotes.

Por eso, esta jornada nos debe de ayudar a ver todas las vocaciones ministeriales existentes, y a las que van surgiendo en nuestras Iglesias, como el diaconado permanente, delegados de litúrgias, (que Roma a denominado a este tipo de oficio «celebración en domingo en ausencia o en espera de presbítero»). Sin olvidar que estas mismas ordenes ministeriales, deben estar abiertas a las mujeres. No debemos de olvidar que nuestros ministerios, cambiarón en unas circunstancias sociales, pues los apóstoles estaban casados, y los papas también tuvieron casados.

Debemos aprovechar esta jornada también, para dejarnos iluminar por el Espíritu Santo, y abrir nuestra mente y nuestro corazón a él y, hacer una lectura más profética de nuestro horizonte y preguntarnos:

- ¿ Qué caminos está tratando de abrir hoy Dios para encontrarse con sus hijos e hijas en esta sociedad ?.

- ¿ Qué llamadas está haciendo Dios a la Iglesia de hoy para transformar nuestra manera tradicional de pensar, vivir, celebrar y comunicar la fe, de modo que propiciemos su acción en la sociedad moderna ?.

Por eso, nuestra tarea no es ser fieles a una figura de Iglesia y un estilo de cristianismo desarrollados en otros tiempos y para otra cultura. Lo que nos ha de preocupar es hacer posible hoy el nacimiento humilde de una Iglesia, capaz de actualizar en la sociedad moderna el espíritu y el proyecto de Jesús, como luz del mundo, como leeremos en el evangelio del próximo domingo.

Jesús es, el «regalo» que Dios ha hecho al mundo, no sólo a los cristianos.

jueves, 15 de marzo de 2012

ABRIRNOS AL MISTERIO DE DIOS

Hoy dejo la reflexión que el teólogo Jose A. Pagola nos hace sobre abrirnos al misterio de Dios, con el fin de que nos pueda servir como base para la reflexión del evangelio del domingo, que escribó como siempre los sábados.

ABRIRNOS AL MISTERIO DE DIOS

A Lo largo de los siglos, los teólogos han realizado un gran esfuerzo por acercarse al misterio de Dios formulando con diferentes construcciones conceptuales las relaciones que vinculan y diferencian a las personas divinas en el seno de la Trinidad. Esfuerzo, sin duda, legítimo, nacido del amor y el deseo de Dios.

Jesús, sin embargo, no sigue ese camino. Desde su propia experiencia de Dios, invita a sus seguidores a relacionarse de manera confiada con Dios Padre, a seguir fielmente sus pasos de Hijo de Dios encarnado, y a dejarnos guiar y alentar por el Espíritu Santo. Nos enseña así a abrirnos al misterio santo de Dios.

Antes que nada, Jesús invita a sus seguidores a vivir como hijos e hijas de un Dios cercano, bueno y entrañable, al que todos podemos invocar como Padre querido. Lo que caracteriza a este Padre no es su poder y su fuerza, sino su bondad y su compasión infinita. Nadie está solo. Todos tenemos un Dios Padre que nos comprende, nos quiere y nos perdona como nadie.

Jesús nos descubre que este Padre tiene un proyecto nacido de su corazón: construir con todos sus hijos e hijas un mundo más humano y fraterno, más justo y solidario. Jesús lo llama "reino de Dios" e invita a todos a entrar en ese proyecto del Padre buscando una vida más justa y digna para todos empezando por sus hijos más pobres, indefensos y necesitados.

Al mismo tiempo, Jesús invita a sus seguidores a que confíen también en él: "No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios; creed también en mí". Él es el Hijo de Dios, imagen viva de su Padre. Sus palabras y sus gestos nos descubren cómo nos quiere el Padre de todos. Por eso, invita a todos a seguirlo. El nos enseñará a vivir con confianza y docilidad al servicio del proyecto del Padre.

Con su grupo de seguidores, Jesús quiere formar una familia nueva donde todos busquen "cumplir la voluntad del Padre". Ésta es la herencia que quiere dejar en la tierra: un movimiento de hermanos y hermanas al servicio de los más pequeños y desvalidos. Esa familia será símbolo y germen del nuevo mundo querido por el Padre.

Para esto necesitan acoger al Espíritu que alienta al Padre y a su Hijo Jesús: "Vosotros recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros y así seréis mis testigos". Éste Espíritu es el amor de Dios, el aliento que comparten el Padre y su Hijo Jesús, la fuerza, el impulso y la energía vital que hará de los seguidores de Jesús sus testigos y colaboradores al servicio del gran proyecto de la Trinidad santa.

miércoles, 14 de marzo de 2012

CON FRECUENCIA SE CONFUNDE "PERDONAR" CON "OLVIDAR".

El evangelio de la liturgia de ayer, nos da pie a nuestra reflexión en el día de hoy.
En este periodo cuaresmal, la reconciliación y el valor del perdón, debe de ocupar también un lugar importante en nuestras meditaciones.

En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: "Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarle? ¿hasta siete veces?". Jesús le contesta: "No te digo hasta siete veces, sino hasta stenta veces siete". Y les propuso esta parábola: "Se parece el Reino de los Cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mi talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies le suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo". El Señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el empleado aquél encontró a uno de sus compañeros que le debía cien mil denarios, y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: "Págame lo que me debes". El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo". Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado!Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No deberías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?. Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo si cada cual no perdona de corazón a su hermano".

Siguiendo el estudio y razonamiento que sobre este pasaje hace el gran teólogo José María Castillo en su libro La ética de Jesús.

Con frecuencia se confunde "perdonar" con "olvidar". Pero sabemos que en la vida hay cosas que no se pueden olvidar. Por la sencilla razón de que el olvido no depende de nosotros. Las heridas hondas, que nos hacen, dejan cicatriz, una señal que nunca quizá se nos borra. Sin embargo, el perdón es una decisión que depende del que ha sido ofendido o lesionado en sus derechos o intereses. Perdonar es no querer nada malo para el que me ha dañado. Perdonar es no hacerle nada malo. El perdón es el bien que está por encima del mal.

Con demasiada frecuencia nos ocurre lo que al protagonista de esta parábola: tenemos una facilidad asombrosa para borrar del recuerdo el bien que recibimos. Y tenemos también una inclinación peligrosa (muy peligrosa) para recordar el mal que nos han hecho. Además, el desequilibrio entre estas dos tendencias es tan sobrecogedor como repugnante.

Esto ocurre constantmente. Lo mismo en los individuos, que en los grupos humanos: familias, religiones, instituciones políticas, estamentos sociales, económicos... En todos los ámbitos de la vida. La consecuencia -también aquí y sobre todo aquí- es la violencia. Los sentimientos se convierten en resentimientos, en odios inconfesables, en deseos de venganza, en envidias infantiles. Es la ruptura del tejido social. Y, sobre todo, es la descomposición de nuestra propia humanidad. Lo peor que nos puede ocurrir en la vida.(La ética de Jesús, Jose María Castillo)

martes, 13 de marzo de 2012

LA REFORMA LITÚRGICA, A LOS 50 AÑOS DEL CONCILIO VATICANO II

Este fin de semana, he estado participando en unas charlas cuaresmales en varios grupos de Sevilla. Ciudad, que vive ya al cien por cien la cuaresma cofrade.

He podido comprobar como muchas hermandades y ciertos grupos eclesiales, presentan entres sus actos, la celebración de la Eucaristía según el rito extraordinario de la liturgia. Es decir, la Eucaristía como se celebraba antes del Concilio Vaticano II, utilizando como lengua el latín y el sacerdote de espalda a los demás participantes de la Eucaristía.

Pero, uno no puede menos de hacerse la pregunta: ¿qué hay tras esa religiosidad? ¿qué se esconde en esa liturgia? ¿qué se busca a través de ese culto? ¿con qué Dios se encuentran estos hombres y mujeres en el templo?

El evangelio del pasado domingo nos mostró, la actuación de Jesús en el templo de Jerusalén y a la vez nos puso en guardia frente a posibles ambigüedades, ambivalencias y manipulaciones de lo cultual.

A los 50 años de la reforma litúrgica llevada a cabo por el Concilio Vaticano II, con el documento conciliar: la Constitución sobre la liturgia ("Sacrosanctum Concilium"), nos debemos preguntar, si también se intenta tapar esta parte del Concilio, que quizás haya sido la única que hemos realizado.

Mis preguntas a todo esto es:¿ Hacia dónde vamos ?. Por qué si vamos a mirar hacia atrás, podíamos celebrar la eucaristía en las casas, como lo hacían los primeros cristianos.

Por otro lado podíamos preguntarnos, ¿ Creemos qué así atraeremos más a los creyentes a la celebración eucarística ?. Sí es tal como la tenemos, y no sabemos lo que celebramos, hemos pensado de esa forma " extraordinaria ", lo que celebraríamos.

Seamos consecuente y coherente con lo que hacemos. Pues no se trata ya de más sacramentalísmo, si no de más vivencialismo, como nos dice el evangelio.

El Evangelio, nos enseña, que los dos discípulos de Emaús, no reconocieron a Jesús en su aparición, si no en el partir el pan. Es decir, a Jesús no lo vamos a encontrar en las cosas extraordinarias, en las grandezas, en el triunfo, en el poder, en el lujo, etc...; si no en el partir el pan, ósea en el compartir, el sufrimiento de los necesitados y en la alegría y el gozo de la vida y de las cosas bien hechas a los demás.

sábado, 10 de marzo de 2012

EVANGELIO DOMINGO 11 DE MARZO 2012. TERCER DOMINGO DE CUARESMA.

Evangelio según San Juan 2, 13-25

"Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes, y a los cambistas les espació las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre". Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: "el celo de tu casa me devora". Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: "¿Qué signos nos muestras para obrar así?. Jesús contestó: " Destruid este templo, y en tres días lo levantare". Los judíos replicaron: " Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?". Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acoredaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la Palabra que había dicho Jesús. Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacia, pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre".

COMENTARIO.-

Este acontecimento que se nos cuenta en el evangelio de este domingo, tuvo que ser muy violento y provocativo por parte de Jesús. Y digo esto, por que los cuatros evangelistas nos narran esta secuencia, pero con dos diferencia.

La primera de ella es, que los evangelios sinopticos lo llevan en la pasión del señor, mientras que Juan lo coloca al principio de la vida pública de Jesús. De esta manera el evangelista, quiere destacar desde el principio, el tremendo conflicto que Jesús, estuvo con la religión.

La segunda, es que en este evangelio de Juan, el evangelista añade un diálogo con los judíos en el que Jesús afirma de manera solemne que, tras la destrucción del templo, él «lo levantará en tres días». Nadie puede entender lo que dice. Por eso, el evangelista añade: «Jesús hablaba del templo de su cuerpo». No olvidemos que Juan está escribiendo su evangelio cuando el templo de Jerusalén lleva veinte o treinta años destruido. Muchos judíos se sienten huérfanos. El templo era el corazón de su religión. ¿Cómo podrán sobrevivir sin la presencia de Dios en medio del pueblo?. El evangelista recuerda a los seguidores de Jesús que ellos no han de sentir nostalgia del viejo templo. Jesús, «destruido» por las autoridades religiosas, pero «resucitado» por el Padre, es el «nuevo templo». No es una metáfora atrevida. Es una realidad que ha de marcar para siempre la relación de los cristianos con Dios. (Pagola).

Según este texto evangélico, a Dios, no lo podemos encontrar en las grandezas del Templo, ni en el comercio de la religión. Si no, que a Dios, lo encontramos en el otro igual que nosotros, en el ser humano. En el estilo de vida de Jesús, porque en Jesús, Dios se humanizó. El Dios que habita en Jesús es de todos y para todos. En este templo no se hace discriminación alguna. No hay espacios diferentes para hombres y para mujeres.

Por eso, deberíamos de preguntarnos, si en nuestras Iglesias y comunidades, hemos restaurado lo que Jesús destruyo. Posiblemente, necesitamos iglesias y templos para celebrar a Jesús como Señor, pero sin olvidar que Jesús es nuestro verdadero templo.

LEED EL EVANGELIO, PARA VIVIR EN EL TEMPLO DE JESÚS. DIFUNDID EL EVANGELIO

viernes, 9 de marzo de 2012

LA CRUZ, FUENTE DE VIDA Y DE FUTURO.

Justo en el ecuador de la cuaresma, y ante la reflexión del evangelio del domingo que viene - que escribiré mañana-. Los cristianos deberíamos recordar que el cristianismo nació a partir de una muerte injusta, la muerte de Jesús. Según nos dicen los evangelios, Jesús tuvo que pasar por el juicio de Anás y luego de Caifás. A continuación vinieron los juicios civiles: Herodes, en priper lugar, y finalmente el juicio ante Pilatos. Siendo finalmente, condenado y ejecutado, por ser el mayor profeta que la historia de la humanidad haya tenido. Por eso, el cristianismo nació de una muerte injusta. La muerte de aquel, que nos enseño, que a Dios, no lo podemos encontrar en las grandezas del Templo, ni en el comercio de la religión, como veremos en el evangelio de mañana. Si no, que a Dios, lo encontramos en el otro igual que nosotros, en el ser humano. En el estilo de vida de Jesús, porque en Jesús, Dios se humanizó.

Me parece que es bueno recordar estas cosas, precisamente en el ecuador de esta cuaresma, con el fin de ir reflexionando hasta el momento de vivir la semana santa. Porque tenemos el peligro de que pase toda la semana santa y no caigamos en la cuenta de lo que realmente representa, de lo que nos viene a decir; y de lo que nosotros, los que decimos que creemos en el Crucificado, debemos aprender cuando pretendemos actualizar la “memoria subversiva” de la pasión, muerte y resurrección de Jesús.(Castillo)

La muerte en cruz, no representaba el máximo dolor corporal, si no el máximo desprecio y abandono de la sociedad. Dios quiso que Jesús pasara por la cruz, no porque el sufrimiento en sí sea una bendición divina, como muchas veces se nos ha enseñado. Si no para hacernos comprender a los hombres, que desde la libertad que el nos da, cuando los hombres no nos respetamos, nos comprendemos y nos tratamos justamente, viene los enfrentamientos, las luchas y las divisiones, en definitiva la deshumanización, que es lo contrario que en Jesús ocurrió.

Por eso, los cristianos sabemos y creemos que la cruz, con todo lo que tiene de fracaso, humillación y desprestigio, es fuente de vida y de futuro.

jueves, 8 de marzo de 2012

A LAS MUJERES, COMPAÑERAS DE JESÚS

Hoy 8 de marzo, celebraremos el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Yo diría mejor, el Dia Internacional de la Mujer, solamente, pues trabajadoras son todas, no solamente las que desempeñan un trabajo fuera de casa, sino también aquellas que llevan con gran tesón todas las labores de su hogar.

Pero yo quisiera centrar mi reflexión, en el privilegio y la cercania que las mujeres estuvieron en Jesús de Nazaret. Sin duda alguna, en los evangelios encontramos diversos pasajes donde Jesús, dignifica plenamente a la mujer. Esa mujer cananea que discutió con Jesús y le convenció de que no puede haber fronteras para Dios y el evangelio; eres la única persona en todo el evangelio que convence a Jesús en un debate dialéctico, tú la extranjera. Esa mujer samaritana, que converso de tú a tú con Jesús junto al pozo de Jacob. Esa mujer que ungio a Jesús como Mesías con el óleo de tu amor profético. Y esa Maria Magdalena compañera privilegiada de Jesús, que por alguna razón poderosa fuiste llamada por muchas iglesias “la superapóstol”, (Mujer. Jose Arregui).

Y al parecer, los primeros crisitanos asi lo entendieron. Pues Pablo, apostol que no vivió al Jesús terreno, sino al Jesús resucitado, entiendió el mensaje diciendo que: "En cristiano, no hay diferencia entre varón y mujer”. Afirmación, que hoy, debe de romper todos los argumentos eclesiales, sobre los ministerios de la mujer en la Iglesia. Y más aún, cuando uno lee que el Arzobispo de Sevilla D. Juan José Asenjo, dice: "tener sacerdotes mañana es vital para la Iglesia, una cuestión de vida o muerte",en la presentación de las jornadas del día del seminario que celebraremos el próximo día 19.

Para empezar, D. Juan José, la Iglesia siempre existirá, con sacerdotes y sin ellas, pues donde dos o más se reunán en nombre de Cristo, estará la Iglesia. Y digo esto, proque hasta que punto estamos dispuestos ha sacrificar la vida sacramental de la Iglesia, por no dar posiblemente cabida en los ministerios, a esas miles de mujeres tan válidas y preparadas, que día a día dan testimonio de amor a Jesús y a la Iglesia.

Por eso, hoy quiero especialmente homenajerar a todas aquellas mujeres cristianas católicas que se han empeñado, en reivindicar la libertad y la dignidad que el profeta de Nazaret les reconoció dentro de la Iglesia.

miércoles, 7 de marzo de 2012

¿ POR QUÉ SOMOS MÁS SENSIBLES A LO SAGRADO QUE A LO HUMANO ?.

Llegado el ecuador de la cuaresma, y ante tanto actos cofrades y de hermandades. Un año más, me salta en el pensamiento la siguiente pregunta, ¿ POR QUÉ SOMOS MÁS SENSIBLES A LO SAGRADO QUE A LO HUMANO ?.

Cogiendo como base para la reflexión el texto evangélico de Mateo 25, 31-46: "En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando venga en su gloria el Hijo del Hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones. El separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el reya los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo: Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme". Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?;¿cuando te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?". Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis". Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartáos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis". Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?". Y él replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo". Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna". (Mt 25,31-46).


Lo que queda claro, en este texto impresionante, es que Dios está presente en cada ser humano, sea quien sea, viva como viva, esté donde esté. Nunca ponderaremos bastante que la originalidad y la singularidad del cristianismo consiste en que afirma su fe en que Dios se ha fundido y confundido con el ser humano. De forma que, si creemos en Dios, no podemos vivir de manera que tengamos más respeto a un templo, a un objeto sagrado o a una imagen dce madera, que a la verdadera y única imagen vida del Dios vivo: el ser humano. ( JM Castillo ).

Pero el texto de este evangelio concreta más: no se fija sólo en el ser humano, sino que precisa más y centra la atención en el ser humano que sufre. De donde surge una pregunta: ¿ por qué somos más respetuosos ante la hermosura de una "imagen sagrada" que ante la fealdad de una "persona humana"?. En semana santa nos extasiamos ante las espléndidas imágenes de la pasión de Cristo, al tiempo que nos alejamos y alejamos a todos aquellos que sufren y son marginados, no por su status social, si no por su forma de pensar. En definitiva, actuamos iguales que los que matarón a Cristo; por que a Cristo lo mataron porque pensaba en un Dios de Amor y no, en un Dios de poder.

¿ Por qué somos más sensibles a lo sagrado que a lo humano?. Mientras no tengamos esto resuelto, no somos cristianos. Seremos, por supuesto, muy religiosos. Pero no cristianos.

martes, 6 de marzo de 2012

¿TIENE SENTIDO LA ORACIÓN DE PETICIÓN ?

El pasado Viernes, hice una pequeña reflexión, sobre la necesidad de la oración individual, como diálogo con Dios.

Continuando con el tema de la oración hoy reproduzco un trabajo del teólogo José Arregui; sobre si, ¿tiene sentido la oración de petición?.

Como todo judío, Jesús oraba a menudo en forma de petición. También nuestra oración suele adoptar generalmente la forma de la petición. Pero ¿necesita Dios que le pidamos para que nos dé algo?

“Al orar, no os perdáis en palabras como hacen los paganos, creyendo que Dios los va a escuchar por hablar mucho. Ya sabe vuestro Padre lo que necesitáis antes de que vosotros se lo pidáis” (Mt 6,7-8).

¿Para qué pedir entonces? ¿Tiene sentido pedir algo a Dios? No tiene sentido expresar a Dios nuestras necesidades para que así se entere de lo que necesitamos, como si de otro modo no lo supiera.

No tiene sentido pedir algo a Dios para cambiar la disposición de Dios a nuestro favor o a favor de algún otro; Dios no puede cambiar a mejor, no puede dar más, no puede darse más…

No tiene sentido pedir algo para que Dios no deje que suceda algo que sucedería si no se lo pidiéramos, o para que haga suceder algo que de otro modo no sucedería.

Por eso, algunos teólogos (Andrés Torres Queiruga) proponen que se abandone absolutamente la oración de petición. Efectivamente, es muy discutible que “pedir” a Dios tenga sentido, si partimos de que Dios está dándonos en todo momento todo lo que es y todo lo que tiene…

Nadie pide algo al que se lo está ofreciendo: no decimos “pásame el agua” cuando nos la están pasando; no decimos “ábreme la puerta” cuando nos la están abriendo; no diríamos a alguien “perdóname”, si estuviésemos absolutamente seguros de que ya nos perdona del todo; no le diríamos “quiéreme”, si estuviéramos absolutamente seguros de que ya nos quiere del todo. ¿Por qué pedir, pues, a Dios?

Es razonable pensar que la oración de petición, en su forma literal, tal vez no tenga mucho sentido. Si decimos a Dios “ten piedad”, damos a entender que en este momento en que se lo pedimos no está teniendo piedad de nosotros o puede no tener piedad de nosotros en el futuro. Si decimos a Dios “ayúdame”, estamos dando a entender que Dios no nos ayuda o puede no hacerlo. Pero Dios no puede no tener piedad, pues es piedad. Dios no puede no ayudar, pues es ayuda y compañía.

El sentido de la oración de petición está más allá de la petición

Lo cual no quiere decir de ningún modo que la inmensa muchedumbre de personas que en todas las religiones y en todos los tiempos han orado y siguen orando a Dios en forma de súplica hayan orado y oren sin sentido. De ningún modo.

Pero su oración tiene sentido más allá o a pesar de la fórmula de petición. El sentido de la oración de petición no está en la forma de la petición, sino más allá o a pesar de ella.

¿Cuál es el sentido de la oración de petición? Dicho de otra forma, ¿qué expresamos cuando pedimos algo a Dios? Expresamos a Dios con sencillez y confianza todas nuestras necesidades, nuestro ser radicalmente necesitado, como Jesús nos enseñó a hacer en el Padrenuestro, y como él mismo lo hizo tantas veces.

Expresamos ante Dios nuestro límite y nuestra impotencia. Manifestamos a Dios nuestra confianza plena en que Él está en todo momento dándonos todo, dándosenos del todo, obrando en favor nuestro y para nuestro bien. Manifestamos a Dios nuestra fe en que todo bien nos viene de las manos de Dios. Ése es el auténtico sentido de la oración de petición. Lo que pasa es que el giro gramatical de la petición tal vez oculte ese sentido, en vez de expresarlo.

En cualquier caso, aunque no pidamos nada a Dios, podemos darle gracias porque todo nos viene de Él. Podemos llorar ante Él. Podemos expresar nuestra fe en que todos los bienes nos vienen de Él.

El sentido de la petición no está, pues, en el pedir, sino en las actitudes fundamentales de la persona que pide. Lo que tiene sentido no es la petición, sino la humilde gratitud, la acogida agradecida, la confianza incondicional.

Eso es lo que nos enseñan, en último término, la parábola del amigo importuno (Lc 11,5-8) y la parábola de la viuda y del juez (Lc 18,1-8): lo que recomiendan estas parábolas no es la perseverancia en la petición, sino la perseverancia en la confianza; no nos enseñan a seguir pidiendo sin descanso, sino a confiar sin cesar; no nos dicen que Dios se pondrá de nuestro lado a base de que se lo pidamos, sino que Dios está de nuestro lado siempre, queriendo darnos todo lo que de verdad necesitamos.

No es Dios quien cambia, sino nosotros

No oramos para que Dios se entere, para que Dios nos dé, para que Dios se apiade, para que Dios nos haga libres y buenos, para que Dios nos ame y nos dé una vida cada vez más realizada y plena. No oramos para que Dios cambie. No oramos para que Dios sea Dios.

Dios no puede sino dar, darse, ser misericordia, hacer vivir. Es como si Dios mismo estuviera pidiéndonos a nosotros todos: “Déjame que sea Dios para ti”. A lo mejor, tiene más sentido hablar de la oración de petición de Dios a sus criaturas que hablar de la oración de petición de las criaturas a Dios.

No oramos para que cambie Dios, sino para cambiar nosotros.

Oramos para acoger a Dios, para aceptar en nuestra vida a Dios como Dios, para acoger todo el bien que Dios es y quiere otorgarnos en plenitud.

Oramos para transformarnos nosotros mismos en dadores de Dios para nosotros mismos y los demás.

Dios no puede darnos nada desde fuera, de manera mágica o “milagrosa”. Se podría decir incluso que Dios no puede “ser Dios” para nosotros sin nosotros, o que no puede ser Dios para los demás sino gracias a nosotros.

Cada uno está llamado a ser “teóforo”, dador de Dios. Y esto es así en los bienes más materiales y en los bienes más “espirituales”.

La oración puede convertirse, ha de convertirse, en una manera de activar la disponibilidad para hacer cuanto esté en nuestra mano para que suceda el bien que Dios nos está dando, pero que sólo nos puede dar a través del mundo y de nosotros mismos.

No es Dios quien cambia con nuestra oración (aunque sea de petición), sino que somos nosotros los que cambiamos: aprendemos a vivir en confianza incondicional, y nos convertimos en protagonistas y autores de aquello que Dios es y quiere dar a cada uno y cada una.

Orar los unos por los otros

Así es como adquiere sentido “orar por los demás”. Cuando oramos por una persona, no pedimos a Dios que se acuerde o sea bueno con esa persona, no pedimos que Dios cambie.

Cuando oramos por una persona, nos sentimos en comunión con ella, expresamos y ahondamos nuestra solidaridad profunda con esa persona. En la medida en que podemos nos convertimos en portadores de Dios para ella, en la medida en que podemos realizamos aquello que Dios quiere ser para esa persona y darle a ella.

Algunos hablan de “transmitir energía”; nosotros hablamos de transmitir a Dios, fuente de todo bien… Estamos llamados a ser Dios los unos para los otros, y ese es el sentido último de la oración por los demás, de la intercesión.

¡Cuántas personas nos dicen: “reza por mí”! Sí, necesitan que recemos por ellas, y necesitamos que recen por nosotros. Pero no para que “intercedan” ante Dios por nosotros, como si Dios necesitara intercesores.

Más bien, orar los unos por los otros es convertirse en intercesión mutua, y la intercesión consiste en actuar la comunión profunda, la misteriosa solidaridad que existe entre nosotros.

En el fondo, “interceder” es transformarnos en cauce de Dios, y Dios mismo, los unos para los otros.

El cuidado de cada criatura

En tiempos de Jesús predominaba la mentalidad apocalíptica: se esperaba un próximo fin del mundo, y la mirada no se dirigía tanto a la relación de Dios con cada persona, sino al juicio del pueblo por parte de Dios. La perspectiva colectiva prevalecía.

Jesús comparte en general la perspectiva apocalíptica, pero él tiene muy presente la relación cercana y amorosa de Dios con cada persona, con cada criatura:

“Fijaos en las aves del cielo; ni siembran ni siegan ni recogen en graneros y, sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta” (Mt 6,26);

“No se vende un par de pájaros por muy poco dinero? Y, sin embargo, ni uno de ellos cae en tierra sin que lo permita vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados. No temáis, vosotros valéis más que todos los pájaros” (Mt 10,29-31).
Jesús insiste una y otra vez en que Dios ama a cada individuo, sean cuales sean sus fallos. Su mayor deseo es que los perdidos se dejen hallar.

Tú y yo somos responsables de encarnar el cuidado personal de Dios por cada criatura, y de manera especial el cuidado de Dios por esa persona necesitada y cercana a ti y a mí.

sábado, 3 de marzo de 2012

EVANGELIO DOMINGO 4 DE MARZO 2012. SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA.

Evangelio según San Marcos 9, 2-10

" En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se le aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:"Maestro,¡qué bien se está aquí!. Vamos a hacer tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". Estaban asustados y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:"Este es mi hijo amado; escuchadlo". De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:"No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos". Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos".

COMENTARIO.-

La transfiguración del Señor, es un acontecimiento que esta narrado en los evangelios sinópticos, en Mt 17, 1-6; Mc 9, 1-8 y Lc 9, 28-36. La Iglesia recuerda y celebra este acontecimiento, el 6 de agosto y el segundo domingo de cuaresma.

Debemos tener presente, al leer este pasaje evangélico; que los evangelios se escribieron 50 o 60 años después de la muerte de Jesús. Lógicamente, en ellos no podemos descartar, la influencia de la experiencia religiosa vivida por los apóstoles y de las primeras comunidades, tras la resurrección del Señor.

Por eso, es imposible saber con seguridad, lo que, en este episodio, hay de historia real o de experiencia religiosa. Lo que, si debemos, es sin duda alguna, extraer alguna enseñanza.

La primera enseñanza que debemos sacar es la importancia, que para Jesús tiene la ORACION, como fuente de unión con el Padre. Esto intenta enseñárselo también a sus discípulos, por eso nos dice el evangelio: " Jesús se llevó a Pedro, a Juan y A Santiago a lo alto de una montaña para orar ". El evangelista, nos quiere hacer ver la importancia de la oración en Jesús, de forma que está lo transfiguraba. Es decir, realizaba en él un cambio de forma de modo tal, que revela su verdadera naturaleza. Jesús revela el Dios del Amor.

Tal fue la experiencia vivida por los apóstoles, en la oración de Jesús, que el evangelista, quiere simbolizar con Moises y Elías, la transformación del concepto de Dios. Moisés, representa el Dios de la Ley. Jesús, representa el Dios del Amor. Jesús es la transformación de lo antiguo a lo nuevo. Esa armonización de lo antiguo a lo nuevo está reflejada en la voz de Dios: " Éste es mi hijo, el escogido; escuchadle ". Quedando más claramente explicado después por el evangelista en la expresión: " Jesús se encontró sólo ". Ósea, que sólo el seguimiento de Jesús es lo que basta.

La segunda enseña, que debemos extraer, de este pasaje evangélico y de la fiesta que celebramos hoy, es si nuestra oración nos transfigura también como a Jesús.
Hay personas que le da más importancia a las leyes religiosas, al templo, al culto religioso, a las imágenes, a los sacerdotes, al papa, olvidándose que lo determinante en nuestra vida es Jesús, y el seguimiento a Jesús, ya que él es la luz y el motor de nuestra vida. Solo él.

También la Iglesia como pueblo de Dios, que nació de la experiencia con Cristo, debe escuchar a Jesús, y sentirse llamada a la transfiguración, e invitada a salir de su conformismo. La transfiguración eclesial debe romper con ese estilo de vida sacramentalista y acomodado en los tiempos y, empezar a abrirse y estar atenta, a la interpelación que el evangelio, nos pide en función de los signos de los tiempos.

Este tiempo de cuaresma, nos debe servir, para intentar encontrar "solo a Jesús", no solo en nuestras actividades cofrades y cuaresmales, sino también, en un verdadero compromiso de conversión, a través de nuestro encuentro con Jesús, en nuestra ORACION individual y comunitaria y especialmente en nuestro comportamiento con los demás.

LEAMOS EL EVANGELIO, COMO FUENTE DE TRANSFIGURACIÓN. DIFUNDID EL EVANGELIO.PÁSALO.

viernes, 2 de marzo de 2012

LA CUARESMA TIEMPO DE ORACION, PARA LA CONVERSIÓN.

El Evangelio de la liturgia de ayer, me da pie, a reflexionar sobre el tema de la ORACIÓN. Reflexión, que nos abrirá el camino, para el comentario del evangelio del próximo domingo.

Jesús dijo a sus discípulos: Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá.
Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
¿Quién de ustedes, cuando su hijo le pide pan, le da una piedra?
¿O si le pide un pez, le da una serpiente?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará cosas buenas a aquellos que se las pidan!
Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas (Mt 7, 7-12).

Aunque, la interpretación y la utilización, que hacemos de este texto evangelico, es para dar fundamento a la oración de petición, que posiblemente es la más utilizada por todo nosotros, y las más frecuentes, que se producen en cualquier experiencia religiosa, como lo demuestra, los estudiosos de la historia y la fenomenología de las religiones.

Pero en los textos evangélicos que leeremos en esta cuaresma, empezando por el domingo próximo, veremos que la ORACIÓN, en Jesús tiene otro fin. Los Evangelios, nos narran, como Jesús dedicaba ciertas noches al diálogo con El Padre, (Mt 14, 23-25). Jesús pasaba la noches en oración. Y rezó intensamente antes de la pasión y en el momento mismo de morir.

Jesús nos dejó claro que la oración, no por ser prolongada o de mucha palabrería, va a ser más eficaz. Lo determinante no es el mucho tiempo que se reza, sino la sinceridad, la verdad, la transparencia de nuestro "deseo" hecho oración, de manera que nos conduzca a una transfiguración, como Jesus.

Por eso, es frecuente en Cuaresma, ver en la comunidad cristiana, las oraciones comunitarias, de via-crucis, rosarios, triduos y quinarios. Y eso, está también, ya que, Jesús no sólo nos dejo claro que la oración individual es necesaria, sino que la comunitaria también. Por eso, nos enseño la oración comunitaria más hermosa, EL PADRE NUESTRO. Pero tan cierto como eso, podemos decir también, que no puede existir oración comunitaria, si no existe la oración individual. Ya que en la oración individual, es donde llevamos a cabo, el verdadero diálogo entre Dios y nosotros. Cómo Jesús, nos enseñará en el evangelio del próximo domingo.

El fruto, el éxito y la eficacia de la oración está en la oración misma, en la escuha abierta y sin límites. El fruto de la oración es la fuerza y la paz del Espíritu sobre nosotros. Ese es el aliento que el Padre siempre nos da. Porque es el que más necesitamos.

En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida, en la ORACIÖN individual. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma, en la ORACIÓN comunitaria, como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas.

Complementaremos esta reflexión con el comentario del Evangelio del próximo domingo, segundo de cuaresma, que escribiré mañana.