sábado, 13 de mayo de 2017

MADRE MAZZARELLO. CRECIENDO EN LA VIDA.


La fiesta de hoy de Madre Mazzarello, debe de servirnos no solamente para descubrir los datos históricos de Madre, si no para seguir creciendo en la vida como dice el lema de este año, descubriendo verdaderamente el secreto de Madre Mazzarello y que nos lleve a afrontar con alegría ese proceso de unificación que tenemos presente y esos 75 años de nuestra Inspectoria.

Es bueno recordar hoy, que el secreto de Madre Mazzarello reside en el testimonio personal y comunitario, de ese espíritu que nació en Mornese, que fue sin duda alguna, vivido de forma original por ella y por la primera comunidad de Hijas de María Auxiliadora.

En Mornese, Madre Mazzarello y las primeras hermanas fueron capaces de traducir al ámbito femenino el don recibido del Espíritu Santo y vivido por Don Bosco.

En Mornese se vivió y se expresó con el corazón y el estilo de mujer:

• La Alianza con Dios a través de una vida interior de fe, esperanza y caridad catalizada por el donde predilección de la juventud.

• Un estilo ascético-místico salesiano, como Don Bosco en Valdocco.

• La participación en la misión de la Iglesia con una conciencia viva de sentirse invitadas por Dios para una implicación apostólica a favor de las jóvenes necesitadas.

• El Sistema Preventivo como sabiduría operativa o criteriología pastoral en la manera de realizar la misión.

• Una forma peculiar de vida evangélica, según una clara y concreta elección religiosa, en una Congregación capaz de adaptarse a los tiempos.

Para ello, en el día de hoy, además de disfrutar y pasarlo bien porque es un día festivo para nosotros, también debemos de intentar redescubrir nuevamente nuestras raíces carismáticas y profundización de nuestra espiritualidad, que nació de ese espíritu de Monerse, con el fin poder desarrollarlo hoy en función de los signos de los tiempos que nos ha tocado vivir.

El estilo con el que Don Bosco y Madre Mazarello, se hizo presente entre los jóvenes, en la sociedad de su tiempo, han constituido una herencia, que todos nosotros como miembros de esa gran familia salesiana debemos de custodiar y transmitir, a los que hoy, se consideran sus seguidores, a todos los jóvenes y miembros de esta gran comunidad que formamos todos los seguidores de Cristo en la Iglesia.

Para ello, a las puertas de esa unificación debe servirnos para crecer en la vida reencontrándonos con ese espíritu de Morense, de manera que nos permita descubrir nuestras tres dimensiones personales.

Una dimensión de comunicación con Dios, que nos abra a esos jóvenes a una comunidad de hermanos y hermanas que proclamamos el mensaje del Amor de Dios manifestado en Jesús para el mundo desde la alegría del Evangelio, como nos recuerda el Papa Francisco.

Una dimensión personal, que nos permita construir desde esa casa que evangeliza buenos cristianos y honrados ciudadanos, hombres y mujeres con verdadera voz de encuentro, diálogo, amistad y apoyo entre todos.

Y, una dimensión de comunicación con el mundo, que nos permita una verdadera vida de entrega apostólica, de creatividad pastoral, de búsqueda de caminos para un diálogo fecundo con las culturas juveniles y las realidades humanas de este mundo.


Feliz Día de Madre Mazzarello con todo mi cariño Rafael González Martín