Este fin de semana participaba en un encuentro con una orden religiosa y varios seglares y todos manifestaban su gran preocupación ante el tema de las vocaciones.
Y la verdad es que es indiscutible, la preocupación, que existe en todos los ámbitos eclesiales, en relación a las vocaciones sacerdotales y religiosas. El cierre de seminarios, la agrupación de seminaristas en otros centros de formación distintos a los de sus diócesis, así como el cierre también de conventos religiosos es algo palpable.
Es frecuente escuchar, en esos mismos ámbitos eclesiales, que el mayor problema es la gran secularización que se esta produciendo.
Y yo me pregunto, está el tema o el problema en la secularización de la sociedad, o más bien puede estar en que el ministerio fundamental de la Iglesia durante mucho tiempo, pero espacialmente hoy es el "ministerio sacerdotal", en lugar del "ministerio de la palabra".
Puede ser que no tengamos más vocaciones y que nuestros templos y comunidades cristianas se encuentren, cada vez con menos personas.Pero posiblemente el problema esté en que, hemos olvidado el verdadero ministerio de la Iglesia y de Cristo, que es el ministerio de la Palabra, del Evangelio, de la Predicación. Centrandonos en cambio, en una Iglesia que gira no en la comunión y corresponsabilidad de todos, sino más bien gira en función del "ministerio sacerdotal". Y por eso, en estos momentos, que no tenemos sacerdotes, existe el miedo, la preocupación. Cuando esto no debería existir en el seguidorr de Cristo, que debe considerar más importante el ministerio de la Palabra, que el ministerio sacerdotal.
No debemos de olvidar, que los apóstoles no ejercieron el ministerio sacerdotal, sino el ministerio de la Palabra.
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