La escases del clero y de las vocaciones religiosas, es algo que preocupa mucho a la comunidad eclesial, y especialmente a la jerquía. Pero, lo cierto y verdad, es que nos preocupa a todos, pues si tenemos falta de vocaciones sacerdotales y religiosas, posiblemente es porque también tengamos falta cada vez más de personas en nuestras comunidades eclesiales. Aunque no queramos verlo, cada vez somos menos.
No, nos damos cuenta que está comenzando un tiempo nuevo para la Iglesia. Un tiempo nuevo, en que los cristianos vamos a tener que aprender a vivir en minoría, dentro de una sociedad secularizada y plural. En que ya ni incluso, los grandes movimientos masivos de escaparate mediáticos, conseguiran sus objetivos. Es más, posiblemente en muchos lugares, el futuro del cristianismo dependerá en buena parte del nacimiento de pequeños grupos de creyentes, atraídos por el evangelio y reunidos en torno a Jesús.
Mi pregunta, -teniendo en cuenta el evangelio de la semana pasada, donde Jesús nos llamaba a sembrar, a trabajar por el Reino, y preparando el comentario del evangelio del próximo domingo,(que pondré mañana) donde Jesús nos llama a ser fermento-, es ¿Hemos perdido la ilusión por el Reino?, ¿Nos sigue llamando la atención el mensaje de Jesús?, ¿Entonces, porque tanto desánimo, tan conformidad?.
Qué no tenemos respuesta. Sí la respuesta es Jesús y su mensaje, posiblemente sembrado y transformado a la luz de los signos de los tiempos.
Contagiemos en nuestro entorno el estilo de vida de Jesús e irradiaremos la fuerza inspiradora y transformadora de su Evangelio.
viernes, 15 de julio de 2011
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