El Obispado de Ourense anunció el pasado lunes su decisión de suspender cautelarmente de sus funciones al sacerdote D. Antonio Fernández Blanco de la diócesis después de que éste tomara posesión como concejal en Ayuntamiento de A Gudiña, el pasado sábado día 11 junio.
En la parroquia de Carballeda, los vecinos destacaban a Efe su excelente labor tanto desde el punto de vista eclesial como humano durante el año que trabajó por la parroquia: "Sacerdote mejor no lo hay, es bueno para todos y todo lo que recauda es para la Iglesia", aseguraba una vecina del pueblo, Ester González.
Para esta feligresa, asidua a las homilías de Fernández Blanco, "no habrá mejor sacerdote ni ahora ni nunca" en el pueblo, además de que era "una excelente persona". En compañía de otros vecinos, Ester González apuntaba que en el pueblo no entienden la decisión del Obispado de retirarle de la parroquia, sobre todo cuando "aquí nunca habló de política". "Sólo se ocupaba de los feligreses y de la Iglesia", añadió. "Cada uno es libre de pensar lo que sea, aquí nunca nos habló de política", indicó.
En esta misma línea, otra vecina, Marisol, manifestaba que a los vecinos les parece "muy mal" la postura del Obispado a este respecto, alegando que "no tiene nada que ver la política con que sea sacerdote". Así, insistió en que "mucha gente que está en política tiene otras profesiones". Ahora los vecinos apuntan al Obispado, al que piden explicaciones sobre lo sucedido: "Que nos expliquen por qué lo quieren cambiar", señaló uno de los vecinos.
Los vecinos de las cuatro parroquias que atendía Fernández tienen previsto reunirse para estudiar la posibilidad de emprender algún tipo de actuación ante el Obispado, que ha declinado este martes realizar manifestaciones públicas sobre el caso.
Un día después de conocer la decisión del Obispado de Ourense, los vecinos tratan a estas alturas de asimilar el hecho de que se puedan quedar sin su párroco.
Independientemente de la opción política por la que sea presentado D. Antonio, creo yo que, el tema se debe de analizar desde el punto de vista del compromiso social del pastor de la comunidad eclesial, en la sociedad en la que viven. El Papa, ha recordado muchas veces la obligación de los católicos en el mundo de la política. Pero lógicamente, dentro de la corresponsabilidad que todos tenemos en la comunidad eclesial, por que los laicos si y los sacerdotes no.
Yo he recogido este tema para hoy, no para analizar el compromiso del sacerdote en la vida política. Si no, para analizar la diferencia que existe entre el pueblo y la jerarquía eclesiástica.
Pues si para la jerarquía, el que, el sacerdote sea concejal del ayuntamiento en el pueblo en que vive, es un grave problema; para los feligreses del sacerdote, es una alegría que su parroco, participe en la vida social de su pueblo.
Esta es la equivicación de la Iglesia de comunión que la jerarquía eclasiástica predica, pero no practica. De una forma unilateral, el obispo, sin tener en cuenta la opinión de la comunidad que preside D. Antonio, ha decidido quitarle a esa comunidad, su pastor. El sacerdocio es un servicio pleno a la comunidad.
Esto mismo, ocurre cuando son nombrados sacerdotes para las distintas parroquias de las diocesis. Los Obispos, sin tener en cuenta para nada, posiblemente las necesidades de las distintas comunidades y sin consultar con ellas, nombran a veces sacerdote no idoneos en esa comunidad.
Cuando las comunidades empiezen a elegir a sus pastores por el servicio que presta en su comunidad, por el seguimiento y el compromiso con Cristo, posiblemte empezemos a tener verdaderas comunidades cristianas. De la otra manera, seguiremos teniendo comunidades administrativas, que no son cercanas y abiertas a las necesidades de su feligreses.
Posiblemente los Obispos deben salir más de los palacios y estar más en contacto con sus comunidades.
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