El Papa Francisco, es hoy nuevamente líder en las
portadas de todos los periódicos de ámbito nacional e internacional, en
relación a una entrevista concedida a un compañero jesuita, el padre Antonio Spadaro, director de la
revista jesuita 'Civiltà cattolica'.
En la entrevista, que será publicada hoy a la vez por 16
revistas de la Compañía (en España por 'Razón y Fe'), Francisco, además de
definirse como persona y como jesuita, ofrece su visión sobre cuestiones
morales, como la homosexualidad, y sobre distintos temas como el gobierno de la
Iglesia, el papel de la mujer, el ecumenismo o la experiencia cristiana.
Entre los temas más polémicos que le plantea el padre
Spadaro, está, sin duda, el de la homosexualidad, el aborto y los matrimonios
separados. En su respuesta, el Papa, comienza apoyándose en el criterio de una
Iglesia sanadora.
La desnudez del Papa en esta entrevista ha sido tal que,
incluso confiesa su tendencia política, afirmando que él nunca ha sido de
derechas
.
Los pasos aperturistas que el Papa Francisco, está
llevando a cabo en el seno de la Iglesia, y sus revolucionarios discursos,
empiezan a chirriar en sectores ultras de la Iglesia, como ya dije en el
escrito anterior a este.
Lógicamente este espíritu aperturista, era esperado desde
el inicio del Concilio Vaticano II, por un gran grupo de creyente y miembros de
la Iglesia Católica.
Personalmente creo que el actuar del Papa es correcto,
pero quizás deberíamos ir con más tranquilidad los demás miembros de la
Iglesia. No digo tranquilidad en el actuar, sino tranquilidad en la euforia que
veo en algunos, pues podemos caer en el error de mitificar al Papa Francisco. No
lo mitifiquemos demasiado porque entonces caeremos en la tentación de
poner en primer lugar mi propia ilusión particular y creer que la Iglesia se
habrá renovado si se cumple lo que yo deseo. No olvidemos que, las cosas de
palacio van despacio y las de la Iglesia –purtroppo magari- suelen ir más
despacio.
Lo que creo, es que todos deberíamos intentar colaborar
al máximo en estas direcciones, que el Papa nos va marcando y que todos
llevamos presentes desde hace tiempo en nuestro caminar dentro de la Iglesia.
Pues no debemos olvidar el sabio refrán que dice “el bien
no hace ruido y el ruido no hace bien”. Y digo esto porque vaya a quedar todo
nada más que en ruido.
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