Hoy, nuestra pequeña
comunidad de los mañaneros que junto con la de las Hermanas de la Cruz,
compartimos diariamente la Eucaristía, presidida por nuestro fiel sacerdote D.
Manuel; hemos vivido momentos llenos de alegría, gozo y satisfacción.
Saray y Carmen, dos jóvenes
que hemos visto crecer en lo físico desde niñas y en lo espiritual desde la fe,
han marchado a la casa madre de las Hermanas de la Cruz, para empezar su
proceso de formación con el decisivo paso de ser una de ellas.
Por eso mi post de hoy, lo
quiero dedicar a esas dos niñas maravillosas y a sus amigas que las
precedieron; y con las cuales durante muchas mañanas hemos compartido la
Eucaristía en el Convento de las Hermanas de la Cruz de Écija.
Os quiero dar las gracias
por todas esas mañanas que nos habéis alegrado con vuestro canto, con vuestra
presencia, con vuestra alegría y disposición de servicio a todo.
Pero especialmente, os
quiero agradecer vuestro sincero testimonio de hoy, cuando D. Manuel os invitó
a que nos contarais vuestra vocación. En esos momentos junto con los salmos que
D. Manuel fue meditando durante toda la eucaristía, he comprendido que lo
importante no es saber lo que hizo Jesús, sino más bien vivir como Jesús. De
ahí que la pregunta decisiva que brota de toda esta meditación y que todos los
seguidores de Jesús nos debemos de hacer no es ¿En qué crees?, sino
más bien, ¿Cómo vives?.
Escribía Santa Ángela en
1925:
"Y después de los cien
años, la persona que vea una
Hermana de la Cruz pueda decir: Se ve a las primeras, el mismo hábito exterior
y el mismo interior; el mismo espíritu de abnegación, el mismo de sacrificio...
Son las mismas, la providencia para los pobres; dan de comer al hambriento,
visten al desnudo, buscan casa a los peregrinos, visitan a los enfermos, los
limpian, los asean, los velan sacrificando su reposo”.
A ti Carmen y Saray, os
dedico esas palabras que Santa Ángela. Os tendré presente en mis oraciones,
pero especialmente os tendré presente en mi felicidad, que es el reflejo de
vuestra felicidad.
Saludos de vuestro Amigo
Rafa y de todos los mañaneros.
"La pobreza, llevada a
su mayor perfección, pone al alma en una desnudez tan completa de lo terreno,
que parece que no toca con los pies a la tierra". (Santa Ángela, Carta
anual de 1916)
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