¿ QUIÉN QUIERE ELIMINAR A DIOS ?.

El prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el cardenal Antonio Cañizares, ha advertido a España y a Europa que "querer eliminar a Dios de la sociedad es ir en contra del hombre".

Es curioso, escuchar últimamente a nuestros prelados, sobre la tendencia que existe en nuestra sociedad a querer eliminar a Dios de ella.

Mi reflexión, ante está afirmación de Mons Cañizares, sería la de preguntarle, ¿quién quiere eliminar a Dios de la sociedad?. Los políticos, los maestros, los médicos, los albañiles, los sacerdotes, los obispos.

¿Quiénes forman la sociedad?. ¿Quién es la sociedad ?.

Cuando los prelados utilizan estas afirmaciones, parece ser que la sociedad, la forman todos aquellos que no están en la Iglesia Católica. Olvidándose de que nosotros, los católicos, desde los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y laicos, formamos y vivimos en esa misma sociedad, que quiere eliminar a Dios.

Que quiero decir con esto, que posiblemente el problema de que el resto de la sociedad que vive con nosotros, quiera eliminar a Dios de sus vidas, sea porque nosotros los que creemos en Dios, a lo mejor le hemos ofrecido un Dios, que para ellos ha sido una carga tan insoportable, que han tenido que recurrir a eliminarlo de su vida, al igual que eliminan todo aquello que le impidé ser feliz en la vida.

Profundizando en el tema, tendríamos que seguir preguntandole a Mons Cañizares. ¿ qué Dios quiere eleminar la sociedad ?. El Dios de Jesús, o el Dios de nosotros.

¿ Qué concepto de Dios hemos dado a la sociedad ?. ¿ Qué Dios hemos compartido con la sociedad ?. Un Dios de amor y entrega, de acercamiento, de acogida; o por el contrario hemos ofrecido un Dios de castigo, de miedo, atento más a lo malo que a lo bueno, un Dios de sacrifico, de pena, de sufrimiento, de angustia y dolor.

Mosns Cañizares, Dios no será elimanado de la sociedad. En tal caso será eliminado el Dios, que nosotros hemos querido imponer, para nuestro beneficio, y no para el beneficio del Reino de Dios.