martes, 4 de enero de 2011

LAS FAMILIAS CATÓLICAS DEBEN NACER EN FUNCIÓN DE LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS Y A LA LUZ DEL EVANGELIO.

En mi reflexión de ayer, creo que dejé mi claro, que la familia es una institución a valorar y proteger, y que esto no tiene discusión ninguna. Porqué está demostrado por la experiencia que cuando en una sociedad, la estabilidad de la institución familiar se deshace, todo el tejido social se descompone. Y cuando este tejido social de un país, un pueblo, se descompone da lugar a conflictos entre los géneros, violencia de de los hombres contra las mujeres; y de éstas contra los hombres. Y, lo que es más preocupante, la violencia contra los hijos, contra los niños, en todas las formas imaginables.

Los tiempos cambian, porque nuestra manera de pensar cambia. Y nuestra manera de pensar cambia, por que nuestra manera de vivir también va cambiando, y en la medida que vamos viviendo, vamos cambiando nuestro pensamiento.

Que quiero decir con esto. Que lo que era válido en un determinado momento de nuestra historia, hoy no lo es. Y esto, no quiere decir, que lo anterior fuera mejor, ni que lo de ahora sea peor. No, son momentos distintos y circunstancias distintas. Y en función de estos momentos y circunstancias los creyentes debemos de actualizar el mensaje evangélico.

Digo todo esto, por el concepto de familia. El concepto de familia tradicional "un hombre y una mujer que se unen indisolublemente para tener todos los hijos que Dios les mande", es causa de unas circunstancias sociales y de una época concreta. En que, por ejemplo la mujer, no tenía un desarrollo social, más que la maternidad. Y estaba sujeta al hombre, como único portador del sustento familiar. Los hijos, se tenían en muchas circunstancias sin los medios para su desarrollo personal y afectivo.

Hoy, en circunstancias sociales distintas, para que las familias católicas consigan sus fines en un espacio humano de respeto, tolerancia, estima y cariño. Deben de tender a una igualdad efectiva de derechos entre los cónyuges. Ambos cónyuges deben de gozar de la debida autonomía económica, para que la mutua convivencia nunca esté motivada por el interés económico. Cuando la familia católica esté estructurada de otra forma, madre soltera, padre soltero, madre o padre que acogen a un hijo; es fundamental mantener siempre está clara transparencia en los asuntos económicos, en una sociedad donde se valora el tener y el poseer, con el fin de que las relaciones del grupo familiar sean las adecuadas, basadas sobre todo en la comunicación emocional como base.
Es muy necesario el concepto y desarrollo de la paternidad responsable. Los padres son los que deben decidir los hijos que pueden tener y educar.

Pero el verdadero concepto de familia católica, es aquel en que el grupo humano se relaciona, en el verdadero amor humano que une a sus miembros y hace posible la felicidad en todos.

1 comentario:

  1. JUAN FRANCISCO MUÑOZ4 de enero de 2011, 16:29

    Esto es un análisis, del modelo de familia muy objetivo y muy coherente de un cristiano abierto al mundo desde el mensaje de Jesucrsito.

    Sr. Rafael, no le conozco personalmente, sus comentarios me llegan através de un amigo mio, y los leeos todos. Pero hoy no me he podido resistir a escribirle para felicitarle, por su gran apertura al encuentro humano.

    Lleva Ud. muchisima razón, pues yo he vivido el caso, de mi hermana, como madre soltera. Muy buena observación.
    Si los pensamientos de la jerarquia eclesiástica fuera por donde Ud. indica otra cosa seria.

    ResponderEliminar