Gracias a Dios terminamos este complicado año 2010. Lo terminamos algo cansado, pero con salud, felicidad y ánimo para afrontar el gran reto del 2011.
Pero no quisiera terminar, el año sin hacer una pequeña reflexión sobre el blog.
Hace seis meses, que comenzamos esta aventura. Cuando inicie esta andadura, nunca pensé, que me diera tantas alegrías, pero a la vez tantos disgustos y problemas. Que han sido pagados con la indiferencia, ignorancia y la crítica.
Pilato le peguntó a Jesús: ¿ Y qué es la verdad ?.
Yo nunca me he creído, ni nunca me creeré que soy poseedor de la verdad. Para mí, la única verdad es Jesús (Jn 14,6). Obrar la verdad, caminar en la verdad, es aceptar la revelación, y ponerla en práctica (Jn 3,21;2 Jn 4ss; 3Jn 3ss ).
Esto es un proceso de continua búsqueda, análisis y proyección del mensaje de Jesús en función de los signos de los tiempos. Y en esta búsqueda, nadie se puede otorgar la verdad.
Para las personas a quienes les preocupa la ortodoxia doctrinal, por fidelidad al Magisterio Eclesiástico, supongo les podrá venir bien saber que la Jerarquía de la Iglesia nunca ha definido dogmáticamente en qué consiste la verdad, ni cómo los cristianos tenemos que entender la verdad. Y, menos aún, jamás se ha elaborado un concepto oficial de lo que es la verdad, es decir, una definición de la verdad a la que todos los católicos tengan que atenerse. Jamás he oído hablar de esa presunta "definición oficial" de lo que es la verdad.
Si, del ámbito de lo dogmático, pasamos al terreno del análisis histórico, lingüístico, bíblico, religioso, filosófico, científico, etc. de lo que se puede, se suele o se debe entender como "verdad", entonces, nos encontramos con tal diversidad y hasta multitud de conceptos, que resulta casi imposible enumerarlos y, mucho más, analizarlos. Y no digamos, si lo que se intenta es llegar a un consenso o enunciado comúnmente aceptado. Nunca ha existido eso. Y creo que nunca existirá.
"El verdadero valor de un ser humano no viene determinado por su grado de posesión, supuesto o real, de la verdad, sino más bien por la honestidad de su esfuerzo en pos de alcanzarla. No es la posesión de la verdad, sino más bien la búsqueda de la misma, lo que ensancha su capacidad y donde puede hallarse su siempre creciente perfectibilidad. La posesión nos convierte en sujetos pasivos, indolentes y orgullosos. Si Dios ocultara toda la verdad en su mano derecha y en su izquierda no escondiera más que el firme y diligente impulso para perseguirla, y se me brindara la oportunidad de escoger únicamente entre una de las dos, tomaría con toda humildad su mano izquierda, aun con la condición de errar siempre y eternamente en el proceso". G. Lessing.
FELIZ Y PROSPERO AÑO 2011 PARA TODOS.
jueves, 30 de diciembre de 2010
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