Si la Semana Santa, se han convertido en las vacaciones de primavera, donde todo el mundo aprovecha para irse a la playa o realizar un viaje. Las fiestas de Navidad, se han convertido en las vacaciones de fin de año.
Vacaciones, que van cargadas con los excesos de fiestas, comidas y sobre todo, con el gran consumismo de comprar por comprar. Creyendo que la felicidad y la alegría de estos días esta en función de lo que podemos comprar, tener y poseer.
Lejos va quedando, la noche buena familiar, las reuniones con seres queridos, el encuentro con amigos, la misa de media noche y la compañía al vecino. Y sobre todo la solidaridad de compartir con el que no tiene.
Esta manera de ver la Navidad, está pasada de moda, eso es para los creyentes en Dios. Los tiempos cambian y las cosas se celebran de otra manera. Tenemos que disfrutar la vida. Es lo que se escucha hoy.
Posiblemente estas navidades conozcamos a gente en paro y sin expectativas, y a muchos que luchan con lo que se llama en estos momentos de crisis, una pobreza vergonzante, de la que no tienen culpa, y que se esfuerzan en salir de ella.
Por eso, estas navidades podemos recordar y revivir esos viejos recuerdos familiares de otras épocas. Aunque ya no seamos cristianos, podemos recordar que nuestros padres y abuelos celebraban el nacimiento del Mesías, profeta de los pobres, recordar que el mensaje de la Navidad llama a la solidaridad con los más necesitados; que se anuncia la paz para las personas de buena voluntad, que nos compromete a luchar por un mundo más justo y sentirnos al lado de los que lo pasan mal.
Que esta Navidad nos ayude a comprender, que la felicidad no esta en el consumo indiscriminado de cosas, sino en tener personas con las cuales podamos compartir lo mucho y lo poco que tenemos, que a veces no es lo material sino nuestro tiempo y nuestra compañía.
Los cristianos debemos recordar el nacimiento de un niño, que nos anunció a un Dios, que se hace presente con su amor de la miseria humana.
En este día también los creyentes demos gracia a Dios, por todo lo que tenemos, por nuestra familia, nuestra casa, nuestros amigos, y por todo lo que tenemos, los no creyentes también deben de dar gracias a la vida por todo lo que le ha ofrecido.
FELIZ NAVIDAD A TODOS.
viernes, 24 de diciembre de 2010
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