Evangelio según San Lucas
23, 35-43.
En aquel tiempo, las
autoridades hacían muecas a Jesús diciendo:- A otros ha salvado, que se salve a
sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.
Se burlaban de él también
los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo:- Si eres tú el rey de los
judíos, sálvate a ti mismo.
Había encima un letrero en
escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados
lo insultaba diciendo:- ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.
Pero el otro le increpaba:-
¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es
justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha
faltado en nada. Y decía:- Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu
Reino.
Jesús le respondió:- Te lo
aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.
COMENTARIO.-
La liturgia de este domingo nos
presenta la festividad de Jesucristo Rey del Universo. Esta festividad es muy
reciente en la historia Iglesia. Fue instituida por el Papa Pio XI, el 11 de
diciembre de 1925, instituyó esta solemnidad como cierre del año litúrgico. Su
propósito es recordar la soberanía universal de Jesucristo.
Después de leer
detenidamente el texto evangélico de este domingo, nos debemos de parar un poco a meditar bien
la festividad que celebramos hoy; y es
que, el título de rey aplicado a Jesús, tropieza con dos dificultades, la primera.-
la secular " mundanización "; segunda.- el exagerado " misticismo”.
(Castillo).
En el primer caso, el título
de rey es una cosa mundana. Que además está asociado, en la mentalidad de mucha
gente, a las antiguas monarquías absolutas. Por eso, aplicarle a Jesús el
título de " rey " tiene peligro de evocar el poder político que tuvo
la religión de Israel. Y el poder temporal que, desde el emperador Constantino,
la Iglesia ha ejercido con tanta frecuencia. Un poder que además, hoy pretende
seguir ejerciendo, basándose en el argumento según el cual la religión es la
referencia última en los asuntos relacionados con el comportamiento ético, como
nos recordó Benedicto XVI, en la presentación de la exhortación apostólica
'Verbum Domini'. En los tiempos que corren, creo que fijar los límites de la
religión en este orden de cosas, puede ser uno de los asuntos más importantes,
para el acercamiento de las personas a la Iglesia.
El segundo tema puede ser el
misticismo, que el que algunas personas pueden ven a Jesús como Rey, clavado en
la cruz. El peligro está aquí en asociar la cruz solamente con el sufrimiento, llegándonos
a creer, que nuestro seguimiento en Jesús debe de estar basado en nuestro sufrimiento
y en nuestro dolor.
La muerte de Jesús en la
cruz NO DEBEMOS SOLAMENTE ASOCIARLA CON EL SUFRIMIENTO, SINO COMO LA LUCHA
CONTRA EL SUFRIMIENTO DE LOS DEMÁS.
Por eso el Evangelio de este
domingo nos enseña que COGER LA CRUZ DE CRISTO, NO ES MORTIFICARSE, VIVIR EN LA
TRISTEZA Y EN EL DOLOR. COGER LA CRUZ DE CRSITO ES SER RESPONSABLE CON LA
REALIDAD QUE NOS RODEA Y ACTUALIZAR SU MENSAJE A LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS.
Con este domingo finalizamos
el año litúrgico y clausuramos el año de FE que el 14 de octubre del año pasado iniciamos, de
acuerdo con lo que nos pedía el Papa emérito Benedicto XVI, y que coincidía
también con el 50 aniversario del inicio del concilio Vaticano II y los 20
años de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica. En su carta Porta
fidei, Benedicto XVI decía que el objetivo principal de este Año era fortalecer
nuestra fe, redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más
clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo, y ayudar a
los que se han alejado a descubrir que ser y vivir como cristiano es
maravilloso, que llena la vida de paz y de alegría y le da sentido de plenitud.
Transcurrido este año ¿Cuándo
nos vamos a sentar para aunar fuerzas, reflexionar juntos y buscar entre todos
el camino que hemos de seguir? ¿No necesitamos dedicar más tiempo, más escucha
del evangelio y más meditación para descubrir llamadas, despertar carismas y
cultivar un estilo renovado de seguimiento a Jesús?
Jesús llama también al
realismo. Estamos viviendo un cambio sociocultural sin precedentes. ¿Es posible
contagiar la fe en este mundo nuevo que está naciendo, sin conocerlo bien y sin
comprenderlo desde dentro? ¿Es posible facilitar el acceso al Evangelio
ignorando el pensamiento, los sentimientos y el lenguaje de los hombres y
mujeres de nuestro tiempo? ¿No es un error responder a los retos de hoy con
estrategias de ayer?
Sería una temeridad en estos
momentos actuar de manera inconsciente y ciega. Nos expondríamos al fracaso, la
frustración y hasta el ridículo. Según la parábola, la "torre
inacabada" no hace sino provocar las burlas de la gente hacia su
constructor. No hemos de olvidar el lenguaje realista y humilde de Jesús que
invita a sus discípulos a ser "fermento" en medio del pueblo o puñado
de "sal" que pone sabor nuevo a la vida de las gentes.
Hoy por ser el último
domingo del año litúrgico, me he extendido algo más de lo frecuente.
JESUCRISTO ES REY, POR QUE FUE BUENO Y PASO HACIENDO EL BIEN A TODOS.
FELIZ DOMINGO. DIFUNDID EL
EVANGELIO. PASALO.
Esta mal la fecha
ResponderEliminarGracias
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