«Después de haber examinado
ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la
edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio
petrino». Es el lunes 11 de febrero y Benedicto XVI realiza el histórico anuncio:
dejará el Pontificado el 28 de febrero a un sucesor más joven.
«Queridísimos hermanos, os
doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado
junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos». Gesto
de grandeza del Santo Padre en su mensaje de renuncia.
«Gracias a todos,
especialmente a los fieles de la diócesis de Roma, en el momento en que me
dispongo a terminar mi ministerio como sucesor de Pedro». El 18 de febrero,
Miércoles de Ceniza, el Papa realiza su última ceremonia en la basílica de San
Pedro.
«La verdad es bella. Y la
verdad y la belleza caminan juntas. El sufrimiento y la corrupción son el mal
de este mundo». Benedicto XVI continúa cumpliendo la agenda en la recta final
de su Pontificado, despidiéndose de cuantos le han acompañado en estos casi
ocho años en los que ha ocupado la Cátedra de Pedro. El 23 de febrero se dirige
a la Curia para trasladarle su gratitud.
«Si Dios me pide esto, es
para que pueda continuar sirviendo a la Iglesia con la misma dedicación y el
mismo amor con que he tratado de hacerlo hasta ahora, pero de un modo más
adecuado a mi edad y a mis fuerzas». El domingo 24 de febrero el Papa da la
bendición a los fieles en su Ángelus final. Poco después envía su penúltimo
tuit: «En este momento particular, os ruego que recéis por mí y por la Iglesia,
confiando como siempre en la Providencia de Dios».
«No regreso a la vida
privada ni abandono la Cruz». El Pontificado real de Benedicto XVI acaba el 27
de febrero con su última audiencia general en la plaza de San Pedro, donde se
agolpan 150.000 personas.
«Ha habido momentos en los
que las aguas estaban agitadas y el viento soplaba en contra, como en toda la
historia de la Iglesia, y el Señor parecía dormir». En la citada audiencia
recuerda los momentos difíciles en la barca de la Iglesia, donde nunca se
sintió solo.
«Gracias por vuestro amor y
cercanía. Que experimentéis siempre la alegría de tener a Cristo como el centro
de vuestra vida». El último tuit del primer Papa de la historia en utilizar las
redes sociales. Después, la cuenta @Pontifex queda con el encabezamiento «Sede
Vacante».
«Entre vosotros está el
futuro Papa, al que prometo reverencia y obediencia incondicionales». En la
mañana del 28 de febrero el Santo Padre se despide de los cardenales con un
entrañable discurso en el que, con la promesa de «obediencia», corta de raíz cualquier
duda sobre el hecho de que hay un solo Papa al frente de la Iglesia.
«Soy un peregrino en la
última etapa de su viaje en esta tierra». Un mensaje sencillo, pero cargado de
una inmensa emoción, desde el balcón del palacio de Castel Gandolfo. Eran las
17.40 del 28 de febrero y el Papa se despedía así de sus fieles.
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