lunes, 10 de noviembre de 2014

SER HOY CON LOS JÓVENES CASA QUE EVANGELIZA. Capítulo General de las Hijas de María Auxiliadora

Las salesianas están llamadas a ofrecer «el mensaje del Evangelio, que se resume en el amor del Padre misericordioso a todas las personas», recordó el Papa Francisco a las Hijas de María Auxiliadora, en un encuentro cordial, al terminar el Capítulo general de estas religiosas sobre el tema «Ser hoy con los jóvenes hogar que evangeliza», cuya importancia y actualidad destacó el Obispo de Roma, recordando que se coloca muy bien en el contexto social y eclesial de hoy, marcado por tantas formas de miseria espiritual y material.

Ante el sufrimiento causado por la indigencia, pero también por la falta de amor y de relaciones, teniendo en cuenta las fragilidades de los jóvenes, a los que se dedican con compromiso amoroso, según el estilo y ejemplo de San Juan Bosco y de Santa Dominga Mazzarello, el Sucesor de Pedro dirigió una exhortación especial:

«Sean, en todos los ámbitos, testimonio profético y presencia educadora, mediante una acogida incondicional de los jóvenes, afrontando el desafío de la interculturalidad y encontrando caminos para que sean eficaces las intervenciones apostólicas de ustedes en un contexto - el juvenil - permeado por el mundo virtual y las nuevas tecnologías, en especial las digitales».

El Papa Francisco reiteró que en la vida religiosa Cristo debe ocupar siempre el centro, así como la importancia de buscar la unidad, superando envidias y celos. Y, poniendo en guardia, una vez más, contra el «terrorismo de las habladurías», que es como una bomba que destruye las comunidades, pidió a las salesianas que no se olviden de Patagonia, para luego alentarlas a contribuir con entusiasmo «en los ámbitos de la educación y de la escuela, de la catequesis y de la formación de los jóvenes al apostolado»:

«Sean misioneras de esperanza y de alegría, testimoniando los valores propios de su identidad salesiana, en especial en lo que se refiere al encuentro, aspecto fundamental de su carisma: es un manantial siempre lleno de frescor y vital, en el cual pueden encontrar ese amor que revitaliza la pasión por Dios y por los jóvenes. Que las inevitables dificultades, que se encuentran en el camino no ralenticen el entusiasmo de la acción apostólica de ustedes».


Tras recordar asimismo el gran aprecio de la Iglesia hacia la vida consagrada, que se coloca en el corazón mismo de la Comunidad y es elemento decisivo para su misión, el Papa encomendó el apostolado de las religiosas salesianas a la maternal ayuda de María Santísima, que ellas veneran con el título de Auxiliadora.

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