martes, 17 de enero de 2012

CRISTIANOS CATÓLICOS, POR LIBRES.

El Papa en la entrevista con el periodista Peter Seewald, recogida en el libro " Luz del Mundo ", insiste en la necesidad de «definir de nuevo tanto la vocación de la Iglesia como su relación con la modernidad». Afirma que la «religiosidad tiene que regenerarse de nuevo en el contexto de la sociedad moderna para encontrar nuevas formas de expresión y comprensión». Insiste en que «hay que preguntarse siempre qué cosas, aunque hayan sido consideradas como esencialmente cristianas, eran en realidad sólo expresión de una época. Debemos regresar una y otra vez al Evangelio y a las palabras de la fe para ver qué es realmente lo esencial y qué se ha de modificar legítimamente con el cambio de los tiempos».

A los cincuenta años del Concilio Vaticano II y al comienzo mañana de la semana por la unidad de los cristianos, deberíamos aprovechar para reflexionar sobre la realidad que vivimos en nuestra Iglesia. Marcada entre los seguidores del Concilio Vaticano II y los no seguidores, en los últimos tiempos.

Es doloroso para mí escuchar y comprobar como cada día abundan más los cristianos que, al no estar de acuerdo en muchas cosas con el papa, con la mayoría de los obispos y de muchos curas, es decir con la jerarquía eclesial, deciden abandonar la Iglesia y vivir como "cristianos por libre". Son, por lo general, personas que admiran a Jesús y ven en el Evangelio un proyecto que puede dar sentido a sus vidas. Pero ven, al mismo tiempo, que la Iglesia "oficial" anda lejos del Evangelio.

Esto desde mi punto de vista, es preocupante. En primer lugar, porque no entendemos que la fe en Jesús es un hecho comunitario, social, compartido. La fe en Cristo, no se puede vivir en solitario. Y la prueba esta, en que es en la Iglesia comunidad de creyentes, donde todos hemos realizado, nuestro encuentro con Jesús. Y es en la Iglesia donde hemos encontrado el mensaje de Jesús y es también a ella a la que tenemos que agradecer que haya sabido conservar a lo largo de los siglos, desde Jesús hasta este momento los EVANGELIOS. En segundo lugar me preocupa, porque no sé, hasta cuando tantos creyentes tendrán que vivir sus creencias en la soledad, la oscuridad y la duda.

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