El pasado lunes día 7, dió comienzo en Madrid el congreso sobre la Bíblia.
El Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos y Relator del Sínodo sobre la Palabra de Dios, pronunció la primera conferencia del Congreso sobre "La Sagrada Escritura en la Iglesia". En ella afirmó que "la Biblia ha modelado el alma de Europa, su historia y su vida cotidiana". El Cardenal Ouellet señaló que "en las últimas décadas, una profunda crisis sacude los cimientos de la cultura europea. Una nueva razón de Estado impone su ley y trata de relegar a un segundo plano las raíces cristianas de europa. Pareciera que, en nombre de la laicidad, la Biblia debería ser relativizada, para disolverse en un pluralismo religioso y desaparecer como referente cultural normativo". El Cardenal Ouellet finalizó su intervencón en la necesidad de " restablecer la confianza de los fieles en la Sagrada Escritura".
La pregunta es desde mi punto de vista inminente. Han perdido los fieles la confianza en las Sagradas Escrituras o más bien, han perdido la confianza en la exegésis, que muchos miembros de altos mandos eclesiales, han realizado de esas Sagradas Escrituras.
La clave de lectura e interpretación de la Biblia la encontramos en la segunda Carta a Timoteo: “las Escrituras pueden llevarte a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús”. Esta es nuestra clave de lectura e interpretación: la fe en Cristo Jesús. Entonces, la Biblia ya no será la Ley a cumplir que oprime y excluye sino la Buena Noticia de liberación e inclusión en una comunidad de iguales.
Así también, recoge el Vaticano II esta preocupación: “Es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de esta época e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, acomodándose a cada generación, pueda responder a los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y futura…”.
Quiero decir con esto, que la renovación urgente que necesita hoy la Iglesia no va a venir sólo de algunas reformas litúrgicas que nos preparen los especialistas, ni de algunas innovaciones pastorales, aunque sean necesarias. Tal como manifestó en su intervención el portavoz de la CEE, Martinez Camino. Camino insistió en que el texto oficial podrá "favorecer la estabilidad" entre los fieles, "al modo de una Vulgata española", al tiempo que "su carácter de Biblia oficial comporta que será la traducción utilizada en los libros litúrgicos, en los catecismos, en los textos de religión y, en general, en las acciones más específicas y públicas de la vida de la Iglesia.
Lógicamente, debo decirle al Sr. Martinez Camino, que la estabilidad en los creyentes, no vendrá determinada por la nueva y actualizada Bíblia. Si no, que vendrá si actualizamos nuestra experiencia en Cristo. Necesitamos volver a las raíces, volver a lo esencial, a lo que Jesús vivió y contagió, porque nosotros no estamos, ni viviendo ni contagiando, en buena parte, lo que Jesús vivía y contagiaba. Y para esto, nos debe de servir la Biblia.
El arzobispo-secretario de Congregación para la Doctrina de la Fe, el jesuita español Luis Francisco Ladaria Ferrer, sostiene, en el Congreso sobre la Biblia de la CEE, que "la Iglesia y la Escritura no se entienden la una sin la otra". De hecho, el teólogo afirma que "la Escritura no puede verse nunca separada de la vida misma de la Iglesia que le ha dado origen" y que, en esa dialéctica, "el Magisterio nos señala el recto camino para la interpretación de la Sagrada Escritura, pero no puede ni quiere ocupar nunca su lugar".
La Iglesia se tiene que enraizar en Jesucristo como la única verdad de la que nos está permitido vivir y caminar hacia el futuro creativamente. No basta sólo con poner orden en la Iglesia, ni introducir algunas reformas en el funcionamiento eclesiástico. Se necesita vivir y respirar en la Iglesia otro aire, otro clima diferente, de búsqueda humilde, aunando fuerzas, una búsqueda incesante para reproducir y vivir hoy entre la gente lo esencial del evangelio.
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LAS RAICES CRISTIANAS DE EUROPA LAICA: En las provincias greco romanas, el cristianismo se inició como un movimiento laico: La Epístola apócrifa de los Hechos de Felipe, expone al cristianismo como continuación de la educación en los valores de la paideía griega, que tenía como propósito educar a la juventud en la virtud (desarrollo de la espiritualidad) y la sabiduría (cuidado de la verdad), mediante la práctica continua de ejercicios espirituales (cultivo de sí), a efecto de prevenir y curar las enfermedades del alma. El educador utilizando el discurso filosófico, más que informar trataba de inducir transformaciones buenas y convenientes para si mismo y la sociedad, motivando a los jóvenes a practicar las virtudes opuestas a los defectos encontrados en el fondo del alma, a efecto de adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos). El apóstol Felipe introdujo en los ejercicios espirituales la paideia de Cristo a fin de alcanzar la trascendencia humana (patente en Cristo) y la sociedad perfecta (Reino de Dios). A partir de entonces, los pueblos helénicos tomando a Cristo como ejemplo de lo que es la trascendencia humana, lo siguieron no como Dios, sino como hombre, a fin de alcanzar los fines de la paideia (la supra humanidad); por ello lucharon por helenizar el cristianismo estructurando la fe conforme a la razón. Tarea a la que se avocaron: San Basilio, San Gregorio, San Agustín y San Clemente de Alejandría (utilizando el pensamiento de los filósofos greco romanos: Aristóteles, Cicerón, Diógenes, Isócrates, Platón, Séneca, Sócrates, Marco Aurelio,,,),. Lo cual propició el choque entre culturas ante la oposición radical e intransigente de los príncipes de la sinagoga al uso de la razón en cuestiones sagradas tendente a evitar que se helenizara el cristianismo para mantenerlo sujeto a la Sinagoga. Desde entonces el talón de Aquiles de la doctrina de la Iglesia ha sido el profetismo judío y el fideísmo bíblico, al abrogar la enseñanza sobre el uso de la razón en cuestiones de fe que Cristo había revelado metafóricamente al ciego de nacimiento (Jn IX, 39), para hacer un juicio justo de nuestras creencias a fin de encontrar la verdad que nos liberara de las falsas certezas de la fe que nos mantienen ciegos__ Provocando en los pueblos cristianos la estulticia generalizada y la entronización del oscurantismo, al olvidar las raíces helenistas de nuestra cultura; lo cual ha convertido las Iglesias en sinagogas, los sacerdotes en rabinos, los cristianos en siervos del gobierno mundial judío, y el judeo cristianismo en religión basura. Así el movimiento cristiano dejó de ser laico y dejó de perseguir los fines últimos de la educación en la paideía; y por ello, no hemos alcanzado la sociedad perfecta ni la trascendencia humana. P Hadot: Ejercicios Espirituales y Filosofía Antigua. Ed. Siruela. http://www.scribd.com/doc/33094675/BREVE-JUICIO-SUMARIO-AL-JUDEO-CRISTIANISMO-EN-DEFENSA-DEL-ESTADO-LA-IGLESIA-Y-LA-SOCIEDAD
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