Es frecuente escuchar hoy, y sobre todo en los altos cargos eclesiales que existe " una gran crisis de Dios, que no se admite a Dios, ni a la Iglesia ".
La verdad, es que creo que eso no es así. Pues yo veo que " Dios no es negado, sino más bien es desconocido ".
En la Iglesia hubo y hay personas, representantes de Dios, elevados a altísimas dignidades, a los que se les subió el poder a la cabeza y, en vez de representar a Dios, tratan de suplantarlo y de endiosarse ellos. No están al servicio de Dios y del prójimo, sino que lo utilizan para someter a los demás: es el clericalismo o apropiación indebida de la Iglesia por el clero, y la Iglesia es de Dios, no de los curas. Dios no es propiedad de nadie. De Dios no son los templos, ni los objetos religiosos, ni las ceremonias litúrgicas, ni los tesoros. Todo eso puede merecer respeto por la función que hace, pero no es de Dios.
Lo que sí es de Dios es la dignidad de la persona y sus derechos. Lo que sí es de Dios es el paro, el hambre de los pobres, las lágrimas de los que sufren, las persecuciones a quienes luchan por la justicia.
Posiblemente el problema este, en que a lo mejor, no hemos dado a conocer el Dios de Jesús, y aún seguimos al cabo de 2000 ,años con Yaveh.
viernes, 18 de febrero de 2011
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Simplmente extaordinario.
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