LA HUIDA DE LOS JÓVENES DE LA IGLESIA

Este fin de semana, visite una concentración de jóvenes preparatoria, para las Jornadas Mundiales de la Juventud; que tendrá lugar el próximo mes de Agosto en Madrid, con la presencia de Benedicto XVI.

El grupo lo formaban unos 50 jóvenes de los últimos cursos de la E.S.O y de Bachillerato, proveniente de una población en la cual, existen 10 parroquias y cinco colegios religioso.

Durante este fin de semana he reflexionado mucho sobre todo esto. Y sobre todo, de la admiración que los organizan tés de dicha concentración tenían, ya que esperaban menos. Y he llegado a la conclusión, de que nuestros jóvenes, no es que pasen de la religión, no es que no les interese la Iglesia y mucho menos son responsables de la gran crisis religiosa y eclesial que tenemos. Al contrario, nuestros jóvenes, lo que son víctimas de la gran crisis religiosa que nosotros la generación que les hemos precedido, hemos ido creado, mantenido y ellos están viviendo.

El problema no son los jóvenes, el problema es la Iglesia y la religión que hemos creado nosotros en un mundo que se va secularizando rápidamente y que nosotros quizás no hemos sido capaces de escuchar las preguntas y cuestiones más profundas, que esos jóvenes como miembros de la Iglesia han podido ir planteando.

Jóvenes que nos oyen hablar de preservativos, de control de la natalidad, de paternidad responsable, de expresiones distintas de amor. Pensamientos y actitudes de una religión y de una Iglesia que no concuerdan después posiblemente con lo que ellos y todos necesitamos y buscamos al Dios de Jesús. Al Dios amoroso, comprensivo, tolerante, que busca el bien de todos y que nos habla en nuestra conciencia y en función de los tiempos en que vivimos.

Afortunadamente, Dios no abandona a estos jóvenes, ni a los jóvenes que dejan la Iglesia. Sino, que serán ellos mismos quienes buscarán a Dios por caminos que nosotros no les hemos sabido señalar.