viernes, 4 de abril de 2014

RESURRECCIÓN o REVIVIR. CAMINANDO HACIA LA PASCUA.

Nos encontramos en el ecuador de la cuaresma, camino de preparación para celebrar la Pascua de Resurrección. Nos quedan dos semanas para celebrar, el momento culmen de la vida y del pensamiento cristiano.

Creo, que es un momento, para hacer una pequeña parada en este camino y reflexionar un poco sobre lo que llevamos andado y sobre lo que nos queda por andar. Es momento quizás de preguntarnos:

¿Qué sentimos los seguidores de Jesús cuando nos atrevemos a creer de verdad que Dios ha resucitado a Jesús? ¿Qué vivimos mientras seguimos caminando tras sus pasos? ¿Cómo nos comunicamos con él cuando lo experimentamos lleno de vida?

Indiscutiblemente, el tema central y como resulta evidente, es la vida. Más exactamente, el triunfo de la vida sobre la muerte. Y es el triunfo de la vida sobre muerte, como efecto de un cariño intenso.

Es bien probable que en la cabeza de la mayor parte de nosotros, la idea de «resurrección» sea una idea equivocada.

Lo primero que debemos de tener claro es que no es lo mismo revivir que resucitar. Revivir, es volver al mismo tiempo y espacio en el que estás viviendo  y luego volvió a morir. La Resurrección, debemos de entenderla dentro de la superación del espacio y del tiempo y que trasciende todas las dimensiones de la historia, es el trascender de esta vida. De aquí la enorme dificultad que tenemos para comprender y aceptar la resurrección de Jesús. Y también nuestra resurrección.

Si la resurrección no acontece dentro de la historia, sino más allá de ella, resulta lógico decir que la resurrección se acepta, no por la evidencia que se impone, sino por la fe que se acepta. Pero sabemos que la fe es siempre un acto libre, que se basa en una decisión en libertad. Y la libertad nunca da seguridad total. Por eso es correcto decir que el Resucitado es una fuente de esperanza.(Castillo).

En definitiva podemos decir, que la resurrección, significa que Jesús es el gran argumento, que el cristiano ofrece a la humanidad, para mostrar que la vida es más fuerte que la muerte. La resurrección, es cuando nosotros confesamos que somos seguidores de Jesús y nuestro destino no es la muerte, sino la vida y, la vida en el mundo que nos ha tocado vivir, en la medida que hacemos felices a todos los que nos rodean.

Porque nunca deberíamos olvidar que la resurrección en la otra vida, comienza en esta. Ya que existen personas que por ser fieles a sus creencias en la eternidad, menosprecian otras creencias, menosprecian a las personas, y crean en su alrededor una vida totalmente deshumanizada, olvidándose que, en el Resucitado nació la humanización de Dios.

La eternidad comienza cuando humanizamos a Dios en esta vida y no cuando solamente divinizamos a Jesús en la otra vida.


El Evangelio del próximo domingo –que pondré mañana- nos ayudará a concretar más todo este camino que seguimos andando de nuevo hacia la Pascua de Resurrección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario