El Papa Benedicto XVI pondrá
fin a su Pontificado de casi ocho años hoy jueves 28 de febrero, a punto de
cumplir 86 años. Será a las 20.00 horas, cuando concluye tradicionalmente su
jornada de trabajo, cuando la sede de San Pedro quedará vacante.
Ayer Benedicto XVI, celebró
su última audiencia pública, la cual fue aprovechada por el pontífice para
despedirse de todos nosotros. Durante estos días desde que nos anunció su
dimisión a la silla de Pedro, he dedicado varios mensajes y reflexiones sobre
su persona y su pontificado. Pero quisiera aprovechar este post, para decirle
hasta luego, porque creo que nunca le podemos decir adiós, pues quieran o no
Ud. Benedicto XVI, ha formado parte de la historia de la Iglesia, que será
siempre recordada, tanto por sus luces, como por sus sombras. Pero creo que,
ante una despedida como esta, sobran las palabras altisonantes o las críticas
destructivas.
Querido J.Ratzanguier, querido
hermano en la fe, a mi no me queda nada más que, agradecerte con todo mi
corazón el servicio que has prestado a la Iglesia en estos momentos tan
difíciles por los cuales está atravesando. Pero especialmente quiero darles las
gracias, por la valentía con la cual ha afrontado su dimisión. Digo valentía,
porque no me imagino lo que, esto habrá supuesto en ciertos círculos conservadores
de la Iglesia que, tenían asumido que el Papa, siempre tendría que estar a su
muerte, porque ese es el designio de Dios. Pero Ud. ha sido también recordar
que:” "Después de examinar ante Dios reiteradamente su conciencia, ha
llegado a la certeza de que sus fuerzas, debido a su avanzada edad, no se
adecuan por más tiempo al ejercicio de mi Ministerio”.
Este gesto que, hasta hace
pocos días no entraba en las mentes de muchos miembros de la Iglesia, sino solamente
en algunos que eran clasificados por progresistas y destructores de la Iglesia
y que por tanto había que marginar. Pues bien, este gesto de dimisión, ha
demostrado claramente que el Pueblo de Dios, tiene su mente y su corazón más
abierto a los signos de los tiempos que, esos fieles jerarcas de la Iglesia;
pues han sabido aceptar y encajar su renuncia como un verdadero gesto de amor a
Dios y a su pueblo.
Esto simplemente nos puede
llevar a plantearnos que igual que el `pueblo sencillo ha encajado este
acontecimiento, está preparado seguro para aceptar otros tanto que los signos
de los tiempos están pidiendo, como la renovación al ministerio sacerdotal, con
la libre opción al celibato, el sacerdocio femenino. La apertura ministerial a los
laicos en la vida de la iglesia, lastrada por el absurdo poder concedido al
ministerio del presbiterado, que permitan una renovada vida sacramental, tan
necesaria en la vida de la Iglesia.
En este año que, tan
acertadamente Ud., nos ha convocado para la maduración y afirmación de nuestra
fe, - y que desgraciadamente no se está celebrando dentro de la comunidad
eclesial-, recogiendo sus palabras de
ayer en su mensaje de despedida “renovación de la fe en Dios”, espero que está
firme renovación de la fe en Dios, la hagamos desde la persona.
Muchas gracias por todo y
que Dios le acompañe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario