miércoles, 13 de octubre de 2010

EL PAPA CREA UN CONSEJO PONTIFICIO PARA EVANGELIZAR DE NUEVO A OCCIDENTE.

La indiferencia religiosa en zonas de antigua cristianización, sobre todo en Occidente, cada vez más secularizadas y en las que se difunde con fuerza el relativismo y el ateísmo ha llevado al Papa a crear el consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, que fue presentado ayer.

El arzobispo italiano Rino Fisichella, flamante presidente del nuevo dicasterio, presentó el "Motu Propio" (documento papal) "Ubicumque et semper", con el que el papa Benedicto XVI lo ha creado y en el que el Pontífice resalta que la Iglesia "tiene el deber de anuncia siempre y en todas partes el Evangelio de Cristo". "Anunciar el Evangelio no es un acto burocrático. La Iglesia no puede permanecer en silencio ante la huida de muchos fieles debido al secularismo y la descristianización en curso" .

El arzobispo agregó que lo que tienen que hacer es lo que siempre ha hecho la Iglesia: "mostrar el verdadero rostro de Jesús" y que tienen que evitar que la "nueva" evangelización "suene como una cosa abstracta, por lo que hay que llenarla de contenidos teológicos y pastorales".

Existe hoy en día en gran parte de la Iglesia, la idea de que los problemas que ella tiene, gran parte han sido motivado por la apertura y flexibilidad eclesial que el Concilio Vaticano II ha llevado acabo.

En una de las intervenciones conciliares el obispo G. Hyghe dijo: " Es cierto que muchos hombres de nuestra generación o ignoran o atacan a la Iglesia. Sucede que muchas personas reconocen e incluso aman a Crsito, pero no descubren ni comprenden a la Iglesia. Exactamente, lo que pasa es que la Iglesia, en vez de conducir a los hombres a Crsito, los aparta de él... Y eso ocurre porque, en nuestro modo de presentar a la Iglesia, todos nos equivocamos ". Sin duda. el obispo Huyghe exageraba, en el sentido de que todos estamos equivocados. Pero en las palabras de este obispo, lo que si existe es una gran verdad. Pues desde mi punto de vista la Iglesia, a veces, anda más preocupada de sus propios problemas y de sus propios intereses, que de los problemas de la gente y de que esa gente se acerque a Jesús.

Sin duda alguna, tenemos que reconocer, que la visión del mundo y de la Iglesia que los padres conciliares tuvieron en los años sesenta fue verdaderamente un viento del Espíritu.
Y yo creo, que si el Concilio se hubiera llevado acabo en su plenitud, hoy en día tendríamos otra Iglesia, llena de vitalidad y entuisiasmo.

Digo esto, porque lo que el Concilio quiso decir sobre la Iglesia, no se puede comprender si uno se limita a leer y estudiar solamente la Lumen Gentium, el documento central del Vaticano II, que describe la naturaleza, la estructura y finalidad de la Iglesia. Y que darnos solamente en que todos los bautizados en Cr¡sto, formamos el Pueblo de Dios. Es decir, la Lumen Gentium sólo resulta comprensible teniendo ante la vista la Gaudium et Spes. Exactamente lo que se dice con las palabras con que empieza la Gaudium et Spes. " Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Crsito. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón....La Iglesia, por ello, se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia " ( GS 1 ).

Y esto significa, que la Iglesia que quiso el Concilio no debería de ser una Iglesia encerrada en sus problemas, en su organización, en sus intereses y en sus normas, sino la Iglesia que dialoga con el mundo, con sociedad y con la cultura de su tiempo.

EL PROBLEMA DE LA IGLESIA NO ES EL CONCILIO VATICANO II Y UNA NUEVA EVANGELIZACION DE OCCIDENTE COMO PROPONE EL PAPA. EL PROBLEMA DE LA IGLESIA ES QUE NO ES SIGNO DE LOS TIEMPOS Y NO DIALOGA CON EL MUNDO QUE LE RODEA. Y NO SE TRATA DE UNA NUEVA EVANGELIZACION, SINO DE VIVIR VERDADERAMENTE EL EVANGELIO, PERO NO DESDE EL PODER Y LA GRANDEZA QUE NUEVAMENTE QUIERE TENER LA JERARQUIA ECLESIÁSTICA. SINO DESDE EL SERVICIO Y ENTREGA A LOS DEMAS. PERO NO DE LAS BASES ECLESIALES, QUE ESAS SI ESTAN CON LOS POBRES. LA SOCIEDAD QUIERA QUE ESA JERARQUIA ECLESIAL SEA EL VERDADERO EJEMPLO DE LOS POBRES.

3 comentarios:

  1. Rafael. Rara vez tengo tiempo de leer todo lo que escribes y menos de hacer un comentario, pero creo que das mucho en el clavo en este momento al clarificar que evangelicar no es dar doctina, sino mostrar la compasión, la comprensión; la relectura de los acontecimiento a la luz del evangelio y mantenrse abierta a los signos de los tiempos que no son un enemigo a combatir sino la ecpresión de un reto a superar, por el camino del diálogo abierto y de puertas abiertas al pensamiento diferente.
    No se puede vivir ya desde la concepcion del pensamiento único en la iglesia, pensamiento con que hoy también se nos trata de manejar desde la sociedad civil.

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  2. Desde luego, el tema de la jerarquía es bastante complejo a mi parecer. Estoy en gran parte de acuerdo con la situación y diagnóstico que describes. Simplemente constato que existe una gran diferencia entre lo que "decimos" y lo que "hacemos".Yo escucho a mi Párroco en sus homilías y, veo la palabra de Dios asimilada a las situaciones y problemas de nuestro tiempo, pero luego, en la convivencia diaria, no aprecio una actuación demasiado coerente al respecto. Por ej. en las parroquias de nuestra Diócesis ¿ donde está el libreto que nos mostró el Sr. Vicario General (saliente) relativo al plan cuatrienal donde el Párroco daría cada vez mayor protagonísmo a los estamentos parroquiales? ¿Se ha explicado, facilitado, divulgado, etc. dicho plan cuatrienal?
    En cierta ocasión hace ya mucho tiempo, yo escuché una definición sobre los Curas Diocesanos,que hoy, cada vez considero mas acertada; alguien, comparando la entrega, vocación de servicio y resultados (entre Sacerdotes de diversa procedencia), dijo que el problema de los Curas Diocesanos es que SON MUY SUYOS.
    La verdad es que creo que a cambiar esta etiqueta, deberían dedicar el máximo esfuerzo, ya que dicha apreciación, muy generalizada, añade cada vez más distancia a la fractura que se viene produciendo entre la Jerarquía y las bases eclesiales, sobre todo la juventud.
    Pidamos por que el "viento" del Espíritu Santo que sopló en el Vaticano II, redoble su fuerza venciendo resistencias é iluminando a nuestros Pastores.

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