jueves, 13 de diciembre de 2012

UN AÑO SIN TI.


Querida Hermana.

Me siento que escribirte es como lanzar una botella al mar. ¿Llegará? ¿Se perderá? No sé.

Hace un año ahora de tu muerte. Y las cosas han cambiando mucho y no han variado nada. Soy ese hombre de fe que, dejaste con sus dudas, en la vida eterna. No sé. Sí creo que, debe haber algo. Pero ¿debe porque yo lo necesito porque no soporto la idea de la muerte?. Pienso que debe haber algo, aunque seguro que no tiene nada que ver con lo que nos imaginamos.

Tengo ganas de hacer cosas. Tengo ganas de vivir. Pero duele igual que ayer no tenerte. Ha sido un año lleno de preguntas. Donde mi mente se ha tenido que ir adaptando a la nueva situación. Lo peor de este año son los momentos en que te das cuenta que no estás. La ausencia me duele mucho. Pero sigo sintiendo la presencia, como si no te hubieras ido del todo, especialmente cuando me reúno con tus hijos.

La manera de ver la vida me ha cambiado. La aprecio más. Me he hecho mucho más solidario de lo que era en la lucha contra el cáncer.

Te quiero hermana y sueño con la esperanza de poder volver a estar alguna vez contigo otra vez.

Y ahora tiro la botella al mar, que llegue a donde Dios quiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario