Lo que si se, y es que, esto no sirve para nada, si no llegamos a convencernos de que lo urgente, es que nuestras vidas cambien, nuestra manera de pensar y de actuar sea más solidaria. Y que las riquezas que hemos sido capaces de crear, solidariamente se compartan, y no permanezcan solamente en manos de unos cuantos, que además alaban a Dios por que creen que su riqueza es la verdadera conformidad de Dios con sus actos. Y que como consecuencia son millones de criaturas, las que se encuentran hundidas en la miseria más absoluta. Mientras que nosotros, por nuestra codicia humana hemos creado un estado del bienestar para nosotros solamente, que además parece ser que no somos capaces de mantener entre nosotros mismos, por esa misma codicia.
Esta realidad que vivimos, debe transformar nuestra manera
de pensar, para que esa nueva forma de pensar, se transforme en una nueva forma
de vivir. Pues la transformación, no se nos olvide vendrá de los de abajo, de
los que viven en forma austera, sencilla y solidaria, como diría Jesús: "
Más fácil es que pase un camello, por el ojo de una aguja, que un rico se salve
"
Pensamiento y vida, en efecto, se condicionan mutuamente
hasta llegar a veces a resultar imposible distinguir, si es el pensamiento el
que orienta la vida, o, por el contrario, es la vida la que lleva a una
determinada forma de pensamiento.
Pero si nuestro pensamiento se transforma en una vida
solidaria, algo hemos conseguido.
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