Bajo el lema “CONTEMPLADLO Y QUEDARÉIS RADIANTE”(Sal 34,6).
LA CONTEMPLACIÓN, LUZ DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN, celebraremos el próximo domingo 3 de Junio, la
“Jornada pro orantibus”, coincidiendo
con la solemnidad de la Santísima Trinidad. Jornada dedicada a la oración por
cuantos en la Iglesia se han consagrado a la vida contemplativa.
A lo largo de la historia de la Iglesia, el Pueblo de Dios,
ha ido configurando una serie de carismas y espiritualidades en órdenes
religiosas, cuyos miembros han deseado un objetivo común, dedicar formalmente
su vida a Dios. Espiritualidades, que nacieron en una mentalidad, de un tiempo
concreto y que posiblemente hoy en día, muchos no le encuentran sentido, ni
comprenden.
Pero que con su existencia, nos invitan en primer lugar a
reconocer el valor de la oración, que el mismo Jesús practicaba en las
madrugadas o en las noches para ponerse a la escucha de cuanto le Padre le
decía; y en segundo lugar nos invitan a la adoración eucarística, presencia
real de Jesucristo en el sacramento.
Es verdad, que nuestros conventos están mermados en número y
altos en la edad de las personas que los habitan. Esto nos hace pensar
obsesionadamente en su futuro y pedimos a Dios nuevas vocaciones. Lo cual, me
parece correcto. Pero creo, que también debemos aprovechar esta jornada para
dejarnos iluminar por el Espíritu Santo, y hacer una lectura más profética de
nuestro horizonte y preguntarnos:
- ¿ Qué caminos está tratando de abrir hoy Dios para
encontrarse con sus hijos e hijas en esta sociedad ?.
- ¿ Qué llamadas está haciendo Dios a la Iglesia de hoy para
transformar nuestra manera tradicional de pensar, vivir, celebrar y comunicar
la fe, de modo que propiciemos su acción en la sociedad moderna ?.
Mientras el Espíritu nos ilumina, hermanos nuestros han
decidido dedicar su vida a la contemplación. Forman parte del Pueblo de Dios y
por lo tanto es justo, que nosotros dediquemos el domingo a demás de comprender
el Misterio de la Trinidad a orar en favor de ellos, como expresión de
reconocimiento, estima y gratitud. Además de aprovechar el Domingo para visitar
algún convento de clausura.
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