Evangelio
según san Marcos 14, 12-16. 22-26
El
primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron
a Jesús sus discípulos: - «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de
Pascua?»
Él
envió a dos discípulos, diciéndoles:
-
«Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo
y, en la casa en que entre, decidle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está
la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?”. Os enseñará
una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí
la cena.»
Los
discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había
dicho y prepararon la cena de Pascua.
Mientras
comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio,
diciendo: - «Tomad, esto es mi cuerpo.»
Cogiendo
una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les
dijo: - «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os
aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el
vino nuevo en el reino de Dios.»
Después
de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.
COMENTARIO.-
Esta
fiesta surgió en la Edad Media, cuando en 1208 la religiosa Juliana de
Cornillon promueve la idea de celebrar una festividad en honor al cuerpo y la
sangre de Cristo presente en la Eucaristía. Así, se celebra por primera vez en
1246 en la Diócesis de Lieja (Bélgica). Fue
instituida festividad en la Iglesia Católica el 8 de septiembre de 1264 por el
papa Urbano IV. Su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de los
católicos en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento.
Según
nuestra fe y nuestra tradición Jesús instituyó la eucaristía en la cena de
Pascua, según nos relatan los evangelios sinópticos. Pero es el Evangelio de
Juan, el que nos deja muy claro, que aquella cena no fue la cena de Pascua,
sino la cena de despedida de Jesús con sus discípulos. Por lo tanto, esa cena
no fue un acto religioso, sino el hecho de compartir la mesa, “que simboliza la
existencia de unos sentimientos y una relación”(L.E.Klosinski). Así, Jesús
construía una comunidad nueva en el mundo, no basada en el honor y la posesión
de bienes, sino en la comunión de personas. Así lo vivieron los cristianos
durante los primeros siglos de la Iglesia.(Castillo).
Deberíamos
de aprovechar el día de hoy, para reflexionar si nuestra celebración
eucarística, nos lleva a revivir la última cena que Jesús celebró con sus
discípulos la víspera de su ejecución, o por el contrario la hemos transformado
en una ceremonia religiosa, a veces llena de pomposidad, que la mayoría de las
veces nos deja indiferente y nos aleja de la realidad que Jesús quiso compartir.
¿Qué es lo que quería dejar grabado para siempre en sus discípulos? ¿Por qué y
para qué debían seguir reviviendo una vez y otra vez aquella despedida
inolvidable?.
Hoy
también día de la caridad, se nos recuerda: “Vive sencillamente para que otros,
sencillamente, puedan vivir”. Que este lema nos lleve, en primer lugar, a
celebrar de forma más sencilla nuestra Eucaristía, para que con esa sencillez
recuperemos el significado y la práctica original de la Cena del Señor. En
segundo lugar, para que en estos momentos de crisis donde muchos de los
nuestros, están pasándolo mal, vivamos la verdadera Eucaristía de Cristo, una
comunidad nueva en el mundo, no basada en el honor y la posesión de bienes,
sino en la comunión de personas.
LA
EUCARISTÍA HACE MEMORIA DE JESÚS, QUE NOSOTROS HAGAMOS VIVA ESA MEMORIA.
Muy buena reflexion =)
ResponderEliminardios esz todo
ResponderEliminareso si:)
Eliminaryo amo a dios
EliminarDIOS es mi too, sin él no soy nada
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