sábado, 21 de abril de 2012

EVANGELIO DOMINGO 22 DE ABRIL 2012. TERCER DOMINGO DE PASCUA.

Evangelio según San Lucas 24,35-48.

Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: "¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas?.
Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo". Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies.
Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: "¿Tienen aquí algo para comer?". Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos.
Después les dijo: "Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos". Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto.

COMENTARIO.-

El evangelio de este domingo nos presenta en primer lugar, la perdida de ilusión y esperanza de los discípulos de Jesús, ya que no soportaron el fracaso de Jesús y el de ellos con el de Jesús, " Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador ...". Lógicamente si no esperaban nada, como iban a ver a Jesús.

Nos podríamos preguntar nosotros hoy también, como discípulos de Jesús, si hemos perdido la ilusión y la esperanza en Jesús. ¿Cual es nuestra relación con Jesús?.

Reconocemos a Jesús vivo y presente en la actualidad. Y sobre todo en estos momentos de gran dificultades sociales, económicas y políticas.

Lógicamente nos puede pasar igual que los discípulos de Jesús camino de Emaús. Si nosotros, no tenemos nuestro corazon abierto a la esperanza de Cristo, no podemos ver a Cristo. Cristo está presente en nuestro mundo, en todos aquellos que nos necesitan. Y en la medida que nosotros acompañamos a los que nos necesitan estamos acompañando a Jesús.

Y digo esto, porque en función de nuestro encuentro con Jesús en la vida y en la actualidad que nos rodea, podemos como los discípulos encontrarlo también en el compartir la mesa, al partir y compartir el pan. En la eucaristia reconocemos a Jesús, cuando lo hemos reconocido fuera de ella. En la eucaristia partimos y compartimos el pan, cuando lo hemos partido y compartido fuera de ella. Pues somos muchos cristianos lo que vamos a misa y salimos de ella como entramos, tan ciegos para ver a Jesús y reconocer a Jesús, no sólo en la eucaristia, sino principalmente fuera de ella.

LOS DISCÍPULOS DE JESÚS LO ENCONTRARON EN EL SER HUMANO QUE PARTIÓ EL PAN CON ELLOS. COMPARTE NO SOLO TÚ PAN, SINO TÚ TIEMPO.

DIFUNDID EL EVANGELIO. PÁSALO.

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