martes, 23 de agosto de 2011

PASÓ LA JMJ. ¿ Y AHORA QUÉ?.

Vueltas las aguas a su cauce y, con la tranquilidad propia ya, del día a día, después de las emociones y sentimientos vividos en los días de la JMJ, es justo hacer un pequeño balance de todo.

No voy a negar que la JMJ haya sido un gran éxito, para la Iglesia, el Papa, los Obispos y los jóvenes. Especialmente desde el punto de vista mediático.

Por eso, hoy quisiera, formular mis deseos, y si se me permite, hacer una oración en voz alta, para que el encuentro vivido, no se quede en una gran movilización o fuegos de artificiales.

Y para ello, no deberíamos volcar las cuestiones a reflexionar solamente en los jóvenes, sino también en nuestros Pastores los Obispos y sacerdotes. Después de estos días, saben bien ellos, ¿cuáles son las inquietudes, necesidades, ilusiones, que necesitan nuestros jóvenes en nuestras parroquias?. O solamente, nos hemos quedado con el gran éxito, que nos puede cegar, creyendo que lo que hemos visto es la realidad de la Iglesia.

A Uds, jóvenes del mundo que se habéis reunido con el Papa en Madrid, y que representáis también, a todos aquellos que no han podido ir, y que habéis escuchado los mensajes del Papa. Os pido que, desde vuestra libertad y desde vuestra fe en Cristo, ALZÉIS VUESTRA VOZ TAMBIÉN, MOSTRAR VUESTRAS INQUIETUDES, VUESTRAS ESPERANZAS, VUESTROS DESEOS. Que no sólo hablemos los mayores, sino que habléis también Uds., decirnos que queréis, que Iglesia necesitáis. Que la pasión por el Reino de Jesús sea lo que se contagie, y que el Espíritu del Maestro, sea lo que transforme los corazones. Que entre los jóvenes venidos de todo el mundo vibren las notas del Evangelio.

Que esta JMJ, también haya servido, para que caigan los prejuicios y los deseos de excluir a los que piensan diferente, para que juntos todos podamos fragüar una Iglesia de corazón universal, donde todas las voces sean oídas. Que dejemos –como dijo el Papa- de devorarnos los unos a los otros.

Aunque la JMJ, ha dado imagen de fortaleza en la Iglesia, no nos equivoquemos, la Iglesia necesita un cambio, como todo en la vida. La Iglesia necesita seguir los signos de los tiempos, que el Espíritu de la Verdad, nos va abriendo, y que nosotros no podemos dejar a un lado.

Necesitamos centrar a la Iglesia con más verdad y fidelidad en la persona de Jesús y en su proyecto del Reino de Dios. Muchas cosas habrá que hacer, pero ninguna más decisiva que esta conversión, la de volver al mensaje de Jesús. Una Iglesia más sencilla, fraterna y buena, humilde y vulnerable, que comparte las preguntas, conflictos, alegrías y desgracias de la gente. Creando nuevas formas y lenguajes de evangelización, basado en el diálogo y en nuevos carismas que nos permitan comunicar la experiencia viva de Jesucristo. No sé, la verdad, si con estos eventos tan masivos conseguimos construir la Iglesia que nació del mensaje de Jesucristo.

1 comentario:

  1. Estimado Amigo D. Rafael

    Observo últimamente en sus comentarios algo de cierta diplomacia.

    La reflexión de hoy desde luego dentro de esa diplomacia, esta muy bien. Pero tengo que reconocer, que yo lo leeo a Uds., por su objetividad crítica de las cosas, dentro de la sensatez de ellas. Y es que últimamente, sus comentarios son como los de muchos que se pueden encontrar y de esos aexisten muchos.

    Le digo esto, por que llevo día esperando algún comentario suyo, a la decisión del Cardenal Rouco, sobre la eliminación de la excomunión a las mujeres que hayan abortado y se hayan confesado en las jornadas de la juventud de Madrid.

    Sobre la cuestión económica de las jornadas.

    También le tengo que confesar, que esperaba un cierto comentario a las vocaciones de los Kikos y a su fiesta tan particular y privilegiada de ellos. Ya que otras congregaciones religiosas también la han tenido y no ha tenido la repercusión, que la de los Kikos.

    De todas formas, le agradezco que comparta con nostros sus pensamientos.

    Desde Algeciras ( Cádiz)

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