Una cosa es la historia de la muerte de Jesús y otra cosa es su interpretación teológica que se le ha dado a esta muerte. La historia de la muerte nos dice que los sumos sacerdotes se dieron cuenta de que Jesús y la Religión (tal como ellos la entendían) son incompatibles: "Nosotros tenemos una ley y según esa ley tiene que morir". Jesús es irreconciliable con la Religión cuando en ella unos hombres (los dirigentes) se sirven de Dios para dominar, someter y ejercer violencia sobre los demás seres humanos.
La interpretación teológica de la muerte de Jesús no puede hacerse de forma que, en definitiva, se termine diciendo que "sin derramamiento de sangre no hay perdón"(Heb 9,22). Porque ese criterio está rechazado en la carta a los hebreos. Y porque semejante principio lleva derechamente a la idea del "dios vampiro", que necesita sangre y muerte para perdonar. Una blasfemia.
De lo dicho se sigue que la muerte de Jesús no se puede entender desde la religión; porque no fue un acto religioso, sino la ejecución de un condenado por la autoridad civil. Ni se entiende desde la devoción, porque un crucificado no es una imagen de piedad, sino el símbolo más fuerte de la exclusión social. Tampoco se entiende desde la política, porque Jesús nofue un subversivo nacionalista, sino que acabó así su vida por fidelidad al designio del Padre del cielo. La muerte de Jesús sólo se puede comprender como exponente cumbre de la lucha por la libertad, es decir, la lucha por la humanización que supera la deshumanización.( El seguimiento a Jesús de J.M.Castillo).
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Cada dia me gusta mas tu blog.. y espero cada nueva entrada ... Muchos besos
ResponderEliminareste blog es todo estupido si no simplemente habla de cristo por que es una porqueria por que no dice especificamente de una reflexion como tal sobre la muerte de cristo
ResponderEliminarpor ke no argumentas lo ke escribes
ResponderEliminary lo ke pienzas
por ke si no tienes fundamentos estas perdido
carmaba no me dio la respuesta para mi tarea
ResponderEliminarMuy bueno, hay que mirar más allá siempre.
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