Una Navidad en crisis, con
la crisis de la Navidad. El título de este post, nos lleva a todos posiblemente
a pensar, en la gran crisis económica que estamos viviendo y padeciendo. Los
efectos negativos que está dejando la crisis económica en millones de personas.
Y digo, todo esto porque, todos nos volcamos en estas fechas, organizamos
eventos para recaudar dinero, para comprar juguetes, comidas y ropas, para
todos los que buscan una ayuda. Quizás este año, de una gran crisis económica,
nuestra solidaridad sea mayor. Esto posiblemente nos lleve a plantearnos
interrogantes profundos: ¿Cómo me afecta esta crisis? ¿Qué puedo y debo hacer?
Interrogante que debemos
hacernos hoy quienes creemos en la dignidad de todo ser humano. Porque la
solidaridad es necesaria, pero más necesario es el compromiso social del
cristiano católico en la lucha por unos valores más justo, con una
participación más activa en la vida social y política. De esta manera, es cómo
podemos producir un cambio en las estructuras sociales.
Que esta navidad nos lleve
no solamente a unos días de solidaridad, si no a un compromiso social.
Pero no solamente, el título
del post nos lleva a esta idea. Una Navidad en crisis, con la crisis de la
Navidad. Nos puede también, llevar a los creyentes a analizar el sentido que
tenemos de la Navidad. Y digo esto, porque en la comunidad creyente celebramos
el nacimiento de Jesús, pero posiblemente no somos consciente de lo que supone
esa celebración, por eso digo: “Una Navidad en crisis".
Celebrar el nacimiento de
Cristo, es ser consciente de la incorporación de Jesús en la historia de la
humanidad. Que quiere decir esto, que la Navidad nos debe llevar a recordar que
en Jesús, no solamente debemos descubrir su divinidad, sino que en Él debemos
descubrir la HUMANIZACIÓN DE DIOS. Dios se hizo hombre en Jesús de Nazaret. A
Dios sólo lo encontraremos en la medida que vivamos con la humanidad, que vivió
Jesús. Por eso, el estilo de vida de Jesús, refleja el verdadero amor de Dios y
de aquí nace el compromiso social del cristiano en la construcción de un mundo
más justo, es decir, el Reino de Dios. Porque el Reino de Dios es el que se
construye aquí en la tierra.
Que esta Navidad nos ayude a
comprender, que la felicidad no está en el consumo indiscriminado de cosas, sino
en tener personas con las cuales podamos compartir lo mucho y lo poco que
tenemos, que a veces no es lo material sino nuestro tiempo y nuestra compañía.
Que en esta Navidad nazca en nosotros el compromiso social que los Evangelios
nos transmitieron con el fin de construir un mundo más justo.
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