sábado, 7 de noviembre de 2015

EVANGELIO DOMINGO 8 DE NOVIEMBRE 2015. 32ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio según San Marcos (12, 38-44).

En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía:
“¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Estos recibirán un castigo muy riguroso”.
En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia.
En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo:
“Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza, ha echado todo lo que tenía para vivir”.

COMENTARIO.-

La crítica que Jesús realiza en el Evangelio de hoy a los escribas y letrados de la ley de Dios, no se refiere a la soberbia, orgullo y prepotencia de esos hombres; que como es lógico pensar entre ellos habría de también sencillos y humildes.

El Evangelio lo que presenta es a Jesús criticando la Institución que esos hombres representantes oficiales de la ley de Dios, de la voluntad de Dios representaban. Ya que, a esos hombres revestidos de autoridad y dignidad, no había más remedio que someterse. Por eso ellos tenían que aparecer revestidos de dignidad, ocupar los primeros puestos y recibir las mayores reverencias. De aquí, que cuando una institución religiosa se plantea de esta manera inevitablemente los grupos privilegiados (sacerdotes, rabinos, imanes..) se consideran, no sólo con el derecho, sino además con la obligación de ser inflexibles en el mantenimiento de los dogmas, las normas y las dignidades que sólo a ellos les competen. (Castillo).

Por el otro lado, nos presenta el contraste de la pobre viuda que da hasta lo que tiene para vivir, sin figurar ni aparecer, porque es una persona en la que no hay ni cargo, ni poder, ni dignidad, ni saberes, ni nada que no sea un corazón bueno, lo que es lo mismo que decir: una persona en la que no hay ni títulos, ni dignidades, sino solamente humanidad.

Transcurrido dos mil años de esta vivencia, aún podemos ver reflejada en nuestras Iglesias estas dos imágenes. Esta semana los medios de información han abierto nuevamente sus diarios con la corrupción económica del Vaticano. El Papa advierte que "También en la Iglesia hay de esos que, en vez de servir, de pensar en los otros, de sentar las bases, se sirven de la Iglesia: los trepas, los apegados al dinero. Y cuántos sacerdotes, obispos, hemos visto así. Es triste decirlo, ¿no?", se preguntó el Papa.

El pontífice advirtió contra quienes calificó de "trepas, apegados al dinero" que perjudican a la Iglesia en una homilía en la que habló de la figura del apóstol Pablo, de quien dijo que, al llegar a Roma, acabó "traicionado por algunos de los suyos".

Por eso el evangelio de este domingo, nos debe llevar a pensar, en cuál de las realidades que nos muestra el evangelio, vivimos nuestra fe.
  
Indiscutiblemente, Jesús vio en esa mujer sencilla un claro ejemplo, para los dirigentes de la Iglesia. Hoy nuestras Iglesias están llenas de personas sencillas y humildes que con su estilo de vida son ejemplos para todos, contemplémosla con Jesús contempló a esa pobre viuda.

JESÚS ES CAMINO DE HUMANIDAD.

PÁSALO.

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