jueves, 1 de mayo de 2014

UNO DE MAYO. DÍA DEL TRABAJO. DÍA DE COMPROMISO SOCIAL PARA EL CRISTIANO.

Hoy primer día del Mes de Mayo, se celebra el DÍA DEL TRABAJO. Lógicamente mi pensamiento está hoy puesto en esas seis millones personas que se encuentran paradas en España según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).

Coincidiendo con esta información de la EPA, Cáritas Española también presento un informe sobre su servicio de empleo. Dicho informe refleja que un total de 77.072 personas participaron en dichos Servicios de Empleo de Cáritas en 2013, de las que el 53% fueron ciudadanos españoles, una cifra que se ha duplicado en los últimos cuatro años, ya que en 2009 el porcentaje era del 25%. Es uno de los principales datos de la Memoria de Empleo y Economía Social 2013 que ha presentado Cáritas Española y de la que se desprende que, una vez más, el perfil de las personas atendidas en sus programas de empleo y formación son mujeres (el 62% del total), de entre 25 y 45 años y con bajo nivel formativo. 

Según los datos de dicho informe, en 2013 se han invertido los porcentajes de las personas españolas, que representan el 53% de los que acudieron a Cáritas para formarse y tratar de conseguir una oportunidad en el mercado laboral, con las de origen extranjero, que suponen el 47%. 

La Memoria de 2013 de la organización muestra que este año se ha mantenido la tendencia iniciada en 2010, en cuanto al incremento de españoles atendidos y, en consecuencia, de la disminución del porcentaje de inmigrantes. Así, las personas españolas atendidas por las acciones de empleo de Cáritas han pasado del 25% en 2009 a un 53% en 2013, superando por primera vez el porcentaje de personas de origen extranjero. De los 36.224 inmigrantes, el 79% (28.517 personas) proceden de países extracomunitarios. 

El 47% de las personas que participan en los Servicios de Empleo de Cáritas tan solo cuenta con estudios básicos, es decir, estudios primarios finalizados o sin finalizar y si a este dato se le suma el 23% que sólo alcanza estudios secundarios, el resultado es que el 70% de los atendidos no supera el nivel de enseñanza secundaria obligatoria. Del total de personas atendidas por este departamento de Cáritas, 12.028 (15,6%) han logrado acceder a un puesto de trabajo. 

El secretario general de la organización, Sebastián Mora, ha afirmado en la rueda de prensa que las más de 77.000 que han tratado de conseguir un empleo y mejorar su formación son personas de las que desde muchas instituciones y sectores de la sociedad se dice que "no pueden aportar nada", sin embargo, ha dicho, Cáritas demuestra que mantienen su dignidad y que "no hay ciudadanos de primera y de segunda". Los empleos que ha conseguido ese 15,6% son "mayoritariamente" temporales y con "condiciones próximas a la precariedad", ha dicho Mora, quien ha añadido que esta es la tónica habitual en el mercado laboral español. 

En cuanto a la edad de los participantes en los servicios de empleo de la organización, los grupos predominantes son los que tienen entre 25 y 36 años y entre 36 y 45 años, ambos comparten el mismo porcentaje: el 28%. El mayor incremento de edad se ha registrado entre los ciudadanos de entre 18 y 24 años, lo que, según Caritas, responde a que en 2013 se han puesto en marcha nuevas acciones dirigidas específicamente a jóvenes. El coordinador del Equipo de Promoción de Derechos y Economía Social Solidaria, Félix Miguel Sánchez, ha indicado que la organización ha invertido en estos programas casi 36 millones de euros, que proceden en un 62% de fondos de origen privado y el 38%, de públicos. En 2013, Cáritas puso en marcha 877 actividades formativas, de las que se beneficiaron 21.501 personas y 250 participaron en programas de autoempleo. 

Sebastián Mora ha destacado las propuestas que se incluyen en la Memoria para generar empleo y que abogan por un crecimiento orientado a la mejora de la calidad de vida de las personas, "sobre todo de las más vulnerables", y comprometido con la sostenibilidad del medio ambiente. También apuesta por una redistribución del trabajo, garantizando la calidad del empleo y una protección social adecuado y por el impulso de un modelo de emprendimiento "colectivo y solidario".


Este gran problema social y humano que nos rodea debe de ser para nosotros los cristianos, un hecho de reflexión desde nuestra fe, y desde un discernimiento de los evangelios, que nos lleven a una nueva renovación de nuestro compromiso social, en función de los signos de los tiempos.

Así lo recogía también el Papa Juan Pablo II, en su Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, en su apartado El Derecho al Trabajo:

"El trabajo es un derecho fundamental y un bien para el hombre: un bien útil, digno de él, porque es idóneo para expresar y acrecentar la dignidad humana. La Iglesia enseña el valor del trabajo no sólo porque es siempre personal, sino también por el carácter de necesidad. El trabajo es necesario para formar y mantener una familia, adquirir el derecho a la propiedad y contribuir al bien común de la familia humana".

"El trabajo es un bien de todos, que debe estar disponible para todos aquellos capaces de él. La « plena ocupación » es, por tanto, un objetivo obligado para todo ordenamiento económico orientado a la justicia y al bien común. Una sociedad donde el derecho al trabajo sea anulado o sistemáticamente negado y donde las medidas de política económica no permitan a los trabajadores alcanzar niveles satisfactorios de ocupación, « no puede conseguir su legitimación ética ni la justa paz social ».Una función importante y, por ello, una responsabilidad específica y grave, tienen en este ámbito los « empresarios indirectos »,es decir aquellos sujetos —personas o instituciones de diverso tipo— que son capaces de orientar, a nivel nacional o internacional, la política del trabajo y de la economía.

Esta gran crisis económica que padecemos desde hace años, no sólo afecta al mundo laboral, si no que como consecuencia de ello, viene profundizando en desigualdades sociales, que como siempre sufren los más débiles.

Por eso, este primero de Mayo, debe de ser para nosotros un tiempo de acción evangelizadora y de compromiso transformador. Los valores cristianos deben de ser en una sociedad laica exigencia de ejemplaridad y servicio a la comunidad.

Más que nunca quizás, los cristianos católicos debemos de participar con mayor compromiso en la vida política, al igual que lo hacemos en la vida universitaria, empresarial, profesional, cultural. Ignorar lo que está pasando en la calle y en las redes sociales puede ser irresponsable. En España hay una distancia creciente entre buena parte de la sociedad y sus representantes. Y el resultado se traduce en desesperanza y desencanto.

Como creyente que se siente interpelado a evangelizar, a través de su testimonio, creo que, hay motivos para apostar por una regeneración ética de nuestra sociedad. Y, si esos motivos existen, los valores que emanan del Evangelio y del Concilio Vaticano II en su Gaudium Spet, son una alternativa creíble y factible para implicarnos en esa regeneración ética.

"Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanza, tristezas y angustias de losdiscípulos de Cristo” (GS 1).





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