Lo normal y establecido es
dejar un margen de 100 días a toda persona que toma posesión de un cargo de
responsabilidad, para que durante esos días vaya marcando las directrices de lo
que va hacer su mandato.
Pues bien he de confesar que
estaba temiendo el cumplimiento de esos 100días, sin que el Papa Francisco,
hiciera mención al Concilio Vaticano II y más aún cuando muchos sectores de la
Iglesia lo equiparan a un nuevo Juan XXIII.
Pero hoy he perdido parte de
ese miedo y de esa duda que tenía. Pues en la homilía de la misa que celebra
cada mañana en la Casa de Santa Marta, el Papa Francisco empezó por felicitar a
Benedicto XVI en su 86 cumpleaños, para pasar a hacer referencia al Concilio
Vaticano II, afirmando que "fue una bella obra del Espíritu Santo",
aunque hay quienes lo cuestionan.
Comentando el martirio de
Esteban y el encuentro de Jesús con los discípulos en Emaús, el Papa observó:
"Para decirlo claramente: el Espíritu Santo nos fastidia". "Porque
nos mueve, nos hace caminar, impulsa a la Iglesia a avanzar. Y nosotros somos
como Pedro en la Transfiguración: Ah, qué bueno estar así, todos juntos! Pero
que no nos dé fastidio. Queremos que el Espíritu Santo se adormezca, queremos
domesticar al Espíritu Santo", agregó.
Tras explicar que la
"comodidad" atrae más que el movimiento que viene del Espíritu, el
pontífice explicó que "esta tentación existe también hoy". "Un
solo ejemplo -subrayó-, pensemos en el Concilio".
"El Concilio fue una
bella obra del Espíritu Santo. Piensen en el papa Juan: parecía un párroco
bueno y él fue obediente al Espíritu Santo e hizo aquello. Pero después de 50
años, ¿hemos hecho todo lo que nos dijo el Espíritu Santo en el Concilio? ¿En
esa continuidad del crecimiento de la Iglesia que fue el Concilio? No",
sostuvo.
"No queremos cambiar.
Más aún, hay voces que quieren retroceder. Esto se llama ser testarudos, esto
se llama querer domesticar al Espíritu Santo, esto se llama volverse tontos y
lentos de corazón", dijo Francisco en la homilía.
Sucede lo mismo -agregó-
"también en nuestra vida personal: "El Espíritu nos impulsa a tomar
un camino más evangélico", pero nos resistimos. Finalmente, exhortó a
"no oponer resistencia al Espíritu Santo. Es el Espíritu que nos hace libres,
con esa libertad de los hijos de Dios".
La verdad, es que cada día
me veo más confortado de la larga espera y lucha que hemos tenido pensando en otro
tiempo de esperanza eclesial, los que en cierto momento nos hemos sentido
desplazados, por decir que otra Iglesia era posible.
Excelentes reflexiones. Los que fuímos jóvenes o adolescente cuando el Concilio Vaticano II vamos sintiendo el mismo gozo de sentir otra Iglesia, que es posible. Francisco va poco a poco, pero con excelente dirección. El camina, construye y confiesa. Jesús. Amen.
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