Es normal en mí, hacer los viernes una reflexión que nos
abra el camino al mensaje del evangelio del domingo. Por eso, teniendo en cuenta,
el Evangelio del próximo domingo, en el que
se nos plantea como debe ser el estilo de vida del evangelizador, ya que Jesús
no envía a sus discípulos de cualquier manera, quisiera empezar a pensar sobre
el nuevo acontecimiento eclesial que tenemos en puerta.
Como todos sabemos, Benedicto XVI ha decidido convocar la
XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema
"La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana",
para los días 7 al 28 de octubre de 2012. La asamblea sinodal tendrá como
finalidad examinar la situación actual en las Iglesias particulares, para
señalar, en comunión con el Papa, nuevos modos y expresiones de la Buena
Noticia, que ha de ser trasmitida al hombre contemporáneo con renovado
entusiasmo.
Debemos recordar que llevamos décadas hablando de la
urgencia de la nueva evangelización. De esa nueva evangelización dirigida más
bien a aquellos que se han alejado de la Iglesia en los países de antigua
cristiandad. Fenómeno que, existe con diversos matices también en los países
donde la Buena Noticia ha sido anunciada en los últimos siglos, pero todavía no
ha sido suficientemente acogida hasta transformar la vida personal, familiar y
social de los cristianos.
Cuando uno piensa un poco detenidamente estas cuestiones, se
plantea si la cuestión está en que posiblemente, hemos hecho más un
conocimiento de Jesús de su Evangelio y su Comunidad la Iglesia, que una vida
del seguimiento de Jesús, de su Evangelio y de vivir en Comunidad Eclesial.
Lógicamente la pregunta es inminente. ¿ Qué les ha
preocupado a lo largo del tiempo a los " hombres de la religión ",
que al cabo de dos mil años, llegan a la conclusión de que nos falta el anuncio
del evangelio ?. No será posiblemente, que nos ha faltado vivir el Evangelio.
Mañana continuaremos.
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