(J.
Bastante).- "Los jóvenes, la fe y el discernimiento
vocacional". Éste es el título de la próxima Asamblea Ordinaria del
Sínodo de los Obispos, que el Papa Francisco ha convocado para octubre de 2018,
según anunció este mediodía la Santa Sede.
La
juventud es una de las grandes preocupaciones del Papa Francisco desde que
accediera al Pontificado. Desde el famoso "hagan lío" de la JMJ de
Brasil a su constante llamamiento a la autenticidad y el compromiso, Bergoglio
está convencido de que los jóvenes son el futuro de la Iglesia. Un futuro que,
el menos en lo tocante a las vocaciones, no está, ni mucho menos, asegurado.
La
falta de vocaciones al sacerdocio o la vida religiosa es, al menos en Europa,
uno de los grandes desafíos de la Iglesia católica, un fenómeno que, en buena
medida, va unido al concepto de una institución alejada de la sociedad
contemporánea. Los jóvenes han dejado de ser una tipología para
transformarse en un reto de presente para la evangelización.
Tal
vez por ello, en todos sus viajes, Bergoglio ha decidido tener, siempre, un encuentro
con la juventud de cada país que visita. Son los encuentros en los que se
ve a un Papa que escucha, toma notas, improvisa. Cuando más se constata al
"Papa pastor".
La
intención de Francisco, no obstante, no reside únicamente discutir sobre cómo
educar a los aspirantes al sacerdocio o la vida religiosa, sino que "tiene
la intención de acompañar a los jóvenes en su camino existencial hacia la
madurez para que, a través de un proceso de discernimiento puedan
descubrir su proyecto de vida y realizarlo con alegría, abriéndose al
encuentro con Dios y con los hombres y participando activamente en la
edificación de la Iglesia y de la sociedad", explica Radio Vaticana.
La
decisión del pontífice fue tomada tras consultar a las conferencias episcopales
y escuchar las observaciones de los padres sinodales en las pasadas asambleas
dedicadas a la familia. Tras los retos de la familia, los de jóvenes.
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