sábado, 26 de septiembre de 2015

LA TEOLOGÍA EVANGÉLICA DEL PAPA FRANCISCO EN SUS DISCURSO, ES LO QUE NOS MUEVE, NOS GUSTA, NOS INTERPELA.

Si su paso por Cuba, nos ha dejado un poco en la expectativa de este viaje; sin dudad alguna, en EEUU está lleno nuevamente de gozo los corazones de los millones de fan que el Papa Francisco tiene tanto católico, como no católico.


Y es que el discurso que el Papa Francisco pronuncio ante el Capitolio de Washington, dirigiéndose a los congresistas y dirigente de lo que hoy reconocemos como la primera potencia mundial, y los representantes de la ONU, no tuvo desperdicio alguno.


Francisco, fue derecho a los asuntos que más directamente afectan a la enorme mayoría de los habitantes de este planeta. Escucharon al Papa decir: "Si es verdad que la política debe servir a la persona humana, no puede ser esclava de la economía y de las finanzas", ante un Congreso en el que la mayoría de sus miembros son millonarios al servicio de los intereses turbios e inconfesables de los mercados. A esto sumamos la condena inapelable del tráfico de armamentos, de las guerras, el pronunciamiento en contra de la pena de muerte, y la solidaridad con los pobres de este mundo.


Llegado a este punto, yo me pregunto ¿Por qué nos llama tanto la atención los mensajes del Papa?, cuando el Papa lo único que hace es hacer una teología narrativa de las actuaciones del personaje principal de los evangelios, Jesús de Nazaret; o es que acaso, Jesús no hubiera dicho lo mismo o más.


El papa Francisco no se cansa de repetir que tenemos que recuperar el Evangelio, que tenemos que leerlo, meditarlo, entenderlo, llevarlo en el bolsillo. Si no hacemos esto, y si esto no se hace vida en nosotros, caemos sin más remedio en el cristianismo de la religiosidad, la sacramentalidad, en definitiva de la mentira y el engaño.


Por eso, Francisco llega, nos gusta, nos interpela, porque no se queda en la especulación de los tratados teológicos de pensamientos académicos, sino que el Papa lleva consigo, incorporado en su vida, las enseñanzas y la "memoria peligrosa y subversiva" de Jesús (J.B. Metz).


Por eso, los mensajes del Papa llega y nos gustan, porque es la realidad del evangelio cuando a los poderosos les recuerda que no se puede soportar que unos pocos naden en todas las abundancias, al tiempo que la inmensa mayoría de la humanidad se ahoga, se muere, entre gritos de desesperación. Esto es construir el Reino de Dios y su justicia en la tierra.


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