Evangelio según San Mateo
22, 34-40.
En aquel tiempo, los fariseos,
al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de
ellos le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento
principal de la Ley?". Él le dijo: "Amarás al Señor tu Dios con todo
tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser". Este mandamiento es el
principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo
como a ti mismo". Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los
profetas".
COMENTARIO.-
Hace dos mil años, los
fariseos le preguntaron a Jesús: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento
principal de la ley?". Jesús como buen judío, respondió "Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser".
Pero Jesús, propio en Él, no sólo contesto a lo que le preguntaron, sino que también
le contesto a lo que no le preguntaron. Existe otro que es semejante a este: "Amarás
a tu prójimo como a ti mismo". En esto se sostiene nuestro principio
cristiano. Y esta es la grandeza de nuestra fe. Por eso, Dios se encarnó en
Jesús, se hizo hombre en Jesús, porque sabía que era la única forma de que el
hombre comprendiera, como podemos encontrarlo a Él. Dios en Jesús se humanizó,
para enseñarnos, que en el hombre, en el que está a nuestro lado, es donde se
encuentra Él.
Por eso en lugar de los fariseos,
es Jesús quién nos pregunta hoy a nosotros: ,¿cuál es el mandamiento principal,
para nosotros?, lógicamente no dudaríamos en decir, que amar a Dios, sobre
todo. ¿Pero cuál es nuestro segundo?. Diríamos que nuestro prójimo. Pero
cuantas, normas, leyes, preceptos hemos creado nosotros a lo largo de los dos
mil años de cristianismo, que han llevado a que muchos de nuestros hermanos,
hayan tenido que abandonar la casa del Padre, porque hemos puesto ante la
norma, la ley, el precepto; que el amor, la comprensión, la compasión y la
aceptación de nuestro hermano.
Este texto evangélico centra
todo el mensaje cristiano, todo el camino a seguir, para la construcción del
Reino de Dios en la tierra. El abandono de este mensaje nos ha llevado
posiblemente al mayor individualismo humano, que el hombre está viviendo, en
esta cultura del bienestar. Donde sólo hemos pensado en nosotros, en nuestras
necesidades, en mi vida. Consecuencia de todo ello, es la gran crisis
económica, que estamos padeciendo, donde muchos de nuestros hermanos están
pasando necesidades, como consecuencia de que otros hemos pensando más en
nuestros intereses, que en el interés de todos.
EL ABANDONO DEL AMOR AL
HERMANO, ES EL DESPRECIO DE LA VOZ DE DIOS EN NUESTRO INTERIOR. AMEMOS A
NUESTROS HERMANOS, PARA PODER ENCONTRARNOS CON EL AMOR DE DIOS.
DIFUNDID EL EVANGELIO.
PÁSALO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario