miércoles, 18 de agosto de 2010

MUNILLA ABOGA POR RESCATAR EL " DOGMA " Y NO " CAER EN SIMPLISMOS " PARA NO CONFUNDIR " FE RELIGIOSA CON INTOLERANCIA "

El Obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha abogado por rescatar el concepto mismo de "dogma" que, a su juicio, "ha pasado a ser, para muchos, sinónimo de imposición o de coacción" y ha considerado "importante" realizar un "esfuerzo de sanación y comprensión" de los conceptos religiosos, para "no caer en caricaturas ni simplismos", ya que "de lo contrario, cuando se identifica la fe religiosa con la intolerancia, fácilmente se llega a confundir la tolerancia con el relativismo".

Munilla presidido la misa, con motivo de la Solemnidad de la Asunción, en la Basílica de Santa María del Koro de San Sebastian.

En su homilía, el prelado guipuzcoano ha recordado que se cumplen sesenta años de la definición del dogma de la Asunción y ha destacado lo "arraigada" que ha quedado esta "conmemoración mariana". De este modo, ha señalado que la citada conmemoración de la Asunción de la Virgen, "recuerda implícitamente que, en la muerte se produce la separación del cuerpo y del alma; y al mismo tiempo remarca que la fe en nuestra resurrección al final de los tiempos es lo más característico de la esperanza cristiana".

Según ha dicho, "he aquí también un buen antídoto contra las creencias reencarnacionistas, claramente incompatibles con la Revelación bíblica". Por ello, ha apostado también por "rescatar el concepto mismo de dogma, que en nuestros días ha pasado a ser, para muchos, sinónimo de imposición o de coacción".

"CARICATURAS Y SIMPLISMOS"

"¡Nada más lejos de la realidad!", ha afirmado Munilla, quien ha considerado "importante" hacer un "esfuerzo de sanación y comprensión" de los conceptos religiosos para "no caer en caricaturas ni simplismos" ya que, "de lo contrario, cuando se identifica la fe religiosa con la intolerancia, fácilmente se llega a confundir la tolerancia con el relativismo".

En esa línea, ha reconocido que en estos sesenta años "se ha producido un cambio cultural trepidante" y ha citado a Chesterton al señalar que "pensar que los dogmas de los siglos anteriores no sirven en el siglo presente, es como sostener que una filosofía es cierta los lunes, pero no los martes".

Munilla finalizó afirmado que "nuestra época nos ofrece medios muy sofisticados; pero, paradójicamente, con frecuencia las metas permanecen muy confusas". "Parece como si se identificase la velocidad con el "progreso", lo cual lleva a una consecuencia inevitable: al emprender un camino equivocado, cuanto más se corre, más se aleja uno de la meta".



A las palabras del Sr. Obispo D. Jose Ignacio Munilla, quisiera expresar mi siguiente reflexión. Sr. Obispo, lo que tendríamos que empezar a tener claro desde un principio son dos conceptos " Dogma " y " Dogmatismo ". El Diccionario de la Lengua Española entiende, entre otras cosas, por dogmatismo "la presunción de los que quieren que su doctrina o sus aseveraciones sean tenidas por verdades inconcusas". O sea el dogmatismo es la postura de los que piensan y hablan de tal manera que están firmemente persuadidos de que lo que afirman no admite discusión. Por eso el dogmatismo suele germinar más en los ambientes religiosos. Y esto es lo que va produciendo desde mi punto de vista en la actualidad el deterioro de las religiones y el enfrentamiento entre ellas. Todo ello es motivado, poque normalmente las personas dogmáticas, suelen ser poco dialogantes y respetuosa con las demás. Olvidandose que el respeto al otro debe de estar siempre por encima de mis verdades y mis ideas.

Por eso el que va por la vida respetando, aceptando y escuchando como Jesús iba por su Galilea, puede ser verdadero seguidor de Jesús y verdadero constructor del Reino de Dios. Pues no debemos olvidar, a nada más que realizemos una breve lectura de los Evangelios, como Jesús no impone a los judios, su nuevo concepto de Dios, ni crea dogmas, ni leyes.

Pero centrándonos en el dogma de la Solemnidad de la Asunción de María, que es de donde Ud. parte para su disertación sobre el dogma. Yo quisiera tmabién realizar la siguiente reflexión.

Aunque la fe de los cristianos en la Asunción de María viene de los primeros siglos del cristianismo, la realidad es que tenemos pocos datos sobre María en los evangelios y cartas que componen el Nuevo Testamento, al igual que en los escritos apócrifos que tenemos.

Prescindiendo de cuestiones técnicas del pensamiento metafísico del alma y cuerpo y centrandonos en la festividad y sobre todo en el evangelio. Yo creo que la devoción a la Virgen debe ser central en la vida del cristiano. Pero esa devoción, debe ser rectamente orientada, debe buscar no sólo la " protección " de María, sino antes que eso la " EJEMPLARIDAD " de María, en su paso por está vida.

María tiene una gran experiencia de Dios, ante de nacer Jesús y después con Jesús y después de la Resurección de Jesús. El Dios de María es, ante todo, un Dios misericordioso, bondadoso, cercano. No es el Dios lejano, terrible, amenazante, que muchos israelitas tenían en sus sentimientos religiosos; y que muchos de nuestros contemporáneos continuan teniendo.

Todo quedó recogido cuando María hablo en el Magníficat, "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. "

Esta EJEMPLARIDAD de María es lo que debe ser nuestro dogma.

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