miércoles, 26 de mayo de 2010

LOS SÍMBOLOS RELIGIOSOS

A nada más, que analicemos un poco los acontecimientos que nos rodean diariamente, podremos observar que todos ellos nos llevan, a la polémica. Posiblemente, reflejo de una sociedad, que vive en continua crispación. Todo ello, quizás motivado en la creencia de que solo tenemos derechos y pocas obligaciones. Circunstancias, que posiblemente nos lleve, a una alteración de nuestros valores. Especialmente, la del respeto a los demás.
En estos días, sea abierto nuevamente el debate entre nosotros, sobre el tema de la utilización de los símbolos religiosos, especialmente en los lugares públicos. Como consecuencia de los acontecimientos ocurridos en un I.E.S de Pozuelo de Alarcón ( Madrid ); por el uso del “ hiyab “ o velo islámico por una de sus alumnas, rompiendo con ello las normas establecidas en el centro escolar, de las cuales ella conocía.
Igualmente en un centro de salud de la ciudad cordobesa de Palma del Río, la Junta de Andalucía ha ordenado la retirada de un crucifijo, que se encontraba desde hace 20 años en la sala de cura de dicho centro de salud, porqué un enfermo que acudió con una bandera republicana en la solapa de su chaqueta, dijo que el crucifijo le molestaba.
Estos hechos, y especialmente el tema de los crucifijos, que concierne a nuestra creencia. Están siendo por nuestra parte, motivo de debates en nuestras tertulias diarias, por personas creyentes y no creyentes. Lógicamente, mi primer asombro, es observar como para los creyentes, parece que el único problema que tiene la Iglesia, es el ataque a ella, con los temas de la pediatría y de los crucifijos.
El tema de los crucifijos, para los creyentes, se centra principalmente en que se permita poner, o no, un crucifijo en la pared. Sin preguntarnos, posiblemente nada más. Quedándonos tranquilos y satisfechos, si conseguimos que no se quiten.
Pero, como siempre nos pasa, miramos hacia fuera, en lugar de mirar hacia dentro.
Nos hemos preguntado, si el tener, el crucifijo en los colegios religiosos de nuestra creencia, - en los cuales se supone, que debe de haber, uno en cada clase -, ha conseguido que nuestros jóvenes estén más comprometidos con Jesús y la Iglesia. Pues es notable, la ausencia de ellos en nuestra vida parroquial. Al parecer existen personas que se imaginan que por tener un crucifijo colgado en la pared, tenemos mayor educación cristiana.
Nos hemos preguntado, que explicaciones se le dan de ese crucificado. ¿ Las ideas y los criterios que representan a Jesús colgados en la cruz ¿. ¿ O las ideas y los criterios por los cuáles crucificaron a Jesús ¿.
Creo, que verdaderamente lo que nos debe de importar, y posiblemente hagamos que se interroguen, los jóvenes y los mayores, ES QUE NOSOTROS VIVAMOS Y NOS VEAN VIVIR COMO, VIVIO EL CRUCIFICADO, lo tengamos en la pared o no.

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