Es importante tener en
cuenta cuando leemos el Evangelio de Juan, que es uno de los últimos escritos
del Nuevo Testamento. Posiblemente cuando se escribió, cabría pensar que ya
estaba todo dicho y que, por tanto, ya se clausuraba la revelación de Dios por medio
de Jesús. Pues no es así. La revelación se sigue completando y se sigue
actualizando.
Por eso el evangelista nos
dice: " dijo Jesús a sus discípulos: "Muchas cosas me quedan por
deciros". Lógicamente, aquel hombre, que fue Jesús, no podía decir todo lo
que hay que decir, a lo largo de la historia y a lo ancho del mundo. Jesús
vivió en un tiempo determinado, un tiempo y una cultura que ya no existe. Con
esta expresión el evangelista nos quiere hace ver, que Jesús dejaba un mensaje
que trascendía el tiempo y el espacio. Un mensaje también para nosotros. Y para
todos los ciudadanos de todos los tiempos y de todas las culturas.(Castillo).
Aún le queda, pues, mucho
que decir a Jesús. En cuanto que el Espíritu va diciendo a la Iglesia de todos
los tiempos, y al mundo de todas las culturas: lo que tenemos que ver y cómo lo
tenemos que ver; cómo debemos explicar lo que va ocurriendo. Y cómo tenemos que
vivir el mensaje que nos dejó Jesús.
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