sábado, 15 de octubre de 2011

EVANGELIO DOMINGO 16 DE OCTUBRE. 29º DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio según San Mateo 22, 15-21

En aquel tiempo, los fariseos se retiraron y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no te fijas en las apariencias. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?.

Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: ¡Hipócritas!, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto. Le presentaron un denario. Él les preguntó: ¿De quién son esta cara y esta inscripción?.

Le respondieron: Del César.

Entonces les replicó: Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

COMENTARIO.-

"Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios". Pocas palabras de Jesús habrán sido tan citadas como estas, a lo largo de toda la historia. Y posiblemente, a la vez más distorcinadas, entre dos poderes el político y el religioso, para establecer una frontera entre ambos.

El texto evangélico de este domingo, es la continuación al domingo pasado. Jesús, el domingo pasado, nos llamó a la invitación de Dios. Pues, Jesús entendió su vida como una gran invitación en nombre de Dios.

Por eso, cuando le preguntan a Jesús si es lícito pagar impuesto al César: Jesús, responde añadiendo algo que nadie le ha planteado. Él le responde, recordándole los derechos de Dios, no los derechos del César, que ya saben todos cuales son.

El derecho de Dios es la construcción de su Reino en la tierra. Jesús no vive, para desarrollar el imperio del César, sino para hacer posible la justicia y el amor de Dios entre sus hijos e hijas.

Transcurridos dos mil años, todos sabemos cuales son nuestras obligaciones con hacienda. Pero, ¿Y nuestras obligaciones con Dios?, ¿Y nuestro compromiso en la construcción del Reino de Dios, que inicio Jesús?.

La Comunidad Cristiana, no debe nunca de olvidar, que es la Iglesia la que está en el mundo y no el mundo en la Iglesia. Y que, como miembros de esta sociedad, debemos de contribuir con nuestros impuestos, al crecimiento de todos. Pero que también por nuestra fe, debemos luchar para que ese reparto sea justo. Pues, lo único que Dios quiere es una vida más humana para todos, que nos lleve a la plenitud de la vida eterna, que será la construcción de su Reino en la tierra.

El olvido de las obligaciones con Dios, nos lleva a tener unas obligaciones más intensa con el César del siglo XXI, que son los grandes especuladores financieros, que con su poder, están llevando a muchas criaturas inocentes, trabajadoras, a la ruina, en esta gran crisis económica del mundo occidental.

POR ESO NUNCA HAY QUE DAR A NINGÚN CÉSAR (a lo largo de la historia), LO QUE ES DE DIOS: LA DIGNIDAD DE LOS SERES HUMANOS, QUE SON TODOS INVITADOS AL BANQUETE DE DIOS, COMO HIJOS SUYOS.

DIFUNDID EL EVANGELIO. PÁSALO.

3 comentarios:

  1. xD Porque No Solo Muestran El Evangelio Y No Joden Con Bobos Comentarios

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  2. Quien comento arriba tiene razón Solo Muestren el evangelio nada mas :D

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  3. Si Ustedes Tienen Razón Chik@s :P

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