Hoy primer día del Mes de
Mayo, se celebra el DÍA DEL TRABAJO. Lógicamente mi pensamiento está hoy puesto
en esas seis millones personas que se encuentran paradas en España según los
últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
Coincidiendo con esta
información de la EPA, Cáritas Española también presento un informe sobre su
servicio de empleo. Dicho informe refleja que un total de 77.072 personas participaron
en dichos Servicios de Empleo de Cáritas en 2013, de las que el
53% fueron ciudadanos españoles, una cifra que se ha duplicado en
los últimos cuatro años, ya que en 2009 el porcentaje era del 25%. Es uno de
los principales datos de la Memoria de Empleo y Economía Social 2013
que ha presentado Cáritas Española y de la que se desprende que, una vez más,
el perfil de las personas atendidas en sus programas de empleo y formación son mujeres (el
62% del total), de entre 25 y 45 años y con bajo nivel formativo.
Según los datos de dicho
informe, en 2013 se han invertido los porcentajes de las personas españolas,
que representan el 53% de los que acudieron a Cáritas para formarse y tratar de
conseguir una oportunidad en el mercado laboral, con las de origen extranjero,
que suponen el 47%.
La Memoria de 2013 de la
organización muestra que este año se ha mantenido la tendencia iniciada en
2010, en cuanto al incremento de españoles atendidos y, en consecuencia, de la
disminución del porcentaje de inmigrantes. Así, las personas españolas atendidas
por las acciones de empleo de Cáritas han pasado del 25% en 2009 a un 53%
en 2013, superando por primera vez el porcentaje de personas de origen
extranjero. De los 36.224 inmigrantes, el 79% (28.517 personas) proceden de
países extracomunitarios.
El 47% de las personas que
participan en los Servicios de Empleo de Cáritas tan solo cuenta con estudios
básicos, es decir, estudios primarios finalizados o sin finalizar y si a
este dato se le suma el 23% que sólo alcanza estudios secundarios, el
resultado es que el 70% de los atendidos no supera el nivel de enseñanza
secundaria obligatoria. Del total de personas atendidas por este departamento
de Cáritas, 12.028 (15,6%) han logrado acceder a un puesto de trabajo.
El secretario general de
la organización, Sebastián Mora, ha afirmado en la rueda de prensa que
las más de 77.000 que han tratado de conseguir un empleo y mejorar su
formación son personas de las que desde muchas instituciones y sectores de la
sociedad se dice que "no pueden aportar nada", sin embargo, ha dicho,
Cáritas demuestra que mantienen su dignidad y que "no hay ciudadanos
de primera y de segunda". Los empleos que ha conseguido ese 15,6% son
"mayoritariamente" temporales y con "condiciones próximas a
la precariedad", ha dicho Mora, quien ha añadido que esta es la
tónica habitual en el mercado laboral español.
En cuanto a la edad de los
participantes en los servicios de empleo de la organización, los grupos
predominantes son los que tienen entre 25 y 36 años y entre 36 y 45 años, ambos
comparten el mismo porcentaje: el 28%. El mayor incremento de edad se ha
registrado entre los ciudadanos de entre 18 y 24 años, lo que, según Caritas,
responde a que en 2013 se han puesto en marcha nuevas acciones dirigidas
específicamente a jóvenes. El coordinador del Equipo de
Promoción de Derechos y Economía Social Solidaria, Félix Miguel Sánchez, ha
indicado que la organización ha invertido en estos programas casi 36 millones
de euros, que proceden en un 62% de fondos de origen privado y
el 38%, de públicos. En 2013, Cáritas puso en marcha 877 actividades
formativas, de las que se beneficiaron 21.501 personas y 250 participaron en
programas de autoempleo.
Sebastián Mora ha destacado
las propuestas que se incluyen en la Memoria para generar empleo y que abogan
por un crecimiento orientado a la mejora de la calidad de vida de
las personas, "sobre todo de las más vulnerables", y comprometido con
la sostenibilidad del medio ambiente. También apuesta por una redistribución
del trabajo, garantizando la calidad del empleo y una protección social adecuado
y por el impulso de un modelo de emprendimiento "colectivo y
solidario".
Este gran problema
social y humano que nos rodea debe de ser para nosotros los cristianos, un
hecho de reflexión desde nuestra fe, y desde un discernimiento de los
evangelios, que nos lleven a una nueva renovación de nuestro compromiso social,
en función de los signos de los tiempos.
Así lo recogía también el
Papa Juan Pablo II, en su Compendio de la Doctrina Social de
la Iglesia, en su apartado El Derecho al Trabajo:
"El trabajo es
un derecho fundamental y un bien para el hombre: un bien útil, digno de él,
porque es idóneo para expresar y acrecentar la dignidad humana. La Iglesia
enseña el valor del trabajo no sólo porque es siempre personal, sino también
por el carácter de necesidad. El trabajo es necesario para formar y mantener
una familia, adquirir el derecho a la propiedad y contribuir al bien
común de la familia humana".
"El trabajo es un bien
de todos, que debe estar disponible para todos aquellos capaces de él. La «
plena ocupación » es, por tanto, un objetivo obligado para todo ordenamiento
económico orientado a la justicia y al bien común. Una sociedad donde el
derecho al trabajo sea anulado o sistemáticamente negado y donde las
medidas de política económica no permitan a los trabajadores alcanzar
niveles satisfactorios de ocupación, « no puede conseguir su legitimación ética
ni la justa paz social ».Una función importante y, por ello, una
responsabilidad específica y grave, tienen en este ámbito los « empresarios
indirectos »,es decir aquellos sujetos —personas o instituciones de diverso
tipo— que son capaces de orientar, a nivel nacional o internacional,
la política del trabajo y de la economía.
Esta gran crisis económica
que padecemos desde hace años, no sólo afecta al mundo laboral, si no que como
consecuencia de ello, viene profundizando en desigualdades sociales, que como
siempre sufren los más débiles.
Por eso, este primero de
Mayo, debe de ser para nosotros un tiempo de acción evangelizadora y de
compromiso transformador. Los valores cristianos deben de ser en una
sociedad laica exigencia de ejemplaridad y servicio a la comunidad.
Más que nunca quizás, los
cristianos católicos debemos de participar con mayor compromiso en la vida
política, al igual que lo hacemos en la vida universitaria, empresarial,
profesional, cultural. Ignorar lo que está pasando en la calle y en las redes
sociales puede ser irresponsable. En España hay una distancia creciente entre
buena parte de la sociedad y sus representantes. Y el resultado se traduce en
desesperanza y desencanto.
Como creyente que se siente
interpelado a evangelizar, a través de su testimonio, creo que, hay
motivos para apostar por una regeneración ética de nuestra sociedad.
Y, si esos motivos existen, los valores que emanan del Evangelio y del Concilio
Vaticano II en su Gaudium Spet, son una alternativa creíble y factible para
implicarnos en esa regeneración ética.
"Los gozos y las
esperanzas, las tristezas y las angustias de nuestro tiempo, sobre todo
de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanza, tristezas y
angustias de losdiscípulos de Cristo” (GS 1).
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