Los acontecimientos que se
viven en los territorios soviéticos, tienen preocupado al mundo entero y
especialmente al Papa Francisco que varias veces nos ha pedido que recemos por
la paz de esos territorios.
Ante esta inquietud por la
paz, traigo hoy aquí el primer mensaje del Papa Francisco en las 47 Jornadas
Mundial de la PAZ, que se celebró bajo el lema:"LAFRATERNIDAD, FUNDAMENTO
Y CAMINO PARA LA PAZ”.
Este Mensaje, consta de diez
puntos, incluidos un breve prólogo y una conclusión, intercalados por dos citas
bíblicas:"¿Dónde está tu hermano?" (Gn 4,9); "Y todos ustedes
son hermanos" (Mt 23,8), y seis frases con atributos de la fraternidad:
"La fraternidad, fundamento y camino para la paz", "La
fraternidad, premisa para vencer la pobreza"; "El redescubrimiento de
la fraternidad en la economía"; "La fraternidad extingue la
guerra";"La corrupción y el crimen organizado se oponen a
la fraternidad"; "La fraternidad ayuda a proteger y a cultivar la
naturaleza".
"La fraternidad es una
dote que todo hombre y mujer lleva consigo en cuanto ser humano, hijo de un
mismo Padre. Frente a los múltiples dramas que afectan a
la familia de los pueblos —pobreza, hambre, subdesarrollo, conflictos
bélicos, migraciones, contaminación, desigualdad, injusticia, crimen
organizado, fundamentalismos —, la fraternidad es fundamento y camino para la
paz", señala la Santa Sede en una nota.
El texto advierte que
"la cultura del bienestar lleva a la pérdida del sentido de la
responsabilidad y de la relación fraterna. Los demás, en lugar de ser nuestros
‘semejantes’, se convierten en antagonistas o enemigos, y frecuentemente son
cosificados. No es extraño que los pobres sean considerados un ‘lastre’, un
impedimento para el desarrollo".
"A lo sumo -denunció-,
son objeto de una ayuda asistencialista o compasiva. No son vistos como
hermanos, llamados a compartir los dones de la creación, los bienes del
progreso y de la cultura, a participar en la misma mesa de la vida en
plenitud, a ser protagonistas del desarrollo integral e
inclusivo".
Por ello, "la
fraternidad, don y tarea que viene de Dios Padre, nos convoca a ser
solidarios contra la desigualdad y la pobreza que debilitan la vida
social, a atender a cada persona, en especial de los más pequeños e indefensos,
a amarlos como a uno mismo, con el mismo corazón de Jesucristo".
"En un mundo cada
vez más interdependiente, no puede faltar el bien de la fraternidad, que
vence la difusión de esa globalización de la indiferencia, a la cual se ha
referido en repetidas ocasiones el Papa Francisco. La globalización de la
indiferencia debe ser sustituida por una globalización de la fraternidad".
Finalmente, recuerda que
"la fraternidad toca todos los aspectos de la vida, incluida la
economía, las finanzas, la sociedad civil, la política, la investigación,
el desarrollo, las instituciones públicas y culturales. El Papa Francisco, al
inicio de su ministerio, con un Mensaje que está en continuidad con el de sus
Predecesores, propone a todos el camino de la fraternidad, para dar un rostro
más humano al mundo".
Ante estas palabras del Papa
Francisco, recuerdo aquí que el pasaje evangelio de la multiplicación de los
panes y los peces. Jesús no realizó la multiplicación de los panes y los
peces de forma material. El milagro de Jesús fue crear un ambiente de
Fraternidad y del Compartir entre todos.
Jesús en esta multiplicación
de los panes y de los peces parte de lo que la gente tiene en el momento.
El milagro no es tanto la multiplicación del alimento, sino lo que ocurre en el
interior de sus oyentes: se sintieron interpelados por la palabra de Jesús y,
dejando a un lado el egoísmo, cada cual colocó lo poco que aún le quedaba, y se
maravillaron después de que vieron que el alimento se multiplicó y sobró.
Comprendieron entonces que si el pueblo pasaba hambre y necesidad, no era tanto
por la situación de pobreza, sino por el egoísmo de los hombres y mujeres que
conformados con lo que tenían, no les importaba que los demás pasaran
necesidad. El gesto de compartir marca profundamente la vida de las primeras
comunidades que siguieron a Jesús. Compartir el pan se convierte en un gesto
que prolonga y mantiene la vida, un gesto de pascua y de resurrección. Al
partir el pan se descubre la presencia nueva del resucitado.
La Fraternidad y el
Compartir son los primeros peldaños para construir el Reino de Dios.
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