No está de más que en estos
días, independientemente de cómo y dónde los vivamos dediquemos algunos minutos
al día, para profundizar en el sentido de lo que como cristianos celebramos.
Teniendo como base el pasaje evangélico de Juan 18, 1-42 donde nos redacta la
pasión y muerte de Nuestro Señor Jesús, hago unas reflexiones que recorrerán el
triduo sacro, esperando que nos ayude a vivir con un sentido cristiano estos
días centrales de la liturgia cristiana.
Vivir este triduo sacro es
muchos más, o debe ser; muchos más, que recordar el sufrimiento y el dolor de
Nuestro Señor Jesucristo, y reunirnos para actos celebrativos y desfiles
procesionales.
En estos días debemos de
intentar encontrar y descubrir esos sentimientos de Cristo. Encontrar los
sentimientos de Cristo, es ver el drama del hombre, que actuando como tal, se
rebajo hasta la muerte y muerte de cruz. Tener los mismos sentimientos, es
abrazarnos a la cruz de la vida, sabiendo defender el derecho a la vida de
todos los seres humanos nacidos y concebidos y no nacidos; es abrazar la cruz
que ya hace dos mil años proclamo todos los derechos de la humanidad; abrazar
la cruz es defender la dignidad de todos los marginados; abrazar la cruz es
defender la justicia, es dar de comer al hambriento y de beber al sediento, de
vestir al desnudo y de llevar el consuelo al enfermo, es abrazar la cruz que
lleva la felicidad, el amor y la paz que Jesús nos enseñas.
Todo ello, nos debe llevar
al Jueves Santo donde celebraremos el día del Amor Fraterno y la institución de
la Eucaristía. Como preámbulo a su primera Eucaristía Jesús lavó los pies a sus
discípulos, como señal de que la mejor preparación de la Eucaristía es el
servicio humilde y el perdón de los hermanos. Jesús explica que la ley del amor
es la Eucaristía. Y es, en ella donde Jesús marca los afectos filiales al Padre
y a los hermanos. Por eso cada Eucaristía para nosotros debe ser el compromiso
de entregar nuestro propio cuerpo y nuestra sangre - nuestra persona y nuestra
vida - por los mismos motivos que Él y con la misma fidelidad.
El Viernes Santo, viviremos
la muerte de Nuestro Señor en la Cruz; por eso en la liturgia de este día, la
realizaremos en la adoración a la cruz. Donde todos seremos llamados a mirarla
y adorarla, " MIRAD, MIRAD TODOS EL ARBOL DE CRUZ DONDE ESTUVO CLAVADA LA
SALVACIÓN DEL MUNDO. VENID ADORARLA”. La cruz nos enseña que Dios es el primero
que se ve afectado por el amor en libertad que él mismo nos ha dado. Nos
descubre hasta dónde llega el pecado, pero al mismo tiempo nos descubre hasta
donde llega el amor. La cruz de Cristo nos enseña que no se trata de cerrar los
ojos a la realidad negativa del mundo, sino de transformar la realidad con los
ojos bien abiertos. Saber ver hoy la presencia sufriente de Cristo en los
enfermos mal atendidos, en los jóvenes desesperados y maltratados por las
drogas, en los ancianos ante la soledad, en las familias destrozadas donde los
niños viven las mayores consecuencias, los pobres de espíritu y los pobres
materiales, que no tienen pan, agua, casa. Estando junto a estas innumerables
cruces actuales, es donde el sábado por la noche podremos encontrar al Resucitado
en la vigilia pascual.
CRISTO VIVE, CRISTO VIVE. Es
el anuncio gozoso de la noche de Pascua: " ¿Porqué buscáis entre los
muertos entre los muertos al que vive?". Jesús no es un mero recuerdo
histórico, sino es una experiencia de fe. Es decir esta experiencia debe
orientar nuestro comportamiento al hombre nuevo, que nace del bautismo, es
vivir ahora como Cristo y comprometidos con su evangelio en la construcción del
Reino de Dios que Él empezó.
Lo que sí es verdad que con
este paso de la muerte a la vida, si queremos encontrar a Jesús no lo
encontraremos en la tristeza, sino en la felicidad, el gozo y el disfrute de la
vida y sobre todo en nuestro paso por esta vida, haciendo el bien a todos, como
fue lo que hizo Nuestro Señor Jesucristo.
Pues bien, que estos días de
Semana Santa, acudamos al encuentro con Jesús y con nuestros hermanos en la fe
y que estas celebraciones litúrgicas a las cuales debemos asistir, si nos
consideramos cristianos comprometidos nos ayuden a renovar nuestra vida para
ser constructores de una nueva sociedad marca por la solidaridad, la libertad y
el respeto a todos los derechos de los hombres y mujeres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario