La liturgia del Domingo de
Ramos tiene dos partes muy claras: La Procesión de Ramos y la Misa. El tono es
muy distinto en ambas partes. Es alegre y triunfal en la procesión de ramos.
Aclamamos a Jesús como Rey que llega. . Fuera de la Iglesia bendecimos los ramos
y proclamamos el Evangelio que relata como sucedió lo que vamos a actualizar.
Acabada la procesión empieza
la Misa que es de Pasión. El Evangelio que proclamamos, corresponde a la Pasión
y Muerte de Jesús según San Mateo 26, 14-27,66.
Por eso, voy a recoger para
hoy, el pasaje evangélico de la entrada de Jesús en Jerusalén según el
Evangelista Mateo 21, 1-11. Ya tendremos tiempo, durante esta Semana Santa de
reflexionar sobre la Pasión y Muerte de Jesús.
La Pasión y la Muerte de
Jesús, comienza con su llegada a Jerusalén.
El pasaje evangélico de la
entrada de Jesús en Jerusalén según el Evangelista Mateo 21, 1-11.
"Cuando se acercaban a
Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús mandó a dos
discípulos, diciéndoles: "Id a la aldea de enfrente, encontraréis
enseguida una borrica atada con su pollino, desatadlos y traédmelos. Si alguien
os dice algo contestadle que el Señor los necesita y los devolverá
pronto". Esto ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta:
"Decid a la hija de Sión: Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado
en un asno, en un pollino, hijo de acémila". Fueron los discípulos e
hicieron lo que les había mandado Jesús: trajeron la borrica y el pollino,
echaron encima sus mantos y Jesús se montó. La multitud extendió sus mantos por
el camino, algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la calzada. Y la
gente que iba delante y detrás gritaba: "¡Viva el Hijo de
David!""¡Bendito el que viene en nombre del Señor!""¡Viva
el Altísimo!". Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba
alborotada:"¿Quién es éste?". La gente que venía con él decía:
"Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea".
COMENTARIO.-
A la hora de leer este
pasaje evangélico, es conveniente distinguir, el hecho histórico que se nos
narra y la enseñanza religiosa que se nos transmite.
El hecho histórico es la
llegada y entrada de Jesús a la Ciudad Santa, Jerusalén. Jerusalén la ciudad
del Templo, donde se encuentra el arca de la alianza.
Debemos de tener en cuenta,
que todos los evangelios, son escritos a partir de los cincuenta años de los acontecimientos
de la vida de Jesús. Y es, por lo que nosotros podemos deducir, que los
evangelistas describen la situación, como si Jesús sabía lo que se iba a
encontrar a su llegada a Jerusalén. Ya que la pregunta es inmediata, ¿Esperaba
Jesús que le sucediera verdaderamente, lo que le pasó?
Independientemente de esa
incógnita, lo cierto es que la llegada de Jesús a Jerusalén, será la
culminación y no como un derrotado, sino como aclamara el pueblo: "Bendito
el que viene en nombre del Señor". Seguramente, lo más llamativo de este
episodio es que los cuatro evangelios coinciden en la aclamación que cantaba la
gente: “Bendito el que viene en nombre del Señor” (Mc 10,9; Mt 21,9: Lc 19,38;
Jn 12, 13; cf. Sal 118, 25-26).
Tal como está redactado este
relato, da la impresión de que, en realidad, lo que allí se produjo no fue una
entrada triunfal, sino una manifestación popular de gente sencilla en defensa y
exaltación de Jesús. El relato destaca que Jesús entró montado en borrico que
nadie había montado.
Es de aquí, de donde parte
la según enseñanza de este trozo evangélico. El que viene a la ciudad, centro
de la espiritualidad religiosa, es el hombre que viene en nombre del Señor, el
Hijo de David, el Hijo de Dios.
El evangelista recoge muy
bien en este evangelio, como prepara Jesús, su llega al Templo, a la Ciudad
Santa, como prepara el también su camino de espiritualidad. Jesús no deja que
nadie lo prepare, lo prepara él y les encarga a sus discípulos como tienen que
hacerlo. Pero como tiene que hacerlo para Él y para ellos.
Jesús no entra como un
triunfador victorioso. Sino al contrario, con sencillez, con humildad y bondad,
rodeados de todos en un ambiente de paz y alegría. Jesús, solidario con los
últimos, es esperanza precisamente para ellos.
Lógicamente tendríamos que
preguntarnos, ¿Cómo es nuestra entrada en nuestro templo?. ¿Cómo es nuestro
camino hacia Jesús?. ¿Cómo es nuestro caminar por la vida?.¿Somos buscadores
del triunfo de los demás? ¿Somos solidarios? ¿Somos portadores de paz y de
alegría?
DIFUNDID EL EVANGELIO.
PÁSALO.
FELIZ SEMANA SANTA A TODOS.
Mañana pondré el Evangelio
de la Pasión de la Misa del Domingo de Ramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario